top of page
1-04-2025
Serena, no ilesa

Este pasado fin de semana estuve muy activa, siendo socialité jajajaja que ustedes saben que no me gusta para nada pero disfruto mucho. Estuve enseñando en la actividad científica de mi sociedad y después me fui a bailar con mi súper partner in crime.

Varios colegas y allegados me hicieron la misma pregunta

¿Cómo haces? Te acabo de ver en un brunch y ahora estás aquí
Te vi dando clases y ahora con ese vestido pareces una estatua de mármol
Tú vives como que nada te preocupa
Estás cada día más bonita
A ti como que nada te duele

Yo me reí, les recompensé sus comentarios con un abrazo y les respondí que si supieran que sí, me duelen los pies de estos zapatos en puntas, pero la elegancia ante todo. Jajajaja

Ya fuera de relajo, aquí en casa, pensándolo con calma, no es que nada me duela ni que a nada le tenga miedo. Es que ya todo lo viví

Perder a mi madre fue lo que marcó el antes y el después. Ella no era solo la jefa de la casa, era el centro emocional de todo. Cuando se fue, no solo perdimos a la mujer más importante de nuestra familia, perdimos la estructura completa. Y aun así, mientras todos se venían abajo, yo tuve que pararme derecha. Por mis hijos, por mi papá, por mis hermanos. No porque no me doliera, sino porque no podía darme el lujo de quebrarme. Alguien tenía que sostener el techo mientras el huracán pasaba

Mis hermanos aún no entienden de dónde saqué fuerzas. Mi papá, sumido en su propio dolor, me miraba como si esperara que le dijera qué hacer con todo. Y ahí estaba yo, decidiendo qué pintura llevar a la casa, qué técnico contratar, corrigiendo cosas, dando ánimos, apagando fuegos, asegurándome de que nada se notara. Como si fuera fácil, como si no doliera. Pero tenía que hacerlo. No solo por ellos, sino para que el legado de mami no se diluyera en la tristeza

Y claro, por mis hijos. Mis tres razones. Ellos necesitaban una mamá entera, no una hecha polvo. Así que me levantaba, aunque no quisiera. Salía a trabajar, aunque no tuviera ganas de hablar con nadie, aunque mi cuerpo me pidiera quedarme acostada. Cumplo porque tengo que hacerlo. Porque hay una responsabilidad que pesa más que cualquier emoción

He estado donde no quería estar. Me han fallado personas que pensé que me amaban. Me he sentido sola en medio de multitudes. He creído en promesas que se disolvieron con el viento. He llorado en silencio, he sanado en voz baja y he aprendido a no rogar por presencia ni por cariño. También me ha tocado despedirme de amores que no eran para mí pero que me enseñaron lo que no quiero volver a vivir

Ya viví el qué dirán y dijeron. El que no dirán y también lo dijeron. Perdí sueños que ya creía listos y me tocó empezar de cero. Con otras metas. Sin expectativas. Sin el afán de demostrar nada. Solo con la calma de saber que aunque no todo salió como lo planeé yo salí como tenía que salir. Viva. Serena. De pie

Y entonces la gran incógnita. Que por qué no me interesa el sexo opuesto. Que si acaso me volví fría. Que si me decepcionaron. Y no, no es que no me gusten. La química no se retira, se regula. Como diría mi abuela Brígida con ese estilo directo que solo ella podía tener, la put…ía no se va, se controla

La verdad es que ahora miro el menú y no, no estoy a dieta. Es que nada me llama la atención. Lo que veo no me despierta hambre, ni mariposas, ni conversación que valga la pena. A estas alturas los halagos parecen extractos bancarios. Les interesa más mi hoja de vida que mi historia de vida. Me preguntan en qué trabajo, qué estudio, qué plan tengo, pero no para conocerme sino para cotizar. Ya no buscan una mujer, buscan un paquete completo con seguro y garantía

Y no estoy en eso. No me interesa venderme ni en cuotas. Así que si me ven tranquila, feliz, sin pareja y sin apuro, no es porque no me duela nada. Es porque ya me dolió todo. Y aprendí a vivir con eso. A caminar sin tener que dar explicaciones. A no necesitar validación. Y si parezco de mármol, es porque me forjé en fuego. Pero soy de carne. Y de cicatriz
28.03.2025
 Silencio sepulcral, porque no todo se responde.

Ayer me llamó una amiga.

No voy a decir nombres, pero ustedes saben que entre mujeres siempre hay una que llama entre risa y llanto diciendo: “Brigitt, necesito que me escuches y no me juzgues”.

Resulta que publicó en su muro un fragmento del post sobre el ego que yo compartí en el blog Anestesia en tacones, ese que decía que “el ego no grita, pero igual se le nota”. Y parece que alguien —alguien que ella quería que fuera parte de su vida— lo leyó… y se sintió aludido.

Dice que le empezaron a llegar mensajes de WhatsApp larguísimos, de esos que hay que leer en scroll continuo. Que supuestamente él está llorando, que se dio cuenta tarde, que ahora entiende todo, que mi amiga es una mujer increíble, que él fue un tonto, y que ver el post le hizo recordar cada conversación donde ella le pedía tiempo, atención o algo más que excusas disfrazadas de ocupaciones.

Y entre todo ese festival emocional de culpa y palabras tardías, mi amiga me preguntó:
—¿Le contesto?

Mi respuesta fue una sola:
Silencio. Silencio absoluto y sepulcral.

No por venganza, no por indiferencia. Por respeto. Porque hay cosas que se sienten tan profundamente, que no se dicen… y otras que ya no necesitan repetirse.

Porque cuando una mujer habla con claridad y no es escuchada, luego tiene todo el derecho del mundo a callar con elegancia.

Y no, no todo se trata de castigar. Pero a veces, el silencio es el límite más sano, el único que entiende el que llega tarde: ese que creyó que siempre estaríamos ahí. Ese que pensó que se podía vivir a medias y amar a ratos.

Mi amiga —como muchas de nosotras— no quiere venganza ni lástima. Quiere paz. Y esta vez, el silencio es su forma de abrazarse a ella misma sin volver atrás.

Para mis lectoras:

También hay que aprender a ver cuando un hombre sí vale la alegría. Cuando sí está. Cuando no hace falta escribir un post para que escuche. Cuando no se esconde detrás del ego, ni del miedo, ni del “no tengo tiempo”.

Porque no todo el mundo es ese arrepentido que se convierte en poeta después de perderte.

A veces, el amor sí llega, pero hay que tener la vista clara y el corazón atento.
No sea que por andar huyendo del dolor, terminemos también huyendo de quien sí sabe quedarse.
27.03.2025

Ego, perdón y seguir… sin anestesia

A veces el ego no grita. Susurra. Se disfraza de dignidad herida, de nostalgia, de amor mal interpretado. Nos lleva a creer que ese nudo en la garganta, ese vacío en el estómago, es dolor real… cuando en realidad, muchas veces, es solo ego, disfrazado de tristeza. Muchas veces ese ego se vuelve líquido y rueda por las mejillas, y creemos que son lágrimas.

En anestesia, sabemos que hay medicamentos que producen amnesia. El midazolam, por ejemplo, borra los recuerdos recientes. Pero seamos honestos: la amnesia retrógrada que provoca es de unos 30 minutos, no de tres años… y mucho menos de treinta. Sin embargo, cuántas veces pretendemos, en la vida cotidiana, que con solo alejarnos, cambiar de ciudad, de pareja o de estilo de vida, todo lo que hicimos, o lo que permitimos, quedará borrado como por arte de magia. Como si nos hubiéramos puesto un midazolam emocional que nos exonera del pasado.

El ego también está presente cuando pedimos perdón. Porque a veces no buscamos reparar, sino quitarnos el peso de la culpa. Decimos “perdón” como quien entrega un recibo de paz, esperando que el otro firme sin cuestionar, sin procesar, sin doler. Como si el simple acto de disculparse debiera obligar al agredido a olvidar. Como si el perdón fuera un analgésico universal.
 
Pero no. Pedir perdón no siempre es un acto de nobleza; muchas veces es un intento de manipular la narrativa, de lavar la imagen que tenemos de nosotros mismos. Y seguir adelante no siempre es un acto de crecimiento; a veces es solo una huida bien maquillada.
 
Y es que seguir no es mudarse de ciudad, ni cambiar de pareja, ni renovar el círculo social. Seguir va mucho más allá. Es una cirugía sin anestesia: abrirse, mirarse por dentro y aprender. Es resiliencia hecha carne. Es reconocer los signos y síntomas de lo que puedes volver a vivir aunque venga disfrazado de otra persona, con otro acento, con otro perfume.

Quienes me conocen de cerca, no fallan: me ven compartiendo con un colega, un viejo amigo, un compañero de trabajo y enseguida llega el comentario entusiasta: “¡Anja, por fin! ¿Y él? Se ven bonitos, ¿cuándo lo presentas?” Sonrío, porque sé que lo hacen con cariño… pero la real realidad es otra.

No estoy en busca ni en espera de pareja. No he dicho que no siento atracción hacia el sexo opuesto —la química no se retira, se regula—, simplemente renuncié al desasosiego, a la incertidumbre y a ese afán de tener que perdonar para ser la más noble del cuento. No me joda nadie: yo no perdono. Y punto.


No sigo en el pasado. Tampoco vivo rumiando ofensas. Simplemente, seguí. A mi manera. Elegí quedarme con la bulla del quirófano —esa que me habla de vida, estabilidad y propósito— y desarrollar un amor profundo por el silencio de mis aposentos. Un silencio que no juzga, que no exige explicaciones, que no miente.
 

Y si acaso me entero, por ahí, que a alguien le va peor que a mí… no sentiré culpa por esbozar una sonrisa discreta. No por venganza. Sino por justicia poética. Porque hay cosas que ni el tiempo, ni el perdón, ni el ego maquillado pueden tapar.

22.03.2025
Entre ronroneos, café y silencios: confesiones no tan secretas de una anestesióloga en tacones

Hay cosas que no se dicen en voz alta, no porque sean oscuras, sino porque son parte del alma. Y no todo el mundo sabe sostener el alma de otro sin desordenarla. Pero aquí, en este espacio que me arropo como abrigo favorito, me permito ser sin filtros… o con el filtro exacto para no romper la mística.

Cuando guardo silencio, no es distracción ni timidez: es molestia. Mi manera de enojarme no es alzando la voz, es retirándome del ruido. Aun así, me derrito por un abrazo, aunque no lo parezca, me encanta sentir que alguien me envuelve. No soy la más cariñosa ni amable, incluso mi claridad puede llegar a ser despiadada en algunos casos, pero tengo un alma que late fuerte cuando se siente segura.

¿Sobrepensar? No. Lo mío va más allá. Disecciono situaciones como si fueran cuerpos en la mesa de cirugía: abro cada posibilidad, calculo cada riesgo, anticipo cada reacción. Hago diagnósticos emocionales en tiempo real. Y claro, eso cansa, pero me da ventaja. Me mantiene un paso adelante en el quirófano y en la vida.

La gente cree que por andar ensimismada no me doy cuenta de nada. Error. Estoy observando todo. Leo entre líneas, entre miradas, entre silencios incómodos y bondades fingidas. Tengo un radar afilado para la hipocresía, y aunque no siempre lo digo, lo sé.  Veo la envidia en halagos, siento la mala vibra en sonrisas, sé cuando no me quieren y que me tratan por cortesía o porque no les queda de otra. Y eso me basta.

No tolero las mentiras, pero lo que más me prende  los nervios son las excusas. Prefiero una verdad cruda antes que un disfraz de justificación mal hecha. 
Me derrito con un buen café, con el sonido del mar en la orilla, con la compañía de un gato que me elige sin necesidad. Ellos aman a su manera, como yo: cuando quieren, como quieren, pero cuando lo hacen, es sincero.

Cuando me alejo, lo hago con convicción. No soy de las que vuelve, nunca pero nunca miro hacia atrás, incluso tengo cámara en mi auto para dar reversa pues mi cuello aunque flexible no tiene la costumbre de girar 145 grados y mucho menos 180. Me voy sabiendo que ya lo pensé, lo lloré y lo resolví. Cuando quiero algo, lo persigo. Lo intento, lo busco, lo provoco. No se me dan bien los “no”. Si lo deseo de verdad, armo un plan y voy por ello. Punto. Si luego sale un resultado no placentero pues se deja detrás y seguimos luchando por otro NO que podamos volver SI. 

Soy workaholic, sí. Lo admito sin culpa. Trabajo porque me apasiona, pero también porque es mi refugio emocional. Cuando algo me duele, lo traduzco en acción. La productividad es mi anestesia preferida, y eso no es metáfora. O tal vez sí.

Me rodeo de gente brillante, gente que me encienda el pensamiento. No soporto la mediocridad disfrazada de simpatía. Aprendí, a veces con dolor, que uno es el reflejo de lo que le rodea. Por eso elegí rodearme bien.

Y sobre el ejercicio, hago, claro que hago. Pero vamos a ponerlo claro: la 
primera razón;  no se pueden publicar aquí sin que ardan las redes. 
Segundo, porque me encanta comer y no tengo intención alguna de renunciar a un buen postre, una pasta cremosa o ese desayuno dominicano que revive hasta a los muertos.

Así que si me ves corriendo, haciendo pesas o bailando como si nadie mirara, entiende que no es por vanidad. Es por estrategia. Porque me gusta verme bien, sentirme fuerte… y porque tengo mis motivos, algunos confesables, otros mejor guardados en el cajón de los placeres privados.

Soy compleja, intensa, observadora y un poquito felina. Ronroneo, salto si me molestas, y si me haces bien… tal vez te deje quedarte cerca.

Bienvenida a mi mente. Esto también es anestesia, pero con tacones.
15.03.2025
Te toca soltar

Hoy la mañana me despertó con mensajes que no esperaba. No era una tragedia, pero sí algo que te deja con el ceño fruncido. Uno de mis amigos, de esos que contigo van a muerte, me escribía. Han tenido amigos así? Se los recomiendo. Son más que hermanos, son esos que cancelan todo si los necesitas, que si hace falta cruzar el Atlántico en un bote inflable, lo hacen… siempre y cuando les guardes Brugal y mucho café.

Lo llamé de una vez. Con la diferencia horaria, asumí que ya estaba en el hospital, en su rutina de siempre, pero no. Estaba en la cama.

Mi primera reacción fue: qué tienes, pende**, estás enfermo?

Me dice: no, estoy muy triste.

Ahí desperté de golpe. Ya mi cerebro encendió todas sus luces de emergencia. Le pregunté si su mamá estaba bien. Me dijo que sí. Entonces, qué pasa?

Sabes que cumplí años hace tres días, verdad?

Claro, le dije, te llamé, te canté, te aplaudí. No se me olvidó.

A ti no, pero a todos los que considero mis amigos, sí.

Hablamos de muchas cosas que no puedo escribir aquí porque lo mío no es la imprudencia (bueno, no siempre). Pero esto me dejó pensando: qué tanto estamos dando a los demás y qué tanto estamos recibiendo?

Así que aquí va mi reflexión, porque sé que más de uno necesita leerla.

Nos enseñaron a estar. A ser el amigo que siempre responde, el que recuerda cumpleaños, el que se adelanta a las necesidades de los demás. Y sí, es lindo ser detallista, tener memoria, ser incondicional. Hasta que un día te das cuenta de que si tú no llamas, nadie llama. Si tú no escribes, nadie escribe. Y si tú no te acuerdas de ellos, ellos ni se enteran de que existes.

Ahí es donde toca preguntarte: será que he estado mal acostumbrando a la gente?

Porque cuando nunca te ausentas, los demás dejan de notar tu presencia. Cuando das sin medida, lo tuyo deja de ser especial. Y cuando siempre eres tú el que está, los otros nunca se preguntan qué se siente perderte.

Así que esta es la invitación de hoy: prueba soltarte un poco. No seas siempre el primero en escribir. No estés siempre disponible. No regales tu energía como si tuvieras baterías infinitas.

No es jugar, no es hacerse el difícil, no es una estrategia de manipulación. Es puro respeto por ti mismo.

Y sí, algunos van a desaparecer cuando no los busques. Déjalos. Mejor perder gente que nunca estuvo contigo de verdad, que seguir cargando con relaciones unilaterales donde el cariño parece deberse y no disfrutarse.

Al final, la vida es un balance. Hoy por ti, mañana por mí. Pero si el “hoy por ti” siempre te toca a ti… algo está muy mal ahí.
14.03.2025
El viernes por la noche, para muchos, es sinónimo de citas, cenas en restaurantes de moda, reuniones con amigos y aventuras que duran hasta el amanecer. Sin embargo, existe una dicha silenciosa en elegir la propia compañía, en sumergirse en la serenidad de la soledad y dedicarse a uno mismo sin distracciones.

El Ritual del Autocuidado

La jornada de trabajo culmina y mi hogar se convierte en un santuario personal. Un baño caliente me espera, creando un ambiente propicio para desconectar del bullicio externo. Puedo encender velas y romantizar aún más mi momento, pero en este punto de intimidad con uno mismo es una forma de renovar mis energías y liberar las tensiones acumuladas.

Al salir del baño, mi piel recibe el cariño de mis aceites hidratantes que, además de nutrir, huelen muy rico. Cada aplicación es un recordatorio de la importancia de cuidarme y de valorarme. Este acto sencillo se convierte en una meditación de amor propio.


La Cena en Soledad

Preparar una cena para uno mismo es un acto de celebración personal. Seleccionar ingredientes frescos, cocinar a fuego lento y presentar el plato con esmero son detalles que enriquecen la experiencia. Sentarse en la mesa, sin prisas ni conversaciones ajenas, nos permite disfrutar de la comida. Esto no solo nutre el cuerpo, sino también el alma, recordándonos que aunque estemos cenando sola, es más que suficiente ese momento para sentirnos satisfechas.

El Valor de la Soledad Elegida

La sociedad suele relacionar la felicidad con la interacción continua, pero la soledad elegida es un espacio de desarrollo y reflexión. Estos instantes nos permiten conectarnos con nuestras emociones, nuestras metas y, simplemente, ser, sin máscaras ni expectativas externas. La soledad se transforma en un lienzo en blanco donde podemos redescubrirnos y apreciarnos en nuestra esencia más pura.

Desconexión de las Distracciones

Para sumergirse plenamente en este oasis personal, es esencial alejarse de las distracciones. Apagar el celular, la TV, el iPad, simplemente silenciar notificaciones y hacer del momento un ambiente tranquilo facilita la conexión con uno mismo. Este acto de desconexión externa es, en realidad, una conexión interna profunda, donde el silencio se convierte en un aliado y la calma en una compañera fiel.

Reflexión Final

Para mí estos momentos cuando escribo mi blog, me baño, me consiento, cuando me cocino, son instantes que me hacen sentir plena porque sé que no necesito de otra persona para yo estar bien. No sé si será eterna esta sensación, pero si alguien llega a mi vida, espero que le guste compartirme con mi soledad. Porque en estos momentos de introspección y autocuidado, encuentro la mejor versión de mí misma, una que deseo compartir con quien entienda y valore la riqueza de la soledad elegida
LUCHY CARTOON.jpg
10.03.2025

“Los ángeles no llevan flores”

Nos enseñaron que la bondad es pasividad, que ser una buena persona es siempre hablar con dulzura, ceder para no incomodar, entender en lugar de cuestionar. Pero hay algo que no nos dijeron: los ángeles no llevan flores, llevan espadas. Porque ni siquiera Dios confía en que todo se resuelve con buenas intenciones.

Creemos que si somos correctas, si damos amor, si evitamos el conflicto, las cosas saldrán bien. Pero la vida –tan caprichosa y afilada como un bisturí mal sujetado– no funciona así. No importa cuántas veces fuiste noble, cuántas veces ofreciste paz, cuántas veces evitaste el choque… Siempre llega el día en que no queda otra opción más que pelear.

No es que la espada se use para hacer daño. No es que una deje de ser buena por aprender a defenderse. Es que hay momentos donde las palabras no bastan, donde las explicaciones sobran, donde lo que toca es poner un límite, soltar la idea de “si soy paciente, entenderán” y empezar a sostener la verdad de “no me volveré a romper por no incomodar a nadie”.

Porque la paciencia mal administrada se vuelve sumisión. Porque el silencio por evitar discusiones se convierte en renuncia a una misma. Porque el amor incondicional solo es sano cuando incluye amor propio.

Así que sí, sigue llevando flores si quieres. Pero ten claro que, cuando el momento llegue, cuando la vida te exija elegir entre proteger tu paz o dejar que la sigan pisoteando, tendrás que hacer lo que incluso los ángeles saben hacer: sacar la espada.

Y sin culpa. Porque no todo se resuelve con buenas intenciones.

8/03/2025
No me gusta ser hembra

Para nadie es un secreto que soy la única mujer del matrimonio de Don Cayacoa y mami Martha. Crecí rodeada de varones, no por elección, sino porque en nuestra casa el espacio era pequeño para la gran familia. Aunque, curiosamente, yo tenía la única habitación propia.

Mami nunca me explicó la diferencia entre hembras y varones. Jamás hubo una conversación sobre eso. Supongo que asumía que yo lo sabía o que lo entendería sola. Pero no.

Fui una niña feliz, protegida por mis hermanos y hasta por los vecinos. Era la única niña en la calle Respaldó Salomé Ureña, allá en Barahona. Mami me vestía igual que a mis hermanos; tenía uno que otro vestido, pero eran donados por mi tía Miguelina cuando ya no les servían a sus hijas.

Mi vida no tenía límites. Jugaba pelota, corría descalza como un velocirráptor, nadaba en el muelle, manejaba motor, hacía carreras, montaba bicicleta… Si había una travesura por hacer, ahí estaba yo, con mi cabello largoooooo, mis pies polvorientos y flaca como una flauta abandonada.

Hasta que, de repente, algo cambió.

A mis 8 o 9 años, mis hermanos y mis vecinos empezaron a tratarme diferente. Cuando llegaba a donde ellos estaban, soltaban una frase que todavía me da rabia:

“Cállense, que llegó Luchy”.

Sí, Luchy. Ese era mi nombre en casa, pero esa es otra historia.

Y si esa frase me molestaba, había otra peor:

“Tú no, tú eres hembra”.

¿Qué carajos significaba eso?

No entendía qué tenía de malo ser “hembra” hasta que un día lo descubrí… de golpe.

Mis hermanos se estaban bañando juntos y yo entré al baño. Ahí vi algo que me dejó en shock: ellos tenían algo que yo no. Me miré, me busqué, me revisé y no me encontré nada.

Entré en crisis.

Llorando y revisándome de manera frenética, salí corriendo hacia donde estaba mi papá, desnuda, desesperada y con una pregunta que hoy me da risa, pero en ese momento me partió la vida:

”¿Dónde está mi bobolo? ¿Por qué no me crece?”

Mi pobre papá, sin saber qué hacer, solo atinó a decirme:

“Muchacha, suéltate eso, que tú eres hembra”.

Y ahí mismo morí.

Salí corriendo al frente de la casa, llorando, sin entender por qué yo no tenía lo mismo que mis hermanos. Mi tía Milagros, que presenció el drama, me cubrió con una toalla y trató de explicarme que eso no era un problema. Pero yo no lo entendía.

Desde ese día, todo cambió.

Mis hermanos ya no me dejaban jugar como antes. Me cuidaban demasiado. No me permitieron volver a bañarme con ellos. Sentía que, de un momento a otro, me habían impuesto una barrera invisible que antes no existía.

Pero la cosa no terminó ahí.

Cuando tenía 14 o 15 años, fuimos a un paseo del colegio a la playa. Yo, fiel a mi estilo de “machorra”, me puse mi “traje de baño” típico: camiseta y pantalón corto. Hasta que mi mejor amiga, Yesenia Saud, me miró y me soltó:

“Muchacha, eso no es un traje de baño, ven”.

Me llevó a una enramada en la playa del Quemaito y me dio uno de los tres trajes de baño que ella había llevado. Me lo puse como pude y salí incómoda, arreglándome el pantie porque me molestaba… y de repente, todos se voltearon a verme.

Yo no entendía por qué.

Estaba acostumbrada al bullying. Desde pequeña me relajaban por tener la boca grande, por tener demasiado cabello, por mis modos toscos, por haber tenido piojos de vez en cuando… Pero esta vez no era burla. Era otra cosa.

Y ahí empezó mi segundo choque con el mundo.

Después de ese día, los muchachos de cuarto de bachillerato –que ni siquiera eran mis amigos– empezaron a ir a mi casa. Mis hermanos los enfrentaban, pero la respuesta era simple: iban a verme a mí.

De repente, ya no caminaba sola a casa porque siempre había alguien que se ofrecía a llevarme en su motor. Me quitaron el motor que manejaba porque mi papá descubrió que hacía carreras por dinero. Empecé a recibir invitaciones a fiestas, a notar que jóvenes que ni siquiera eran del colegio me miraban.

Ahí entendí.

No tenía un defecto.

Era mujer.

Y ser mujer significaba muchas cosas. Significaba que me iban a mirar diferente. Que el mundo no me vería igual que a mis hermanos. Que me iban a cuidar más, pero también a exigir más. Que mi cuerpo tenía un peso en la sociedad, aunque yo aún no lo entendiera.

Descubrí que ser hembra no era una condena, sino un privilegio.

Porque sí, nos tratan diferente. Y con razón. Porque somos diferentes. Porque somos inteligentes, delicadas, amorosas. Porque damos vida, cuidamos, protegemos y olemos bien.

Hoy, en este Día Internacional de la Mujer, celebro que nací así. Que un día no entendí por qué me decían “hembra”, pero que hoy sé lo que significa ser mujer.

Y aunque en algún momento no me gustó serlo…

Hoy no lo cambiaría por nada.
Que no te engañen: la imagen sí paga (y bastante)

Vamos a hablar claro. La gente dice que lo importante es lo de adentro, pero bien que te chequean de pies a cabeza antes de decidir si te toman en serio. Y en el quirófano no es la excepción. ¿Cuántas veces has visto a alguien con la bata arrugada, zapatos sucios y cara de sueño, y pensaste: “Qué profesional se ve este colega”? Nunca.

Aquí va la verdad sin filtro: te pagan como te ven. Sí, el conocimiento importa, la experiencia también, pero si no proyectas seguridad, disciplina y coherencia, pierdes puntos. En medicina, y en cualquier parte del mundo, la imagen no es un extra. Es parte del paquete.

El físico importa (y no solo por vanidad)

No se trata de ser modelo, pero tampoco de parecer que te acabas de levantar de una guardia de 48 horas. La bata limpia, el cabello recogido con orden, los zapatos presentables, la piel cuidada, el olor a jabón en lugar de a hospital… Todo eso comunica antes de que digas una sola palabra.

Y aquí viene la parte que muchos ignoran. Tu condición física también importa. Este trabajo es exigente. Hay que estar de pie por horas, moverse rápido, responder con agilidad, aguantar el estrés. Un médico/a con buena resistencia física, buena postura y energía proyecta control. Y eso se nota.

Cómo hablas importa

Tu voz puede transmitir confianza o todo lo contrario. No es lo mismo decir con seguridad “Vamos con propofol y fentanilo” que soltar un “Ehh, creo que… bueno, vamos viendo”. Hablar con claridad, sin muletillas, sin titubeos, hace la diferencia.

Y vocaliza bien. Nadie quiere un médico/a que murmura como si estuviera contando un chisme.

Cómo respondes importa

Las crisis quirúrgicas son como un terremoto inesperado. O reaccionas con temple y tomas el control, o te quedas paralizado y pierdes credibilidad en segundos.

Si el paciente hace una bradicardia y tú entras en pánico o te pones a pensar demasiado, el cirujano y el equipo lo notan. Pero si te ven calmado, tomando decisiones rápidas y efectivas, ordenando al equipo sin levantar la voz, tu imagen profesional sube de nivel.

No siempre puedes controlar lo que pasa, pero sí puedes controlar cómo reaccionas. Y eso define cómo te perciben los demás.

Coherencia: el ingrediente secreto del respeto

Si llegas tarde todos los días, pero exiges puntualidad, ¿cómo esperas que te respeten? Si criticas el desorden, pero tu carrito de anestesia parece un campo de batalla, ¿qué mensaje estás enviando?

La imagen no es solo apariencia. Es un conjunto de hábitos, actitudes y comportamientos. No puedes hablar de profesionalismo si lo que proyectas es lo contrario. Y esto es válido en cualquier parte del mundo. No importa si trabajas en Santo Domingo, Madrid o Nueva York, la percepción que los demás tienen de ti influye en cómo te tratan, en cuánto confían en ti y en cuánto te pagan.

Moraleja

Puedes ser el mejor médico/a, pero si no te ves, no te escuchas y no te proyectas como tal, te va a tocar trabajar el doble para que te tomen en serio. Así que ponle atención a tu imagen, porque aunque muchos digan que no importa, la verdad es que sí. Y mucho.
Anestesia en tacones… y en la pista de baile

Hay días que se viven intensamente, que quedan tatuados en la memoria con colores vibrantes, risas desbordadas y una alegría que parece no tener fin. Mi cumpleaños fue uno de esos días. Desde el mediodía hasta el atardecer, la música de los 80 marcó el ritmo de una celebración que lo tuvo todo: merengue, rock, comida, tragos y una tribu dispuesta a disfrutar cada segundo.

Las ropas eran un espectáculo. Cada uno se entregó a la esencia ochentera con un entusiasmo que hizo que el ambiente se sintiera como un viaje en el tiempo. Y ahí estaba yo, con mi naranja estridente, viendo cómo la alegría se multiplicaba en cada abrazo, en cada carcajada. Mis hijos y mi familia completaron el cuadro, haciéndolo aún más especial.

Pero como en toda gran historia, no faltaron los momentos inesperados. El artista principal tenía que subir a cantar, pero algo pasó… nunca supe bien qué, pero después de unos minutos logró resolverlo y todo siguió su curso. Más personas llegaron de las que esperaba, todas con la misma cara de felicidad al verme, como si la magia del día las hubiera guiado hasta ahí. Algunos amigochis incluso se perdieron en el camino y terminaron en otro club. Llegaron tarde, pero llegaron, con su historia propia y la risa lista para seguir celebrando.

Y cuando parecía que la noche cerraría tranquila, los fuegos artificiales nos regalaron un momento de tensión. Hermosos, sí, pero el techo de cana del club nos hizo contener la respiración por unos segundos. Un pequeño susto que quedó como la última gran anécdota de la celebración.

Luego vino la despedida. La música se apagó, los abrazos se dieron una última vez y la gente se fue. Quedamos la administradora del club y yo, en la parte más dolorosa de la noche: sacar cuentas y pagar. Más de 40 minutos sumando, revisando, despidiendo billetes como si fueran confeti. Pero incluso eso tuvo su encanto, porque era la prueba de que todo había valido la pena.

En el camino a casa, me reía sola. Recordando los disfraces, los pasos de baile improvisados, los brindis, las historias que quedaron en el aire. Y cuando pensé que la celebración había terminado, hoy llegó el momento más dulce: abrir mis regalos. Cada uno con su propia historia, con su propio mensaje de cariño.

Porque al final, la vida es eso: bailar hasta que duelan los pies, reír hasta quedarse sin aire y celebrar cada año con la certeza de que lo mejor aún está por venir.
Bienvenido, febrero: Celebro todos los días mis 46 años

Febrero siempre ha sido mi mes, no solo porque nací en él, sino porque me recuerda que la vida es un regalo que no se desempaca solo una vez al año. Hay quienes marcan en el calendario un día para celebrar, pero yo decidí hacerlo todos los días. No espero una fecha para sentir gratitud, ni un pastel para soplar deseos. Cada mañana, al abrir los ojos, respiro hondo y me celebro.

Cumplir 46 años no es solo un número, es una colección de historias, cicatrices, aprendizajes y renacimientos. Es la certeza de que he vivido intensamente, con la frente en alto, los tacones bien puestos y la anestesia solo para lo que realmente lo merece. Porque no, no voy por ahí insensible a la vida, sino con la determinación de no anestesiarme ante lo que me hace vibrar.

Me celebro porque he aprendido a abrazar mis luces y mis sombras, porque he sido mi mejor compañía, porque entendí que el amor propio no es un cliché, sino una necesidad. Porque mis años no pesan, me elevan. Porque no he esperado a que alguien más me valore para saber cuánto valgo.

Bienvenido, febrero. Te recibo con la misma fuerza con la que he recibido cada reto, cada victoria y cada lección. Y a quienes me leen, les dejo una pregunta: ¿Qué pasaría si empezaran a celebrarse todos los días? No por un número, sino por el simple hecho de estar aquí, de seguir adelante, de ser.

Este mes es mío, pero la celebración es diaria. Y la invitación es para todos.
29.01.2025
“Te vas a quedar sola por exigente y vieja”

Me lo han dicho con la misma seguridad con la que afirman que la anestesia es solo cuestión de dormir pacientes, sin comprender la profundidad de lo que realmente hacemos. Como si fuera tan sencillo administrar fármacos sin pensar en la complejidad de cada cuerpo, en las variables invisibles que pueden hacer que un caso rutinario se convierta en una pesadilla.

Ser anestesióloga no es solo poner a dormir, así como ser mujer no es solo esperar a que alguien más decida que valgo la pena. En ambas cosas hay precisión, hay cálculo, hay decisiones que pueden cambiarlo todo. Y así como en el quirófano no dejo nada al azar, en mi vida tampoco.

Me llaman exigente porque no acepto lo que no cumple mis estándares. No por capricho, sino porque sé el valor de lo que ofrezco. Aprendí que en anestesia, una decisión errada por prisa o presión puede ser fatal, y en la vida no es tan diferente. He visto lo que pasa cuando alguien se conforma, cuando deja que el miedo a la soledad le haga aceptar lo que no merece. Prefiero ser yo quien elige, en lugar de que alguien me elija por descarte.

¿Vieja? Si la experiencia me ha vuelto vieja, entonces también me ha vuelto sabia. Porque sé reconocer los signos de una vía aérea difícil antes de que se convierta en una emergencia, igual que sé reconocer a un hombre vacío antes de que quiera llenarse de mi energía. Y no, no voy a intubarme en la historia de alguien que no sabe respirar por sí mismo.

Si quedarme sola significa no perderme en la mediocridad de lo que la sociedad me dice que debería aceptar, entonces bienvenida sea la soledad. Porque al final del día, en el quirófano y en la vida, la única constante que realmente importa es saber que tomaste la decisión correcta.
23.1.2025

Cuando una puerta no se abre, es porque no lleva a donde necesitas ir.

En mi trabajo, he aprendido a distinguir entre persistir con propósito y saber cuándo detenerme. Por ejemplo, en situaciones como una vía aérea difícil, el primer intento no siempre tiene éxito. A veces es crucial detenerse, analizar el panorama y redefinir la estrategia, siempre priorizando la seguridad del paciente. No se trata de insistir sin rumbo, sino de interpretar las señales y comprender cuándo es necesario buscar un enfoque diferente.

La vida, al igual que la anestesia, tiene su propia forma de comunicarse. Hay caminos que, por más que lo intentemos, simplemente no se abren. Esto no significa falta de capacidad o mérito, sino que esa dirección en particular no es la correcta para ti. Si avanzar se convierte en una lucha constante que desgasta más de lo que aporta, tal vez sea el momento de preguntarte: ¿Estoy enfocando mi energía en lo que realmente importa? ¿Vale la pena insistir aquí?

Con el tiempo, he aprendido que es esencial tener un plan alternativo, tanto en una sala de cirugía como en la vida. Un plan que no te drene ni convierta cada paso en una batalla. Saber cuándo detenerse no es un acto de derrota, sino una muestra de sabiduría. Es reconocer dónde tu esfuerzo será más valioso y dónde es mejor soltar.

Hoy decido no forzar puertas que permanecen cerradas. Prefiero guardar mi energía para los caminos que fluyen con mayor armonía, aquellos que me llevan, casi de forma natural, al lugar donde debo estar. Porque la vida tiene su propio ritmo, y cuando algo está destinado para ti, llegará sin necesidad de empujar con demasiada fuerza.

¿Y si vale la pena romper mis propias reglas?
Por Dra. Brígida Gómez

Siempre me he considerado una mujer de principios sólidos. Esas reglas internas que construí con los años me han servido como brújula y ancla, guiándome entre las mareas de decisiones difíciles y momentos de incertidumbre. Sin embargo, también me doy cuenta de que algunas de esas reglas, aunque necesarias en su momento, pueden terminar por limitar lo que soy capaz de vivir y sentir.

En mi mente, he dibujado líneas claras sobre lo que debo y no debo permitir en mi vida. Líneas que prometen protegerme, que me aseguran que nada puede salirse de control si solo me atengo a ellas. Pero a veces llega un momento —un destello inesperado— que te obliga a mirar esas reglas de frente y preguntarte: ¿y si vale la pena romperlas?

La vida, con su irónica precisión, te coloca frente a situaciones que no caben en tus esquemas. Es entonces cuando las reglas que creías inquebrantables comienzan a sentirse como grilletes más que como guías. En mi caso, he sentido esa lucha interna: el deseo de avanzar hacia algo que me llama la atención, pero también el miedo a salir de la comodidad de lo conocido.

A lo largo de mi carrera como anestesióloga, he aprendido a confiar en los protocolos. En el quirófano, las reglas son inquebrantables porque de ellas depende la vida de los pacientes. Pero en la vida, las cosas son diferentes. No siempre hay un protocolo para decidir si algo que no esperabas vale la pena. No siempre hay un manual que te diga cuándo confiar en el instinto o cuándo retroceder.

No puedo evitar reflexionar: ¿cuántas oportunidades dejamos pasar por aferrarnos a reglas que ya no tienen sentido? A veces esas reglas son dictadas por la sociedad, por los demás o incluso por una versión más joven de nosotras mismas que creía tener todas las respuestas. Pero la vida, como el amor, la vocación o la pasión por algo, no siempre sigue las mismas reglas que nosotras trazamos.

Entonces, aquí estoy, en esa encrucijada emocional donde lo desconocido me llama y lo familiar me frena. Esa parte de mí que siempre busca protegerse dice: no lo hagas. Pero otra parte, una más silenciosa pero valiente, me pregunta: ¿y si esto es lo que realmente necesitas?

No tengo una respuesta definitiva. Solo sé que hay algo liberador en permitirnos cuestionar nuestras propias reglas, en darnos permiso para explorar lo que podría ser sin el peso de las expectativas. A veces, la única manera de descubrir quiénes somos realmente es romper aquello que nos define y construir algo nuevo.

Tal vez no haya una respuesta correcta, y quizás el riesgo sea inevitable. Pero también sé que la vida no siempre se trata de certezas. A veces se trata de atreverse a vivir entre las preguntas, sabiendo que incluso cuando el resultado no es el esperado, el acto de arriesgarse ya vale la pena.

¿Y tú? ¿Qué regla interna estás lista para romper? Quizás sea hora de cuestionarte si esa línea que juraste no cruzar es realmente un límite o simplemente un miedo disfrazado de prudencia.

En Anestesia en tacones, este es un espacio para reflexionar, cuestionar y empoderarnos mutuamente. No siempre tengo las respuestas, pero tal vez juntas podamos encontrarlas.
31.12.2024
Brindando por los “No” – Bienvenido, 2025

Siempre que se acaba el año, hacemos el típico recuento: las metas que cumplimos, los logros, lo bueno que nos pasó. Pero hoy quiero hacer algo diferente. Quiero agradecer por todo lo que no pasó.

Sí, así como lo lees. Gracias a los “no” que recibí, porque me empujaron a replantearme muchas cosas. A esas puertas que se cerraron en mi cara, porque aunque en el momento dolieron, ahora entiendo que no eran para mí. Gracias a lo que se fue, porque me enseñó que soltar también es ganar.

El 2024 no fue perfecto. Hubo momentos duros, dudas, días en los que me pregunté si estaba haciendo las cosas bien. Pero ¿sabes qué? Aprendí. Aprendí que no todo lo que quiero lo necesito, que a veces perder es ganar espacio para algo mejor, y que los “no” son parte del camino.

Hoy recibo el 2025 con el corazón más ligero y la mirada más clara. No porque crea que este año será perfecto, sino porque sé que tengo la fuerza para enfrentar lo que venga. Estoy lista para construir un año increíble, uno que esté alineado conmigo, con mis sueños, y con lo que realmente importa.

Así que aquí estoy, con mi copa en la mano, brindando por lo que no fue, por lo que se fue y por los tropiezos que me hicieron más fuerte. Brindando por un 2025 lleno de oportunidades y por la mejor versión de mí misma.

Gracias, 2024, por todo lo que me enseñaste. Y bienvenido, 2025, sé que serás un año espectacular.

Con cariño y mucha gratitud,
Dra. Brígida Gómez

No estoy para regalar mi energía a cualquiera.

 

Hay momentos en los que la vida nos pide hacer pausas. Pausas para respirar, para observar   y, sobre todo, para decidir. Algo así como cuando el paciente está en la mesa de quirófano y la anestesia empieza a hacer efecto. Todo se desacelera, el ruido se apaga y, en ese instante, la precisión es clave. Cada decisión cuenta, cada dosis importa. Así me siento con mi energía. No la puedo administrar a la ligera ni aplicarla a cualquier cuerpo extraño que pase cerca.

 

En este mundo, parece que ser una mujer atractiva, exitosa y realizada trae consigo una lista de expectativas no solicitadas. La sociedad te observa como si debieras “completar la fórmula” con una pareja al lado. Porque claro, “no puedes tenerlo todo y seguir sola”. Y si decides no buscar pareja, la gente comienza a mirar con intriga, como si estuvieran esperando a que *despiertes de la anestesia* y te des cuenta de que algo te falta. Pero no, no hay nada que falte aquí. Aquí hay presencia, plenitud y decisión consciente.

 

No es que esté cerrada al amor ni a la compañía, pero no pienso anestesiar mis estándares para que alguien encaje a la fuerza. En el quirófano, la precisión lo es todo. No se aplica más medicamento del necesario, no se corta más de lo imprescindible y no se improvisa con las herramientas. Mi vida no es diferente. No pienso permitir que cualquiera acceda a mi paz, mi tiempo ni mi cuerpo, simplemente porque debería darme  una oportunidad. Mi energía no está en oferta ni en descuento de temporada.

 

A veces me preguntan, con esa mezcla de curiosidad e incomodidad:

—Pero, ¿por qué no tienes pareja?

Y la respuesta es tan clara como el reflejo de la luz en un monitor de signos vitales:

—Porque no estoy para regalar mi energía a cualquiera.

 

La gente se sorprende. Porque vivimos en una cultura donde, supuestamente, toda mujer debe estar en “búsqueda activa” de amor. Y si no lo estás, algo raro debe pasarle. Pero, ¿por qué es tan difícil entender que la plenitud también se encuentra en la soledad? No se trata de un estado de carencia, sino de un estado de preservación consciente. En cada relación hay un intercambio de energía, igual que en cada procedimiento quirúrgico hay un intercambio de riesgos. Y con los riesgos, se es cuidadosa. No todo se puede dejar en manos del azar.

 

En la anestesia, uno de los principios clave es la dosificación justa y necesaria. No se le da más ni menos de lo que el cuerpo puede soportar. Mi vida sigue esa misma lógica. No invierto más energía de la que debo, no entrego más atención de la que me corresponde y, sobre todo, no permito que nadie me drene emocionalmente. Porque el desgaste no siempre se siente de inmediato, pero cuando llega, puede ser tan profundo como los efectos de una sedación mal administrada.

 

Y aquí va la parte más importante: no es que no quiera amar, es que quiero amar bien. No cualquier compañía merece mis días de calma, ni cualquier presencia puede ocupar mis pensamientos. Si alguien quiere entrar a mi vida, debe tener la misma estabilidad emocional, la misma claridad de propósito y el mismo respeto por la paz mental que yo he construido. Si no, que ni se moleste. Mi energía no está disponible para “probar” ni para “ver si funciona”.

 

A diferencia de lo que muchos creen, no busco ser “la elegida” por nadie. Ya fui elegida por mí. No quiero una pareja por presión social ni para cumplir con un guion que alguien más escribió. No tengo que demostrar nada. No me interesa “rellenar huecos” emocionales, porque yo soy completa. Mi vida no está en pausa ni en espera de un gran amor que lo revolucione todo. Mi vida está activa, está en proceso, está en transformación continua, como el monitoreo constante de la saturación de oxígeno en un paciente. Aquí no hay espacio para errores ni para improvisaciones.

 

Si algún día alguien entra en mi vida, será porque tiene el nivel emocional y la estabilidad para estar aquí. No habrá dudas ni juegos. No habrá “a ver qué pasa”. Será una decisión tan precisa como la administración de un bolo de propofol: controlada, medida y con efectos predecibles. Porque la incertidumbre tiene su lugar, pero no aquí. No en mi paz ni en mi energía.

 

La energía no se regala, se invierte.

Y, por ahora, la inversión está enfocada en mí. Porque nadie puede cuidar de otros si no cuida de sí misma primero. Así como el anestesiólogo verifica el estado del paciente antes de actuar, yo verifico mi estado interno antes de entregar mis emociones. Y, de momento, estoy estable, sin taquicardias, sin arritmias y, lo más importante, sin prisa.

 

Si alguien merece entrar a mi vida, será alguien que comprenda la importancia del equilibrio, alguien que no me pida bajar mis estándares, alguien que me respete sin anestesia, sin máscaras ni efectos pasajeros. Hasta entonces, aquí estoy: consciente, tranquila y en control de mi energía.

9-12-2024
Dolor bloqueado, tacones puestos

Las anestesiólogas tenemos un truco bajo la manga: controlamos el dolor. Cuando alguien entra a quirófano con un problema que parece insalvable, tenemos el poder de inhibir la transmisión del dolor a nivel neuronal. ¿Cómo lo hacemos? Bueno, una combinación estratégica de medicamentos, conocimiento, experiencia… y, claro, un poco de magia profesional.

Pero, ¿qué pasa cuando el dolor no es físico? Cuando no hay catéteres ni bloqueos que puedan apagar ese eco persistente de recuerdos del pasado.
Ahí es donde comienza la verdadera cirugía: la emocional.

Así como usamos medicamentos para bloquear las señales de dolor en los nervios, podemos hacer algo similar a nivel emocional. No con jeringas, claro, sino con decisiones conscientes: soltar lo que no nos sirve, cortar de raíz pensamientos tóxicos, e inyectarnos dosis saludables de amor propio. Y lo mejor de todo: lo hacemos en tacones.

Porque superar el pasado no tiene por qué ser aburrido ni solemne. A veces implica bailar frente al espejo mientras te ríes de lo que algún día pensaste que sería el fin del mundo. Otras veces, simplemente decirte a ti misma: “Hoy no, drama. Estoy ocupada siendo espectacular.”

Y, al igual que en anestesia, esta técnica requiere precisión. No se trata de ignorar el dolor, sino de enfrentarlo con gracia, humor y firmeza. Aprender a recordar sin que duela. Entender que cada cicatriz es un recordatorio de lo lejos que has llegado.

Así que hoy, querida lectora, te invito a que anestesies esos pensamientos que te lastiman. Imagina que tienes el control del monitor de tu vida: ajusta las dosis, bloquea lo que no te deja respirar libre y despierta solo cuando estés lista para ver el mundo de nuevo… pero desde una versión más fuerte, más feliz y más tú.

Y, por supuesto, hazlo en tacones. Porque si algo nos enseñó la vida, es que el pasado solo nos define si decidimos caminar descalzas en él.
2/12/24
Para ser contrincantes, hay que estar en la misma categoría

En el manejo del dolor, cada medicamento tiene su lugar. Hay dolores leves que responden a un simple paracetamol, otros necesitan la fuerza de un opioide, y algunos requieren combinaciones específicas, como si el dolor tuviera su propia jerarquía. Pero, ¿alguna vez has visto a un opioide competir con un antiinflamatorio para probar cuál es mejor? No, porque cada uno sabe que su función es distinta, que su lugar no se disputa, sino que se complementa o, en ocasiones, simplemente no se cruzan.

Así pasa en la vida. Para que alguien se convierta en nuestro contrincante, tenemos que colocarnos en el mismo cuadrilátero, aceptar el juego y decidir entrar en el duelo. Pero, ¿qué pasa si no queremos competir? ¿Qué pasa si entendemos que no estamos en la misma categoría, no porque seamos mejores o peores, sino porque simplemente jugamos un partido distinto?

Los enemigos solo existen si les damos espacio en nuestra mente. Si les damos la llave para que vivan en el terreno de nuestras emociones. Pero, como en el manejo del dolor, uno elige qué arsenal usar, o si incluso merece la pena tratarlo. No todos los dolores necesitan nuestra atención, y no todos los conflictos necesitan nuestra energía.

No soy enemiga de nadie porque no me coloco en esa posición. No lucho por demostrar nada frente a otros, sino que camino en mi propio sendero. Para ser contrincantes, primero tendríamos que estar en la misma categoría, y, sinceramente, ya no compito. No hay fuerza mayor que la paz de quien entiende que el único rival verdadero es el que mira al espejo.

La próxima vez que alguien intente colocarse como tu contrincante, pregúntate: ¿estamos siquiera en la misma categoría? Y si no lo están, ¿para qué desgastarte? Algunos dolores no necesitan medicación, y algunos conflictos no merecen atención.
 

Al final, el verdadero arte no está en vencer, sino en no entrar en batallas que nunca valieron la pena.
30-11-2024
Navidad: Solo con los que me quieren de verdad
Este año, mientras camino en mis tacones entre las luces del quirófano, me doy cuenta de algo importante: así como soy meticulosa en mi trabajo, también debo serlo con las personas que dejo entrar en mi vida. La Navidad no es una excusa para llenar espacios con gente que no suma; es el momento de comprometerme aún más con mi bienestar emocional, económico y, sobre todo, con mis bebés, que son mi verdadero hogar.

He aprendido que no necesito mesas llenas ni reuniones ruidosas. Lo que realmente importa son las personas que me miran con honestidad, las que saben quién soy más allá de mi bata y mis tacones, y que están ahí, incluso cuando las luces no brillan tanto. Esas personas que no solo me acompañan en las fiestas, sino también en mis silencios y mis decisiones difíciles.

Mis tacones son altos, pero mis estándares para estas fechas son aún más altos. Este año, me rodearé solo de quienes me quieren de verdad, los que respetan mi tiempo, mi esfuerzo y mis prioridades. Porque en esta etapa de mi vida, mi compromiso no es con las expectativas de los demás, sino con mi propia paz y con la estabilidad que estoy construyendo para mí y para mis hijos.

Así que, si estás en mi mesa esta Navidad, es porque eres de los pocos que merecen ese lugar. Y si no lo estás, no pasa nada: mi luz sigue brillando, aunque no todos puedan verla.

La Navidad es para compartir, sí, pero solo con los que realmente importan.

Este año, quiero invitarte a hacer lo mismo: filtra, elige, cuida. No tienes que cargar con relaciones que no te llenan, ni sentarte a mesas donde no te sientas valorado. Que esta Navidad sea un reflejo de tu amor propio: rodeada de pocos, pero de los mejores.

Porque al final, la verdadera magia de estas fiestas está en quienes te quieren de verdad.
25-10-2024
Viajar entre amigas: Un reencuentro con nosotras mismas

Hay algo especial en viajar con amigas, algo que no se puede imitar en ningún otro tipo de experiencia. Es como si las horas se deshicieran en risas, anécdotas inesperadas y conversaciones que empiezan con banalidades, pero terminan desnudando el alma. Un viaje con amigas es mucho más que una escapada; es un espacio donde dejamos de ser profesionales con agendas repletas o madres que corren tras el reloj, y simplemente somos nosotras: mujeres con sueños en construcción y cicatrices bien disimuladas.

 

Cada conversación, entre tragos y planes improvisados, revela capas ocultas. A veces descubrimos que esa amiga que parece tenerlo todo resuelto guarda silencios profundos, o que detrás de la fortaleza de otra hay una niña que aún sueña con aventuras. En ese intercambio sincero, de mujer a mujer, nacen momentos que difícilmente suceden en la rutina diaria.

 

Lo hermoso de viajar con amigas es que nadie te juzga si cambias de planes, si decides quedarte en cama todo un día o si terminas bailando en algún lugar desconocido. Nos damos permiso para ser auténticas, sin máscaras, sin agendas, sin filtros. El viaje se convierte en una especie de terapia grupal, donde los consejos fluyen, las confesiones pesan menos y las expectativas desaparecen.

 

¿Y qué decir de los recuerdos? Siempre hay un chiste interno que sobrevive al regreso, una canción que revive el momento exacto en el que todo cobró sentido y hasta un brindis espontáneo que eterniza los sueños compartidos. En cada parada del viaje no solo dejamos huellas físicas, sino también esas conexiones profundas que solo ocurren entre mujeres que se entienden en su esencia.

 

Viajar con amigas es un reencuentro con esa versión de nosotras que a veces dejamos atrás en medio de las responsabilidades diarias. Es recordar que, más allá de nuestras carreras y roles, seguimos siendo mujeres que necesitan pausa, risa, complicidad y aventura. Al final, cada viaje es una excusa perfecta para volver a lo esencial: ser, estar y disfrutar de la vida en compañía de quienes nos recuerdan quiénes somos, sin importar en qué punto del camino estemos.

 

Así que, empaca el equipaje ligero, lleva espacio para lo imprevisto, y prepárate para coleccionar momentos que te recordarán que, aunque amemos las rutinas, siempre habrá una parte de nosotras que necesita escapar, reír hasta que duela y descubrir que el verdadero destino está en la compañía perfecta.

 

Después de todo, ¿qué mejor forma de cuidarnos que darnos tiempo con quienes nos hacen brillar sin esfuerzo?

El orgullo del sur en la medicina: Vocación, entrega y humanidad

 

Nacer en el sur es llevar en la piel el orgullo de una tierra que, aunque a veces distante del bullicio de las grandes ciudades, forja con paciencia y esfuerzo a profesionales extraordinarios. Crecer entre caminos polvorientos, sol abrazador y la calidez de comunidades pequeñas nos enseña desde temprano el verdadero valor del trabajo, la empatía y la resiliencia. Estos valores, al ser aplicados en el campo de la medicina, se traducen en una forma de ejercer nuestra profesión con profundo respeto por la vida y un compromiso inquebrantable con cada paciente que confía en nuestras manos.

 

Como anestesióloga, he aprendido que el sur no solo nos regala paisajes maravillosos, sino también una sensibilidad única hacia el otro. No basta con administrar un bloqueo nervioso preciso o garantizar la estabilidad durante una intervención quirúrgica; nuestra misión va más allá de las habilidades técnicas. Sabemos mirar al paciente más allá de su diagnóstico, entendiendo que, tras cada historia clínica, hay vidas, sueños y miedos que merecen ser atendidos con humanidad y comprensión.

 

La formación académica en nuestras tierras es solo el principio. Los profesionales del sur llevamos en el corazón la certeza de que el conocimiento sin vocación es un esfuerzo vacío. Cada intervención es una oportunidad para demostrar que la excelencia médica puede convivir con el respeto profundo por el dolor del otro. Cuando me pongo la bata, no lo hago solo como profesional de la salud, sino como alguien que representa el espíritu del sur: solidario, persistente y siempre dispuesto a aprender del otro.

 

Nos han dicho que desde el sur se lucha más. Y es cierto. Hemos aprendido que el camino puede ser más empinado, pero ese mismo camino nos moldea. En cada guardia, en cada curso de formación, en cada congreso al que asistimos, llevamos el orgullo de saber que nada ha sido fácil, pero todo ha valido la pena. No tememos a los retos porque sabemos que las dificultades no son obstáculos, sino escalones.

 

Así como las raíces de los árboles del sur buscan incansablemente el agua en los suelos más duros, así también nuestro espíritu busca la superación constante. Cada paciente recuperado, cada procedimiento exitoso, es un tributo a nuestra tierra y a quienes nos enseñaron que la medicina no es solo ciencia, sino también arte y corazón.

 

Porque ser médico en esta profesión es mucho más que títulos o competencias. Es entender que nuestro verdadero valor radica en la capacidad de acompañar, de aliviar y de estar presentes cuando el otro más lo necesita. Y, en eso, quienes nacimos en el sur tenemos una ventaja indiscutible: aprendimos desde pequeños a ponerle el alma a todo lo que hacemos.

Manual para anestesiar los comentarios ajenos.

 El arte de ignorar lo innecesario

 

A lo largo de la vida, así como en el quirófano, nos toca decidir a qué prestar atención y qué dejar pasar sin que afecte nuestro bienestar. En el quirófano usamos anestesia para reducir el dolor, pero en la vida, tenemos que aprender a aplicar otro tipo de anestesia: la que silencia los comentarios innecesarios sin apagar nuestra esencia. Aquí tienes algunas claves para lograrlo sin perder la calma ni el buen humor.

 

Saber diferenciar entre crítica y ruido

 

No todo lo que escuchas merece tu atención. Así como en una cirugía separamos lo importante de lo accesorio, aprende a diferenciar entre una crítica constructiva y un comentario vacío. Si no aporta a tu crecimiento, déjalo pasar.

 

Define tus prioridades

 

Cuando tienes claro quién eres y hacia dónde vas, los comentarios que no encajan con tus principios se vuelven irrelevantes. Como un anestesiólogo que sigue los signos vitales, tú también debes seguir tus propias prioridades y no dejar que los ruidos externos alteren tu enfoque.

 

Escucha sin absorber

 

No se trata de cerrarte a las opiniones, sino de filtrar lo que escuchas. Acepta lo que te sirve y deja que lo demás fluya. Imagina que los comentarios ajenos son como un ligero pinchazo: los sientes, pero no te afectan más de la cuenta.

 

No te hagas cargo del ego de los demás

 

No eres responsable de cómo se sienten los demás ni de satisfacer sus expectativas. A veces, las críticas vienen más de las inseguridades de quien las emite que de algo que realmente debas mejorar. Aprende a identificar esos momentos y sigue tu camino sin carga extra.

 

El silencio es una respuesta poderosa

 

No todo comentario merece una réplica. A veces, la mejor respuesta es guardar silencio y seguir adelante. No explicar ni justificar tus decisiones puede ser más efectivo que cualquier argumento.

 

Crea un espacio mental a prueba de críticas

 

Piensa en tu mente como un campo estéril donde solo entran las opiniones que tú permites. Protégete emocionalmente, como harías en el quirófano, dejando fuera todo lo que pueda contaminar tu paz interior.

 

Todo pasa, incluso las críticas

 

Recuerda que los comentarios no son permanentes. Lo que hoy parece relevante, mañana será solo un eco lejano. Lo que realmente importa es mantener la confianza en ti misma y seguir avanzando con seguridad, sin dejar que las voces ajenas interfieran en tu camino.

 

Ignorar lo innecesario no es insensibilidad; es inteligencia emocional. La clave está en mantener la calma, saber qué tomar y qué soltar, y seguir siendo fiel a ti misma, sin anestesiar lo que realmente importa: tu esencia y tu paz.

La fuerza de no recibir ayuda

“La ayuda que no recibí fue la que más me ayudó”

A veces, la ausencia de una mano extendida es la mejor lección que la vida te puede dar. En más de una ocasión me he visto esperando una respuesta, un consejo, una guía. Pero, para mi sorpresa, lo que no llegó fue lo que más me enseñó. La ayuda que no recibí fue la que me impulsó a buscar mis propias soluciones, a encontrar fuerza en mi interior y a dejar de depender de las respuestas de los demás.

Es curioso cómo funciona la vida: los momentos en los que más esperé que alguien me dijera qué hacer, fueron los momentos en los que encontré mi propia voz. El consejo que nunca me dieron, fue el que, de alguna manera, ya estaba dentro de mí, esperando ser escuchado. Y es que, a veces, la falta de orientación externa es lo que nos obliga a mirar hacia adentro y escuchar lo que ya sabíamos, pero no queríamos admitir.

No estoy diciendo que no necesitemos a los demás. Pero, en mi caso, aquellas veces en las que nadie vino al rescate fueron las que más me moldearon. Me hicieron entender que mi propio instinto y mi capacidad para tomar decisiones son las herramientas más poderosas que tengo.

Así que hoy, cuando miro hacia atrás, agradezco esos silencios, esas manos no extendidas, esos consejos no dados. Porque gracias a ellos, encontré mi propio camino. Y lo mejor de todo es que me enseñaron una lección invaluable: la ayuda que más vale es la que nace desde dentro.
¿Miedo al compromiso o simplemente no tengo tiempo?

¡Ay no, ay no, no no, no. La verdad es que la soltería no es un castigo, es una elección, y no, no es que esté huyendo del compromiso ni que tenga miedo a enamorarme.

La realidad es más sencilla: ¡no tengo tiempo! Entre tres maestrías, mi carrera, mis hijos, mi perro, y todo lo que me apasiona, ¿en qué momento puedo meter a alguien más en mi vida? Me encanta compartir con mis amigos, esos cercanos que me llenan el alma. Ir de compras, pasar tiempo en casa, ver a mis hijos crecer y recibir el cariño de mi perro son momentos que me hacen sentir plena.

Esos son los amores de mi vida ahora mismo. No es que no me interese conocer a alguien, es que sinceramente no tengo espacio en mi agenda ni en mi mente para interactuar con alguien que esté fuera de mis intereses. ¡Es como pedirle a un avión que aterrice en una pista en construcción! He escuchado tantas veces: “pero deberías conocer a alguien, deberías darte una oportunidad”. Y yo solo pienso: "ay no, no no no", porque eso suena como una distracción que ahora no puedo permitirme.

Mi vida está llena, plena, y la energía que tengo prefiero usarla para seguir creciendo, disfrutando de lo que ya tengo y amando la libertad de hacer lo que quiero, cuando quiero.

Quizá en otro momento cambien las prioridades, pero por ahora, mi amor más grande es por mis proyectos, por lo que estoy construyendo y, por supuesto, por mi círculo más cercano. Y esa, señores, es una relación en la que no hay espacio para compromisos ajenos.

¿Por qué esperar un diagnóstico para ver a los amigos?

 

Hoy recibí una llamada de una amiga muy querida. No era una llamada cualquiera, era una de esas que marcan un antes y un después. Me pidió que la ayudara, no porque no tuviera opciones, sino porque solo confiaba en mí para hacerlo. El motivo de su confianza es uno que ninguna de nosotras esperaba: un diagnóstico de leucemia.

 

En ese momento me detuve a pensar cuántas veces posponemos un café, cuántas veces dejamos de lado un encuentro, y lo relegamos con un “luego te llamo” o un “la próxima semana nos vemos”. Vivimos en un mundo tan apresurado que olvidamos lo esencial: el tiempo compartido, las risas, los silencios cómplices, los momentos sin más propósito que estar juntos.

 

Nos hemos acostumbrado a encontrarnos en momentos duros, cuando las pruebas nos golpean de frente. ¿Por qué no podemos darnos el regalo de vernos cuando todo está bien, cuando aún hay salud y risas? ¿Por qué esperar un diagnóstico para retomar una amistad que nunca debimos dejar en pausa?

 

Hoy me propongo algo, y te lo propongo a ti también: no esperes a que las malas noticias sean la razón para volver a ver a tus amigos. Llámales, visítales, haz ese tiempo para que, cuando llegue cualquier tormenta, la base de su relación esté más firme que nunca.

 

Porque los amigos no solo están para las despedidas, ni para las malas noticias. Los amigos están para cada respiro, para cada paso, y para recordar que el cariño no entiende de diagnósticos. Solo de presencia.

 

Así que hoy, ve y abraza a los tuyos. Que las buenas noticias también se celebren en compañía.

Se rompieron mis zapatos

En el ultimo  congreso en Santiago de los Caballeros, me veía impecable como siempre, cuidando cada detalle. Llevaba dos pares de zapatos para cada ocasión: unos elegantes stilettos en blanco perla para el día, y otros mostaza brillantes para la noche. La mañana fue un éxito. Todos me elogiaban los hermosos zapatos blancos, y yo me sentía segura, poderosa… hasta que uno de ellos decidió que su tiempo había llegado. Se rompió sin aviso, como una despedida inesperada. Respire profundo y con mis ojos llenos de temor decidí revisar y allí estaban, sí rotos y no solo el derecho, también el izquierdo.

 

Me tome unos segundos para analizar la situación y las opciones; salí disimuladamente hasta el parqueo del local busque en mi pequeña maleta que todos ustedes conocen y me los cambie por algo mas simple. No sacaba de mi mente el suceso, pero nada,  las charlas me envolvieron y me calme.

 

No importaba, me dije. A la cena con mi amigo y su pareja iría aún mejor, con esos stilettos mostaza que tanto adoraba. Al entrar al restaurante, noté las miradas de admiración de las mujeres, todas fijas en mis preciados Stilettos. Pero, justo en el momento más glorioso de la noche, sentí el fatídico crujido: el segundo par también me traicionó. Ahí estaba yo, con mis zapatos favoritos destrozados, víctima del desuso y el paso del tiempo. Me di cuenta de que, por más que los amara, su momento había pasado.

Explote de la risa y comencé juntos  a mis amigos hacer bromas sobre mi desdichada fortuna con mis adorados zapatos.

Al día siguiente, con una agenda llena de compromisos, decidí aceptar la realidad y me puse mis tenis blancos recién adquiridos. Eran sencillos, pero modernos, y con ellos me sentí tan cómoda como elegante. Para mi sorpresa, nuevamente recibí cumplidos, esta vez por mi estilo relajado y fresco. Tanto en persona como a través de mis redes sociales varios  me hacían comentarios sobre mi outfit: "que bien me veía, que chula la combinación de mi conjunto de animal print y mis tenis, que donde los compré".

Todo salió super bien, disfrute el último día de congreso, me reí como hacia tiempo pues me reencontré con mis colegas Cibaeños, que como siempre son gente tan atenta y cariñosa. Llegó el momento de la despedida y camine a mi auto y cuando abro la puerta para ocuparlo, allí me encuentro en el asiento del pasajero, esos dos pares de zapatos listos para ser desechados. Dios,  como lo pensé, incluso busque el numero de una zapatería famosa de aquí de la capital que he llevado anteriormente una que otra pieza para ponerle las "tapitas", pero este no era un problema de tapitas, ya no daban para mas.

 

De verdad que sentí tristeza y melancolía, pero me llene de valor los agarre con amor como si fueran nuevos y junto con una botella de agua vacía y unos papeles de recibos innecesarios, me baje del auto y los tire en el zafacón que estaba en el parqueo,  volví a mi auto y me regrese a la capital. no les voy a negar que vine todo el camino con canciones de Anthony Rios pero lamentando tan hermosa perdida. 

 

Esa experiencia fue un recordatorio de que a veces nos aferramos a lo que ya no sirve, a lo que, aunque haya sido valioso en su momento, ha cumplido su propósito. Así como mis zapatos viejos, algunas cosas en la vida simplemente deben dejarse atrás. Es fácil sentir nostalgia por lo que fue, pero la verdadera resiliencia está en saber aceptar el cambio, en abrazar lo nuevo con la misma confianza que nos dio lo antiguo. 

 

Dejar atrás lo que ya no encaja en nuestro presente no significa perder algo, sino abrir espacio para lo que está por venir. Los tenis blancos eran una señal de que el confort y la modernidad podían coexistir con la elegancia. Así es en la vida: lo nuevo puede ser igual de valioso, o incluso mejor, si lo aceptamos con los brazos abiertos y la mente despejada del pasado.

Cuando el pasado te llame, no atiendas

Hay llamadas que nunca deberíamos contestar. No me refiero a esas que llegan en horas inoportunas, sino a las que vienen desde lo más profundo de nuestro pasado. Esas que, con la suavidad engañosa de una voz familiar, intentan arrastrarnos de nuevo hacia un dolor que creímos superado. Y si el pasado te llama, si te susurra al oído con promesas vacías y recuerdos manipulados, recuerda: no atiendas.

El pasado puede ser un lugar cruel. Puede arrastrarte de vuelta a noches de lágrimas contenidas, a días donde el sol no parecía brillar para ti, porque todo lo que conocías y amabas se había desmoronado. Es en ese momento, en ese cruce de caminos, donde una decisión cambió tu vida para siempre.

Él prometió estar contigo, construir una vida, una familia. Juntos habían soñado con un futuro lleno de risas infantiles, de domingos en familia, de proyectos que harían del "nosotros" algo más grande que la suma de sus partes. Pero cuando ella apareció, una sombra con labios rojos y promesas tan vacías como su corazón, todo se derrumbó.

Ella no tenía sentido de familia. Para ella, un hogar no era más que una palabra, no el refugio sagrado que tú habías construido con tanto esfuerzo. Pero él, cegado por una ilusión efímera, tiró todo por la borda. Se fue, sin mirar atrás, sin pensar en los ojos llenos de esperanza, en las noches en que te quedabas despierta, velando por un futuro que él destruyó en un instante.

Y aquí estás, reconstruyendo las piezas de lo que quedó. Cada día es una batalla, pero también es un triunfo. Porque aprendiste a levantar la cabeza, a caminar con la dignidad que solo una madre puede tener.

Pero a veces, el pasado quiere regresar. Quiere hacerte olvidar los días oscuros, los sueños rotos, las promesas vacías. Quiere que recuerdes los momentos buenos, aquellos en los que pensabas que todo iba a estar bien. Es en esos momentos cuando más fuerte tienes que ser. Pero no hay nada en ese pasado que valga la pena recuperar. No hay llamada que justifique el dolor, no hay disculpa que sane las cicatrices.

El pasado puede intentar seducirte, pero tú ya no eres la misma. Ahora sabes que mereces más. Sabes que no puedes permitirte retroceder, porque todo lo que has ganado en este tiempo es demasiado valioso como para dejarlo ir.

Cuando el pasado te llama, no atiendas. No te dejes atrapar por la trampa de la nostalgia maldita. El presente y el futuro que estás construyendo son mucho más poderosos. Tú y tu familia son un equipo invencible, y no hay nada en ese pasado que pueda ofrecerte algo mejor que lo que ya tienes: la fuerza de haber sobrevivido, de haber crecido, y de haber encontrado en ti misma la valentía para seguir adelante.
31-08-2024

Las cuatro C's que tienes que abandonar para avanzar en tu vida

 

En este camino de superación personal, nos encontramos con muchos obstáculos; algunos de ellos son tan sutiles que no nos damos cuenta de cómo nos afectan. Hoy quiero hablarte de cuatro hábitos que he identificado y que, si no los abandonamos, pueden detener nuestro crecimiento. Yo las llamo las “Cuatro C's”.

 

1. La primera es:

Chismear: una trampa de energía negativa ¿Te has dado cuenta de lo fácil que es caer en el chisme? Es casi como un reflejo, especialmente cuando estamos con amigos o colegas. Pero lo que a menudo olvidamos es que el chisme no solo afecta a los demás, sino también a nosotras mismas. Nos envuelve en una energía negativa, y, poco a poco, nos aleja de nuestros propios objetivos. Así que, la próxima vez que te veas tentada, piensa en cómo esa conversación puede influir en tu vida. Enfócate en hablar de ideas, de sueños, de proyectos. Las conversaciones que realmente nos enriquecen son aquellas que construyen, no las que destruyen. El chisme es un círculo en donde hablar negativamente de los demás dice más de ti que de ellos.

 

2. Complacer a todo el mundo: un peso que no tienes que cargar ¿Cuántas veces uno ha dicho “sí” cuando realmente quiere decir “no”? Vivimos en una sociedad que aplaude el sacrificio, pero en realidad, complacer a los demás constantemente solo nos desgasta. No estamos aquí para cumplir con las expectativas de todos. Es momento de priorizar nuestras propias necesidades, de escuchar esa voz interna que sabe lo que realmente es bueno para nosotras. Decir “no”, no es egoísmo; es autocuidado. Y cuando empezamos a cuidarnos, todo en nuestra vida mejora.

 

3. Compararte con los demás: el ladrón de la alegría Las redes sociales han hecho que compararse sea casi inevitable. Vemos a otros y comenzamos a dudar de nosotras mismas, de nuestros logros, de nuestro camino. Pero lo que no vemos es que cada una de nosotras está en un capítulo diferente de su historia. Compararte solo te roba la alegría del momento presente. En lugar de eso, celebra tu progreso, por pequeño que parezca. Recuerda que tu viaje es único, en las redes sociales solo publicamos los buenos momentos. Todos pasamos por situaciones, problemas, bajas, caídas, como queramos llamar a los malos momentos, pero toda esa fantasía de redes solo queda en Instagram. Preocúpate por vivir una vida real.

 

4. Controlar: aprender a soltar es liberador Si hay algo que he aprendido, es que la vida es impredecible. Intentar controlarlo todo solo genera ansiedad y frustración. A veces, lo mejor que podemos hacer es soltar. Soltar la necesidad de controlar cada detalle, cada resultado, y confiar en que todo se va a resolver de la mejor manera posible. Cuando dejas de lado la necesidad de control, encuentras paz, y en esa paz, es donde realmente comienza el crecimiento.

 

Reflexión final

Abandonar estas cuatro C's no es fácil; todas estamos en constante aprendizaje. Pero es un paso necesario para avanzar hacia una vida más plena y auténtica. Es un recordatorio de que el crecimiento personal es un viaje, no un destino, y que en ese viaje, somos libres de dejar atrás lo que ya no nos sirve.

28/8/2024

El ejercicio como ritual de empoderamiento: Más allá de sudar, se trata de sentirse bien
 
En un mundo donde el “ajetreo” y la búsqueda constante de éxito nos consumen, encontrar un espacio para nosotros mismos se ha convertido en un acto de resistencia. Y ahí es donde entra el ejercicio, no solo como una herramienta para mantenernos en forma, sino como un ritual diario de empoderamiento personal. Sí, es cierto, sudar y mantenerse activa tiene sus beneficios físicos obvios, pero lo que a menudo se pasa por alto es el impacto mental y emocional que una rutina de ejercicio puede tener en nuestras vidas.
 
El poder de la constancia
 

Cuando hablamos de ejercicio, solemos centrarnos en los resultados visibles: tonificación, pérdida de peso, aumento de fuerza. Pero, ¿qué pasa con los resultados invisibles? La constancia en el ejercicio nos enseña disciplina, nos reta a superar nuestras propias expectativas y, lo más importante, nos da una sensación de logro que va mucho más allá de lo físico. Cada vez que te levantas para hacer ejercicio, estás reafirmando tu compromiso contigo mismo. Ese pequeño acto de constancia tiene un efecto dominó que se refleja en cómo enfrentamos otros desafíos en la vida diaria.
 
Crear una rutina que realmente disfrutes
 

Uno de los mayores errores al comenzar una rutina de ejercicio es seguir lo que está de moda sin preguntarnos si realmente nos gusta. El verdadero “cool” está en encontrar una actividad que te haga sentir bien, que disfrutes, y que esperes con ansias. Puede ser una clase de yoga que te permita desconectarte, una sesión de HIIT que te haga sentir poderosa, o una caminata al aire libre que te reconforte.

Mas que sudar, se trata de sentirnos bien.

En medio del caos diario y las exigencias de la vida, encontrar un espacio para nosotros mismos se ha vuelto un lujo, pero mas que un lujo, debemos convertirlo en prioridad. Aquí es donde el ejercicio entra en juego, no solo como una manera de mantenernos en forma, sino como un ritual de empoderamiento que va muchos mas allá de las calorías quemadas.

la constancia que transforma.


Imaginate esto: tu despertador suena antes de que salga el sol, y, aunque la tentación de quedarte en la cama es fuerte, te levantas, te pones esos pantalocintos que te hacen ver invencible y te prepararas para sudar. En ese momento no solo estas eligiendo moverte hacia tus metas, tus sueños, y, sobre todo, hacia tu bienestar.
La constancia en el ejercicio no solo moldea nuestro cuerpo, moldea nuestra mente. Cada repetición, cada kilometro recorrido, cada gota de sudor es una prueba de que somos capaces de superar cualquier obstáculo. Esa disciplina que construyes en tu rutina de ejercicios no se queda en el gym; te acompaña en cada desafío que enfrentas fuera de él.
Encuentra tu propio ritmo

El mundo fitness esta lleno de modas y tendencias que cambian a cada momento, pero la verdad no le veo sentido a eso, no seguir las ultimas rutinas que se ven en las redes sociales, sino mas bien hacer lo que te hace sentir bien.
Crea tu espacio
No necesitas un gimnasio de ultima moda para inspirarte. Lo puede hacer en casa en donde puedas ejercitarte a tu manera puede ser igualmente motivador. Un rincón con un par de pesas, una esterilla y conexión a YouTube puede convertirse en un gym de ultima generación. 
El ejercicio es mucho mas que sudar. Es un ritual de empoderamiento, un acto de amor propio, una manera de recordarte que mereces sentirte bien, en tu cuerpo, en tu mente y en tu vida. Así que la próxima vez que te pongas tus tenis, hazlo con la intención de disfrutar, de cuidar de ti misma, y de celebrar todo lo que eres y todo lo que puedes llegar a ser.
 

22-08-2024

Soltar el control: Un camino de sanación para las mujeres empoderadas.

Vivimos en una era donde ser una mujer empoderada se ha vuelto sinónimo de tener el control absoluto, de ser fuertes, independientes y capaces de enfrentar cualquier desafío. Para muchas de nosotras, esta energía masculina, que nos impulsa a ser guerreras en un mundo que no siempre ha sido amable, ha sido nuestra mayor aliada. Nos ha permitido romper barreras, alzar nuestras voces y reclamar espacios que antes nos eran negados.

Sin embargo, este escudo que hemos construido, esta fortaleza que hemos edificado alrededor de nosotras, también puede convertirse en una cárcel invisible. En nuestra lucha por no mostrar vulnerabilidad, hemos adoptado una postura de rigidez, de control, que a veces es la manifestación de heridas profundas: la traición, el abandono, el miedo a ser lastimadas nuevamente.

Pero, ¿qué sucede cuando ese control que tanto nos ha servido empieza a asfixiarnos? Cuando sentimos que, a pesar de todo lo que hemos logrado, hay un vacío que no podemos llenar. Es en ese momento en el que necesitamos aprender a soltar.

Soltar el control no es rendirse, es confiar. Confiar en que, aunque bajemos la guardia, no seremos dañadas. Que el mundo no se desmoronará si no estamos a cargo de todo. Que está bien pedir ayuda, mostrar nuestras cicatrices, y permitirnos sanar. Soltar el control es un acto de amor propio, de darnos el permiso de ser humanas, de reconocer que no somos invencibles y que no necesitamos serlo.

¿Cómo empezamos a soltar?

Bueno el primer paso es reconociendo nuestras heridas. Entender que muchas de nuestras conductas controladoras provienen de un lugar de dolor. Es muy importante identificar esas heridas para sanarlas.

Permitiéndonos sentir. Hemos sido educadas para ser fuertes, pero ser fuerte también significa permitirnos sentir, llorar, y procesar nuestras emociones sin juzgarnos.

Abrazando la vulnerabilidad. Ser vulnerables no es un signo de debilidad, sino de coraje. Es aceptar que necesitamos a otros, que no estamos solas en nuestro camino.

Practicando el autocuidado. Darnos tiempo para nosotras, para conectar con nuestra esencia femenina. Esto puede ser a través de la meditación, la escritura, o simplemente disfrutando de momentos de calma.

Aprendiendo a confiar en los demás. Dejar que otros nos apoyen, nos guíen y nos cuiden, es parte del proceso de soltar. No siempre tenemos que ser las que lo hacen todo.

Al soltar el control, comenzamos a liberarnos de las cadenas que nos atan al miedo y al dolor. Nos damos la oportunidad de vivir desde un lugar de autenticidad, de amor y de paz. Dejamos de luchar contra nosotras mismas y empezamos a fluir con la vida, confiando en que, al final del día, todo estará bien.

Es un trayecto retador, pero indispensable. Porque no nos conformamos con solo subsistir; merecemos vivir a plenitud, en armonía y en paz con nuestra verdadera esencia.
20-8-2024
El valor de la derrota

A lo largo de la vida, no siempre nos toca ganar. A veces, por más que nos esforcemos, por más que pongamos todo nuestro empeño y corazón, la victoria se nos escapa de las manos. Nos toca perder. Y aunque la derrota no es algo que busquemos, es una experiencia que nos marca, nos moldea, y nos enseña mucho más de lo que imaginamos.

Vivimos en un mundo que aplaude el éxito, que celebra a los ganadores y nos hace creer que la derrota es algo de lo que debemos avergonzarnos. Pero la realidad es que perder es tan parte de la vida como respirar. Todos, en algún momento, hemos experimentado la amarga sensación de una meta no alcanzada, un amor no correspondido o un proyecto que no salió como esperábamos. Esos momentos son duros, nos dejan con el corazón hecho trizas, preguntándonos qué hicimos mal.

Cuando nos toca perder, lo primero que sentimos es dolor. Es un golpe directo al ego, a la ilusión de que teníamos todo bajo control. Nos invade la frustración y, a veces, hasta la desesperanza. Pero aquí es donde se esconde una lección valiosa: la derrota nos obliga a detenernos, a mirar hacia adentro y a preguntarnos qué es lo que realmente importa.

Perder nos hace humanos. Nos recuerda que no somos perfectos, que somos seres vulnerables, con miedos, inseguridades y límites. Esta vulnerabilidad, lejos de ser una debilidad, es lo que nos conecta con los demás, lo que nos permite ser compasivos y comprensivos. Al perder, aprendemos a valorar más las pequeñas cosas, a apreciar las victorias que antes dábamos por sentadas.

Y es que perder no es sinónimo de fracaso. El verdadero fracaso es rendirse, dejar que la derrota nos defina y nos impida seguir adelante. Cada vez que nos toca perder, se nos presenta una elección: podemos quedarnos en el suelo, lamentándonos por lo que no fue, o podemos levantarnos, sacudirnos el polvo y seguir caminando. Es en esa decisión donde reside nuestra verdadera fuerza.

Cuando nos toca perder, tenemos la oportunidad de aprender, de crecer, de descubrir aspectos de nosotros mismos que no conocíamos. Nos volvemos más resilientes, más sabios, más preparados para enfrentar lo que venga. Y aunque en el momento la derrota duele, con el tiempo nos damos cuenta de que fue una etapa necesaria, un paso más en nuestro camino hacia convertirnos en quienes realmente somos.

Así que, cuando te toque perder, no lo veas como el fin del mundo. Es solo una parte de tu historia, un capítulo que, aunque doloroso, te ayudará a escribir los siguientes con más claridad y propósito. Al final del día, lo que importa no es cuántas veces caemos, sino cómo nos levantamos, cómo seguimos adelante, y cómo transformamos nuestras derrotas en la fuerza que nos impulsa a ser mejores cada día. Sí, uno se siente avergonzado, pero la vergüenza nunca a matado a nadie. En una situación así les recomiendo comerse un helado.
18-08-2024
Cuando arriesgarse es la unica opción.

Arriesgarse es dar un paso hacia lo desconocido, con el corazón latiendo más rápido de lo habitual y las dudas rondando la mente. Es dejar la comodidad de lo seguro, esa rutina que nos envuelve en una falsa sensación de control, para lanzarnos hacia lo que deseamos de verdad. Sabemos que podríamos perder, que el fracaso está ahí, siempre acechando. Pero también sabemos que, si no lo intentamos, nunca sabremos qué habría pasado.

 

Es un impulso que nace desde dentro, una voz interna que susurra que vale la pena intentarlo, que el miedo no puede ser quien marque el rumbo de nuestra vida. Arriesgarse es darle una oportunidad a lo que anhelamos, a pesar del temor que produce pensar en lo que podríamos perder.

Y si bien el riesgo puede llevarnos por caminos difíciles, también nos abre puertas que de otra manera permanecerían cerradas. No se trata de lanzarse sin pensar, sino de confiar en nosotros mismos, en nuestra capacidad para enfrentar lo que venga, ya sea triunfo o derrota. Porque al final, lo más importante es saber que nos atrevimos, que no dejamos que el miedo decidiera por nosotros. 

En esa valentía de arriesgarse es donde se encuentran las historias que realmente merecen ser vividas.

Haz esa llamada, llega a ese lugar, pásale tu número, di que sí, renuncia a ese trabajo, acepta esa propuesta, ve a ese viaje, ponte ese vestido, expresa lo que sientes. Corre el riesgo, siente esa sensación. No importa si no lo consigues pero y si lo logras. No dejes que el miedo te domine, hazlo con miedo pero hazlo. Al final esa sensación de “si lo consigo” o “si no lo logro” solo son eso. Sensaciones. Vamos hazlo.

Porque al final del día, no se trata de ganar o perder, sino de tener el valor de apostar por lo que de verdad quieres conseguir.

Muchacha y gato

La fuerza detrás del estilo.
 

Este fin de semana pasado estuve en una actividad de moda. La verdad quedé impresionada del talento que existe en esta isla. ¡Qué buen gusto, cuánta sutileza y creatividad! Diseñadores dominicanos emergentes que parecen de otro planeta. 10/10. Vi la diversidad en los estilos de los diferentes profesiones pero que todos coincidieron en el gusto por la moda.

En un mundo donde la apariencia y la percepción juegan un papel crucial, el concepto de profesionalismo a menudo se asocia con ciertas normas y expectativas. Para las mujeres, estas expectativas pueden incluir no solo la competencia y el rendimiento, sino también la manera en que nos presentamos ante el mundo. Sin embargo, el profesionalismo femenino va mucho más allá de un código de vestimenta o la apariencia exterior; se trata de una combinación única de fuerza, resiliencia, empatía y, sí, estilo.

 

Las mujeres somos más que tacones y trajes.

Históricamente, el ámbito profesional ha estado dominado por una imagen rígida y a menudo masculina del éxito: trajes oscuros, posturas serias y una distancia emocional que se suponía necesaria para ascender en la jerarquía. Sin embargo, las mujeres han comenzado a redefinir estas normas, demostrando que la profesionalidad no está limitada a estas características.

 

Los tacones, por ejemplo, a menudo simbolizan elegancia y feminidad, pero para mí, representan algo más: una declaración de poder y confianza. Lejos de ser un símbolo de superficialidad, es una expresión de la fortaleza interior y la determinación de mantener el equilibrio, tanto literal como figurativamente, en un entorno profesional desafiante.

La feminidad ha sido erróneamente percibida como una debilidad en algunos contextos profesionales, pero la realidad es que puede ser una fuente inmensa de fortaleza. La empatía, la capacidad de nutrir relaciones, y una visión total de los problemas son cualidades a menudo asociadas con lo femenino y que son esenciales en el liderazgo moderno.

Al abrazar estas cualidades, las mujeres no solo estamos cambiando la definición de éxito profesional, sino que también estamos mostrando que el liderazgo efectivo y el profesionalismo no están reñidos con la feminidad. Es posible ser suave y fuerte, elegante y poderosa, emocional y racional.

 

El estilo personal es una extensión de nuestra identidad, y en el ámbito profesional, puede ser una herramienta poderosa para comunicar quiénes somos. Optar por vestimenta que nos haga sentir seguras y cómodas, que refleje nuestra personalidad, puede influir en cómo nos perciben los demás y, más importante aún, en cómo nos percibimos a nosotras mismas.

El verdadero profesionalismo no se trata de conformarse con un molde predefinido, sino de ser auténticas, de utilizar nuestra vestimenta y apariencia como una forma de expresar nuestra individualidad mientras nos mantenemos fieles a nuestros valores.

 

El viaje hacia esta redefinición es personal y único para cada mujer, pero es un viaje que vale la pena emprender. Al final del día, lo que realmente importa es cómo nos sentimos al caminar por la vida, con o sin tacones, sabiendo que la verdadera fuerza reside en nuestra capacidad para ser fieles a nosotras mismas en todos los aspectos de nuestra vida. Yo prefiero los tacones, pues me siento que con ellos subrayo mi esencia. Ser mujer

¡Oh la vida!

La vida es tan hermosa, vivir es hermoso, pero vivir de verdad, sin miedos, sin mentiras, sin poses, sin esperar.

Mucha gente vive en lo eterno y no, hay que vivir el momento.
Existe algo innato de la vida que es la muerte. Siii, es lo único eterno que tiene esta vida.


Vivan, carajo, pero vivan para ustedes.
No se mientan así mismo, no esperen nada de mañana.


Tengo una anécdota: cuando tenía 13 años mi mejor amigo ( Nao) teníamos la misma edad y nacimos el mismo día y estuvimos desde los 3 años en la misma aula uno al lado del otro y su madre tenía un sueño de vivir fuera del país para darle mejor vida a sus hijos y así pasó, su madre evolucionó económicamente y construyó una casa hermosa con todo lo que soñó para sus hijos y ella, el día de la mudanza fue una fiesta en mi casa y en la de él. Pues que él se mudara a un mejor lugar era como si yo también me mudara a esa hermosa casa. Todo bien, se recogió solo lo necesario y se fueron. Pues mi amigo con 13 años se montó en el transporte de la mudanza y llegando a la nueva casa, mi amigo se cayó de la parte trasera del camión y su cuello se rompió. 😞
Mi mejor amigo falleció en ese lugar y no pudo vivir en su nueva casa, más bien lo mudaron a un lugar horrible y solitario llamado cementerio.

Luego de ahí, 10 años más tarde, murió abuela, pero ahí fui más receptiva, pues abuela necesitaba descanso.
Luego hace 3 años volví a tener a la muerte de frente y burlándose de mí. En ese momento le pagué todas las que les debía, pues sé que por mi habilidad, en varias ocasiones me dejó ganar en mi hospital. Claro, un engaño de ella para que mi ego creciera y luego rómpeme la cara.

Por eso les escribo: que vivan, suelten las poses, el que dirán. No se cohíban, claro, sin hacer daño a nadie, pero vivan. Si a usted le gusta comer, coma. Si a usted le gusta su mismo sexo, amé, si a usted le gusta todo; siga amando. Si usted se siente bien con sus adicciones, siga, sabiendo las consecuencias, pero la vida es una, viva.

Yo, al igual que ustedes, he vivido situaciones que quisiera borrar de mi cabeza, pero luego pienso y doy gracias, pues gracias a eso he mejorado muchísimo, tengo mejores deducciones y más elasticidad cerebral.

Pero SI, les digo vivan, total nadie va a morir por ustedes.
Dejar de pensar y de hacer creer es lo mejor.
No soy feliz, lo demuestro.
Soy feliz, lo demuestro más.
Nadie va a morir por mí, entonces yo no tengo que vivir por nadie.
Resiliencia

Palabra que se ha hecho muy común últimamente, la conocí a finales del 2020 con el asunto de la pandemia y demás. Nunca le puse mucha atención, pues, andaba en otros asuntos.

Ayer, en clases del máster, la profesora nos hizo hacer un ejercicio cerebral y hasta a dibujar nos puso. No le muestro mi dibujo porque es muy explícito ( se trataba de dibujar una situación que te llevó a un gran desafío, qué te enseñó y cómo saliste de ese bucle). Bien.

Mis compañeros plasmaron sus retos y yo el mío. Todos hicimos lo mismo, todos pasamos por una situación en que no veíamos la solución, todos decidimos afrontar y salir airosos de eso. Todos aprendimos que fue lo mejor que pasó, pues conseguimos un triunfo. Todos podemos contar una anécdota sobre eso y nos sentimos orgullosos de haberlo resuelto.
Pues la maestra, al final de la clase, nos dijo que eso se llama Resiliencia.

La resiliencia es la capacidad de adaptarse y recuperarse de situaciones adversas, dificultades o estrés. Es un atributo esencial para enfrentar los desafíos de la vida, permitiéndonos salir fortalecidos de las experiencias negativas. La resiliencia no es una cualidad innata, sino que puede desarrollarse y fortalecerse a lo largo del tiempo. Este término que ahora se le dio una semántica siempre ha existido. Mi abuela le decía a mi mamá: “Martha tú ves esto grande ahora, tranquila, deja que bajen las aguas, todo obra para bien”

Mi abuela entendía que de ese problema saldría algo bueno, lo sabía, mi abuela lo sabía todo 🥰. Ahora que me toca ser adulta a mí veo el porqué de su calma y sus reacciones tan pacíficas y calculadoras frente a los problemas. Es el tiempo, el tiempo es maravilloso, pero solo si sabemos aprender de él.

Antes le decían experiencias, ahora sabemos cómo se llama, se llama Resiliencia.
Las situaciones de disconformidad si sabemos aprender de ellas nos conducen a adaptarnos al cambio.

Al desarrollar resiliencia, puedes adaptarte o tomar mejor a las circunstancias cambiantes y encontrar nuevas formas de alcanzar tus objetivos, incluso cuando las cosas no salen como esperabas.


Esta capacidad de adaptarse de manera más segura a las circunstancias desafiantes y hallar nuevas formas de alcanzar tus metas, incluso en situaciones que no se ajustan a tus expectativas. La resiliencia te ayuda a manejar el estrés de manera en la que estás en un estado que te permite mantener la calma y tomar decisiones racionales en situaciones difíciles.

Al ser resiliente, percibes el fracaso no como un final, sino como una oportunidad para aprender y mejorar, lo que te motiva a intentarlo de nuevo con una mejor estrategia.

Cada desafío superado gracias a tu resiliencia te hace más fuerte y más preparado para enfrentar futuros obstáculos, aumentando la confianza en uno mismo.

La resiliencia en tu vida no solo te ayuda a superar momentos difíciles, sino que también te prepara para aprovechar al máximo las oportunidades.
29-07-2024
En medio de días de mucho trabajo, trato de buscar inspiración y también tener en mente cosas que me ayudan siempre a ser fuerte, positiva y firme, por eso vengo aquí a escribir y recordarles que no dejen que un mal tiempo les dañe sus sueños.

La vida está llena de desafíos y adversidades que pueden parecer insuperables.
Lo sé, igual, el “mal tiempo” no se refiere solo a las condiciones climáticas, sino también a las dificultades personales, profesionales o emocionales que enfrentamos día tras día.

Cuando sientas que no más, o que quizás eso que quieres no es para ti, respira. Vuelve y respira, piensa en lo que te impulsó, vuelve a tu zona.
Regresa a tu idea primaria. Busca la ilusión que te causó ver realizado ese deseo cuando lo concebiste en tu mente.

Adáptate a la circunstancia para que encuentre la manera de llegar a tu meta. Habla con la persona perfecta para eso (tu mejor amigo, tu madre, tu terapeuta) alguien en quien confíes plenamente. También te recuerdo que vivimos en una época digital en la que la comunicación es fácil, si no tenemos con quién hablar, no pasa nada. Escuchemos un pódcast que se relacione con lo que nos está pasando o nos interese en el momento.

No dejes que las dificultades temporales no te permitan lograr tus objetivos y metas. Créeme; con perspectiva, motivación interna, metas realistas, apoyo y una mentalidad de aprendizaje. Puedes navegar cualquier tormenta, si es cliché la frase, pero solo así podemos seguir avanzando hacia los objetivos. Si no dudas de ti, puedes alcanzar tu máximo potencial y cambiar tu mente.

En caso de que la soledad sea abrumadora y persistente, relájate; trabajando con un profesional puedes marcar una gran diferencia en tu vida. No te dejes. Tú y yo sabemos que puedes. Confía en ti.
Autoaprecio


Anoche, en mi primera clase de maestría ( si he vuelto a la universidad como estudiante) el profesor me miró y me dijo: Sabes a dónde has llegado, y yo le contesté: me falta mucho, y él volvió, y me preguntó: ¿sabes a dónde has llegado? Entonces me quedé en silencio. Prosiguió diciendo: ¿tú me dices que te falta, te falta qué? ¿Has visto el camino que llevas recorrido? Solo piénsalo un minuto. De cuándo empezaste tu vida de adulto. Y guaooo, es verdad. He llegado lejos, llevó un tremendo camino recorrido, a pesar de no tener ninguna posibilidad para estar donde estoy, lo he logrado. Esta mañana, haciendo mi rutina de ejercicios, me he puesto a pensar en las palabras del profesor, el cual es un completo extraño para mí, y como ese señor sin conocerme pudo ver en mí dónde he llegado.

Y qué bueno, que un extraño si vea tu valía; sin embargo, yo me enfrasque en lo que me falta. Al igual que yo, ustedes también, solo pensamos en lo que nos falta, y ni nos fijamos en lo que hemos logrado. De vez en cuando es bueno mirarnos al espejo y no para ver nuestra ropa y cabello, sino más bien para vernos a nosotros mismos y felicitarnos por dónde hemos llegado. Cada quien lleva su ritmo y sus tiempos, no compararse con nadie es saludable, pues nadie, pero absolutamente nadie sabe las luchas y desafíos de cada uno.

Apreciar nuestros propios logros, tomarnos el tiempo para celebrarlos es amarnos. Cultivar tus fortalezas es inteligencia emocional y enfrentar los miedos es de valiente. Que tengas logros materiales a los 30, 40 o 50 es lo mismo que a los 20, es tu esfuerzo, la vida no es una competencia. Es un camino que debemos disfrutar y tratar de llegar a un objetivo que nos dé satisfacción.

No te compares, no asumas, no creas. Chequen los artistas famosos, uno los ve y dice guaoooo, si yo fuera… y luego, cuando conocemos una parte de su vida personal a través de los medios de comunicación, nos damos cuenta de que son personas iguales a nosotros, con problemas familiares, de pareja, y de más. Mis palabras van hacia el consejo de disfrutar tu camino, mira donde has llegado, chequea todo lo que has conseguido. No te centres en lo que te falta. Felicítate, celébrate, quiérete.
25-06-2024
Siempre nos van a criticar 

La crítica es inherente al ser humano, ya lo he dicho antes en post más antiguo. La necesidad de las personas en criticar está tan arraigada en su cerebro como la necesidad de comer.

Si duermes mucho, eres perezoso, pero si trabajas mucho, eres un adicto al trabajo y eso no está bien. Si das tu opinión, eres irrespetuoso, pero si no dices lo que piensas, eres hipócrita. Si te viste de manera elegante, eres presumido; si te ríes mucho, eres un loco viejo (inmaduro).

Si no tienes pareja es porque no encuentras a nadie, pero si tienes facilidad para estar acompañado siempre, eres un bandido. Si tienes éxito, eres un arrogante, pero, de lo contrario, eres un fracasado. Si eres delgado, de seguro estás enfermo, pero si no es así, eres un descuidado con la comida. Si eres muy ahorrador de dinero, eres avaro, pero, de lo contrario, eres un desperdiciador.

Si no les pides ayuda a los demás es porque te crees superior, pero si lo haces, eres un bueno para nada que solo sabes molestar.

Hagas lo que hagas, siempre habrá una contra para eso. Si eres buena persona, eres un pendejo, pero si no eres un maldito. Y si sigo no termino.

Solo quiero dejarles claros que vivan su vida como ustedes entiendan. Vivan y dejen vivir, todos tenemos el mismo derecho, si su deseo es criticar dele duro, si su deseo es vivir su vida dele más duro. Pero por favor que su deseo de lo que decida no quieran imponerlo al otro como lo correcto. Critique todo lo que quiera, oféndase todo lo que quiera, ríase todo lo que quiera, pero no olvides que quien va a morir Su muerte es usted.

 
Encontrar la calma y la pasión en el día a día.

En el acelerado mundo actual, encontrar paz y entusiasmo puede parecer una misión imposible. Entre el trabajo, las obligaciones personales y el bombardeo constante de información, es normal sentirse abrumado y desconectado. Sin embargo, es precisamente en estos momentos de turbulencia cuando más necesitamos buscar la paz.

La paz interior no es un lugar al que se llega, sino un camino que se recorre día a día. Es esa sensación de sosiego y equilibrio que nos permite enfrentar las tormentas de la vida con serenidad. Si bien puede parecer un estado lejano e inalcanzable, la realidad es que, con esfuerzo y dedicación, todos podemos sentir PAZ.

Una de las herramientas más poderosas para alcanzar la paz interior es la meditación. Sí, es cliché, pero dedicar unos minutos al día a esto nos hace entrenar la mente para enfocarnos y calmar el ruido interno. No se necesita un lugar especial ni mucho tiempo; solo basta con encontrar un sitio tranquilo, cerrar los ojos y centrarse en la respiración. Poco a poco, esta práctica transforma nuestra forma de afrontar el estrés.

Junto a la meditación la Atención plena o consciencia plena se convierte en un aliado. Esto nos invita a vivir el presente, a ser conscientes de cada momento sin juzgarlo. Cuando estamos plenamente presentes, nos percatamos de la belleza que nos rodea: el aroma del café, el sonido de la lluvia, la sonrisa de un ser querido.

Estos pequeños instantes, que a menudo pasan desapercibidos, al final del día lo son todo para nosotros. Les confesaré mi secreto: El entusiasmo, realmente es mi motor interior es esa chispa que me impulsa a enfrentar cada obstáculo con una mentalidad fuerte. Suena muy lindo, pero mantener viva esa llama en medio de la rutina no es sencillo. Normalmente, yo, me refugio en mis sueños, en las pequeñas alegrías que me rodean, en la compañía de aquellos que me inspiran.

En ocasiones, las tantas responsabilidades diarias me hacen sentir como si nadara contracorriente. La rutina me atormenta, me nubla la mirada. Es en esos momentos cuando tengo que recordar el poder transformador del entusiasmo. Para mí, el entusiasmo es como un músculo que hay que entrenar. Cuanto más lo uso, más fuerte se vuelve. Por eso, busco maneras de nutrirlo cada día. Pequeñas acciones que me recuerdan la magia que existe a mi alrededor:

-Saborear un café caliente mientras observo el amanecer.
-Extender una mano amiga sin esperar nada a cambio.
-Reconocer mis propios avances, sin importar cuáles sean.
-Comer alimentos saludables, hacer ejercicio regularmente y dormir.
-Estar cerca de los míos.
-Tomarme un baño relajante, leer un buen libro o escuchar mi música favorita son pequeños gestos que me ayudan a encontrar alegría en mi vida diaria.

Estas son solo algunas ideas, lo importante es encontrar actividades que nos den felicidad, me hagan sentir vivo y me llenen de entusiasmo para seguir adelante.

Déjame decirte que lo mejor de todo es la integración de estas dos fuerzas, cuando se logra tener una fuerza mental capaz de comenzar el día con gratitud, que es un antídoto contra la negatividad, tener una breve sesión de meditación, aquietando la mente y conectando con nosotros mismos. Luego, para encender el entusiasmo, dedicarnos a una actividad que nos guste. En medio del caos mental, reconectar con nuestro propósito puede reavivar la motivación. Si no sabes qué hacer, pues mejor inyecta una dosis de emoción y ayúdate a descubrir nuevas habilidades.

Aprender cosas nuevas, atrévete a hacer lo que te nazca, siempre hay tiempo y nunca es tarde.

Yo sé, estoy consciente de que en la vida en general, es inevitable experimentar días grises en los que la motivación no existe y el desánimo nos invade. Pero, es completamente normal. Lo importante es NO rendirse ante estas emociones pasajeras y seguir adelante con determinación. Esto es un viaje personal, todos debemos poner esfuerzo y dedicación en nuestras metas. No existe una fórmula única. Sin embargo, el resultado es inigualable.
10.06.24
A nuestra cultura latinoamericana le falta evolución realmente, lo sé, pues yo vengo de una familia tradicional que a mis padres solo lo separó la muerte de mi madre. Los separo en cuerpo, pues mi papá vive en la misma casa, sigue durmiendo en la misma cama, sigue su rutina como si mami estuviera, con la única diferencia que él se despierta todas las mañanas y mami sigue durmiendo.

En varias ocasiones de mi niñez vi una que otra situación entre ellos que luego entendí de grande. Papi es excelente padre y respeto o mejor dicho le temió ( si un hombre tan grande le tenía miedo a su pequeña esposa) a mami.

Al crecer entre ellos dos como la favorita de papi, pero la hembra de la casa según mami, desarrollé una personalidad de autoridad y princesa que el que me conoce sabe, soy un híbrido entre Maléfica y Caperucita roja. Pasaron los años y seguí creciendo no solo físicamente, sino también psicológicamente.

Soy muy fuerte pero también resiliente. Siempre, pero siempre he sabido que no necesito pareja para estar completa.
¿Pues adivinen qué? Yo nací completa ( cabeza, 2 ojos, 1 nariz, 2 brazos, 2 piernas, tronco, intestino y demás cosas que los humanos llevamos dentro y todo funcionando en perfecto estado).

Mandarme a rehacer mi vida de verdad que no entiendo cuando me dicen eso. Divorciarse o estar soltero no se está dañado. Mi cerebro funciona muy bien, mi cuerpo igual. Mi vida está hecha y sigue hecha, no tengo que rehacerla en nada. Nací con vida y sigo con vida. Dejen de ver a las mujeres que no tienen un hombre a su lado como si están mal. No estamos mal, muchas como yo estamos en paz. Se debe formar una sociedad donde las mujeres sean valoradas por quienes son, no por su estado civil..

Por esta razón, muchas mujeres toman decisiones equivocadas por sentirse presionadas y creer que les falta algo, no es así, estamos completas.

A menudo es preferible estar sola y rodeada de los que te aman, que estar al lado de una persona que no te aprecie. Quiérete tu mujer, date todo ese amor que necesitas, confía en mí.

Sé auténtica, sé fiel a ti misma y no temas mostrar tu verdadera personalidad. La felicidad está en tus manos, no en las de otra persona.
¿Se paga un precio por ser excelente?

Aunque la excelencia tiene muchos beneficios, como el reconocimiento, la satisfacción personal, profesional y mayores oportunidades, es importante ser consciente de los desafíos y manejar el equilibrio de manera efectiva.

Si, ser excelente, tiene un precio. Con ella llega la crítica y no me refiero a la crítica que te hagan los demás, sino a la autocrítica, pues te presionas a ti mismo, que si no tienes cuidado puede llevarte a generar una gran frustración, pues siempre, pero siempre hay algo que mejorar.
Es importante que hagas un equilibrio entre las mejoras de tus habilidades y tu vida personal porque la dedicación excesiva a alcanzar la excelencia te aísla y destruye tu lado cotidiano que es tan necesario para la salud mental.

Cuando finalmente alcanzas el nivel deseado de rendimiento, entonces llega la presión constante para mantener la posición. Ojo aquí, esto es desgastante y super liberador de cortisol. Manejar las expectativas externas también es un factor que genera estrés. Sentir que todos observan tu ascenso o que todos esperan tu fracaso generalmente te va a mantener aprisionado de un miedo que muchas veces no existe. La mayoría de las personas están inmersas al igual que tú, en su propia guerra y realmente no te están observando.

No digo que no existan personas que, si quieren verte caer, y mejor dicho, que no subas. Pero son la minoría, pero muy mínima, casi todo el mundo está en lo suyo.

Pero esos pocos pueden ocasionar cierto malestar cuando escuchas críticas o se inventan historias macabras sobre tu persona. Usted tranquilo que tampoco eres un cheque de 10,000. Dólares para caerle bien a todo mundo. Si vas a igual que yo, camino a la excelencia solo te daré un consejo, que tu objetivo no te desvíe de tu felicidad.

Sigue adelante ascendiendo como hasta ahora, pero también ocúpate de tu familia, amigos, pareja y hasta mascotas, son excelentes ayudas cognitivas para llegar a la cima.
¿Por qué soy feliz?
Aprecio lo que tengo y no me quejo de nada. La queja permanente es una acción de descontento con uno mismo, estar en permanente queja atrae a la vida más situaciones por las que quejarse. Sé que es difícil no quejarse o díganmelo a mí. El tránsito, el calor, la educación de nuestro pueblo, los servicios de salud hasta para nosotros los médicos son dificilísimos, los precios de la canasta familiar y el combustible, la política, el trabajo, el salario y etc. que no termino.

Les tengo una anécdota. En febrero 2014 me fui a Boston a estudiar manejo del dolor crónico a cargo del Dr. Robert Feliz, médico anestesiólogo, director Hyde Park Pain, LLC Harvard Medical School.
A mi llegada todo excelente me gustó mucho el centro, los demás especialistas que acompañaban al Dr. Feliz y mis 3 compañeros más que al igual que yo buscaban nutrirse de las enseñanzas de los Dres del centro y sus técnicas, pues no tenía una semana en Boston cuando una mañana 7 am suena mi teléfono y es la jefa de servicio de enfermería del centro la cual me comunica que no había trabajo, pues el centro no iba a laborar por una tormenta de nieve.

Pues yo, ok gracias, y pienso que aprovecharía el día para hacer todas mis tareas y terminar de arreglar el dpto. que me habían prestado para mi estadía allá.

Todo muy lindo una tormenta de nieve tipo película, tuve que llamar a mi casero, pues no sabía cómo aumentar la calefacción y literalmente me estaba congelando. Pasó un día, el siguiente y el siguiente y nada de poder salir a la calle ni a la clínica, pues Boston estaba intransitable, habían muertos, desaparecidos y todo lo que conlleva una tormenta de esa magnitud. Mi casa, como era de esperar, se quedó sin suministros alimenticios y tuve que recurrir como buena dominicana a llamar a mis compatriotas. Una excelente amiga se arriesgó a prestarme ayuda y me fue a buscar a mi refugio y salí a la calle a pie. No se podía conducir. Recordar como ese viento helado quemó mi cara y me hizo sangrar por la nariz, la desesperación de querer regresar a mi casa y no poder.

Pues no había forma de llegar al aeropuerto y menos que salieran vuelos. Lloré mucho, lloré hablando con mi mamá y mi papá por teléfono, pues a pesar de que estaban allá ( Long island) no podían llegar a donde estaba, hablaba con mi hijos por teléfono y escucharlos jugando y envuelto en su mundo mientras dejaban el auricular en manos de su abuela y salían corriendo me hacía sentir ese calorcito que tenemos en esta isla y me reconfortaba un poco mientras duraba la llamada.

Pasó la tormenta, pude terminar mi entrenamiento, puede visitar mis familiares, me hicieron una fiesta de despedida y el recuerdo de aquellos 5 días bajo hielo se fueron borrando de mi psiquis. Volví aquí. ¡Dios mío! Qué felicidad me dio sentir ese golpe de calor infernal y exquisito de esta tierra y juré nunca más volverme a quejar de nuestro hermoso y loco clima.

Cómo lideró con el tránsito, fácil. Descubrí los audios libros y podcast muy enriquecedores. No hace mucho mi hijo entrando aquí a la casa junto con su novia, llegó un desaprensivo “hechando carrera“ y los atropelló. Gracias y vuelvo y doy las gracias a mi hijo y mi nuera no le pasó absolutamente nada, no más que el susto, pero mi auto quedó muy dañado. Yo me tuve que “guamiar” 3 meses usando Uber y a uno que otro compañero de trabajo si lo atrapaba en la hora de salida para que me diera un “ride” y me dejara en casa o cerca.

En esos 3 meses extrañé tanto los tapones, estar sentada escuchando las bocinas, sonar creyendo que por tocarla el auto de delante desaparecería, volví a tener auto y jamás me he quejado del tapón. O salgo más temprano o salgo más tarde y si me atrapa escucho cosas interesantes a través de Spotify. Y así voy por la vida.

Nací sin dientes y sin cabellos y todo el que me conoce sabe que parezco Lion king. A darme cuenta de que todo en mi vida es ganancia hice a la queja un lado, cada vez que me descubro queriéndome quejar observo todo lo bueno y maravilloso que hay en mi vida y agradezco. Agradezco tanto, pero tanto que me he dado cuenta en situaciones que supuestamente soy la afectada ( la perdedora) salgo ganando.
No acostumbro a quejarme. Casi nunca lo hago, pues entiendo que la queja solo trae miseria, igual que las preocupaciones. Tengo un dicho muy arraigado en mí que siempre recito “yo no me preocupo, yo me ocupo”.

Pero volviendo al tema. Bendito sea, estamos en el siglo XXI y todavía la gente, incluyendo las mujeres, le siguen aplaudiendo cualquier aptitud mal concebida al género masculino, mientras que a nosotras nos siguen tachando, marcando y hasta despreciando por el hecho de ser mujer.
Léanme bien.

Un hombre mujeriego es un bacano
Una mujer que ha tenido más de una pareja es una pu**.
Un hombre que no busca a sus hijos, ni los cuida, ni los mantiene, simplemente es hombre.

Una mujer con hijos que vive con ellos, está con ellos en todo, los mantiene de todo porque un día sale a divertirse y deja a sus hijos al cuidado de alguien de confianza, es una mala madre irresponsable.
Un hombre adulto que es soltero es un tipo que está enfocao’.
Una mujer adulta que es soltera es una queda’ que algún problema serio debe tener que no consigue hombre.

Es increíble que todavía la humanidad y nosotras mismas no entendamos que ser mujer u hombre no nos da méritos ni los quita.
Cuando me vienen con comentarios disfrazados de jocosos e inocentes, siempre tengo las respuestas exactas. Como dice una gran amiga: “Brígida Gómez, tú pareces pitcher de guagua pública ” Pues siempre tengo menudo para devolver.

No tengo miedo de responder de manera adecuada a cada intento de burla o falta de respeto a mi persona por el hecho de ser mujer.

Cuando subo una foto haciéndole reverencia a mi hermoso y valioso cuerpo de sureña ( cuerpo hecho de ron y sal) a las redes sociales siempre aparece un intrépido a decir: “mira está exhibiéndose” “no le da vergüenza una mujer médico y con hijos grandes” “una mujer tan vieja creyéndose carajita” mi respuesta para estos comentarios es:
Lo hago porque puedo, porque las fotos me la toman mis hijos y porque soy lo que tú anhelas ser.

Cuando me comentan en persona que cómo es que me gustan los hombres, pues, me veo que soy difícil, les digo:
Me gustan así HOMBRE (individuo que tiene las cualidades consideradas varoniles por excelencia), como él valor, firmeza, lealtad, discreción y seguridad en sí mismo).

Es verdad que siempre me ha gustado la moda y los buenos zapatos, pero no hay pregunta más tonta (encuentro yo) que cuestionarme qué llevo puesto, dónde lo compré y cuánto me costó. Siempre respondo:
Lo único costoso que llevo puesto son mis neuronas, y las conseguí de mi madre.

Esta me mata, ¿cuál es mi signo de zodiaco?. El mío es $$$. Y mi carta astral es poder visitar cada rincón de este planeta.

Y si me pongo a describirle aquí todas las preguntas indignantes que me hacen haríamos un libro que se llamaría “en serio los humanos son una raza desarrollada“ Y para terminar,  una que me hacen en algunas tertulias disque personales es:
¿Cuál es tu posición sexual favorita?
Jajajajajaja. Dios mío, la mía en serio no sé la de ustedes, pero la única posición que a mí me mata es la de CEO (chief executive officer)

Mi cama y mi alma.

Proteger nuestra intimidad es una lección crucial que, a menudo, adquirimos con experiencias dolorosas. En la búsqueda de conexión y compañía, a veces podemos ignorar las señales que indican que alguien no es compatible con nosotros. Al conocer a alguien, abrimos una parte vulnerable de nuestro ser, por lo que es esencial ser selectivos.

Las experiencias únicas de cada individuo moldean su camino. Algunos anhelan relaciones genuinas y profundas, mientras que otros pueden tener deseos menos nobles. La clave está en discernir cuáles son las verdaderas intenciones de la persona con la que nos relacionamos.

El encantamiento físico puede nublar nuestro discernimiento y llevarnos a ignorar señales de alerta. Debemos tener presente que no todo el tiempo la conexión física se traduce en una conexión emocional profunda o en una relación sana. El mejor consejo es prestar atención a como nos hace sentir esa persona en todos los planos: emocional, mental y físico.

Proteger nuestra seguridad y paz debe ser siempre una prioridad. Permitir el acceso a nuestra intimidad a otra persona implica un nivel de riesgo. Así que créelo cuando lees que lo mejor es estar segura de las precauciones adecuadas para cuidarnos, desde practicar sexo seguro hasta dejar claro los límites y tener una buena comunicación.

A ustedes que me leen aquí deben saber que, a través de nuestras vivencias, descubrimos que las relaciones más plenas, bonitas y significativas son aquellas en las que nos sentimos valorados, respetados y apoyados en todo. Por lo tanto, les escribo a los que no toman en cuenta estos detalles. Es obligatorio para no caer en juegos, tomarse el tiempo necesario para conocer verdaderamente a alguien antes de comprometerse a un nivel íntimo.

No se trata solo de quién está en nuestra cama, sino de quién está en nuestra vida y cómo esa persona nos hace sentir cuando las luces se apagan y las máscaras caen.

Cuando dejo que una persona entre a mi intimidad, también tomo en cuenta honrar y respetar mi propia valía, mi paz, y mi felicidad, solo así podemos priorizar el tiempo para crear conexiones importantes y, sobre todo, seguras.
He aprendido a disfrutar de toda la cama al dormir, a no preocuparme por cocinar los domingos y a regresar a casa a la hora que elijo.

Me he habituado a vivir sin dar explicaciones, a seguir mis pasiones, sin recibir críticas ajenas. He encontrado placer en los bocadillos de medianoche y en maratones de mis series preferidas, en cantar a todo pulmón y bailar por cada rincón del hogar.

He adoptado la costumbre de responder llamadas en cualquier momento y devolver mensajes a altas horas de la noche, de salir con amigos y escaparme de viaje algunos fines de semana.

Me he acostumbrado al aroma reconfortante del café matutino y a pasear descalza por el jardín, a tomarme mi tiempo para arreglarme y a cancelar planes a último minuto, simplemente porque me apetece. Tener consciencia de quién soy es el mejor sentimiento, verme al espejo cada día y saber que estoy orgullosa de mí. Me he acostumbrado a mis manías, a mi espacio personal, a mi soledad... y es, sinceramente, una sensación maravillosa.
Mariposa acuarela 14
He aprendido a alejarme de la gente que se aleja de mí, de la que se burla de mí, de la que me es hipócrita, de la que no celebran mis logros, de las que todo me lo critican, de las que hablan de mí a mis espaldas, pero de frente me alaban.

¿Por qué? Porque la vida es muy corta y no viviré cerca de gente que simplemente me ha quedado claro que no quieren bien para mi vida.

Eso sí, ustedes nunca me verán reclamando el porqué de su forma de ser. No permito que me aclaren nada, no necesito perdonar a nadie, no quiero conversaciones, ¡no quiero mensajes! Si usted a mí no me aprecia con todas mis sombras y solo quiere recargarse de mis luces, pues no, ¡ay!! No no, no.

Yo sé lo que soy, sé lo que tengo y sé cómo tratar la gente que amo. El hecho de que yo a usted lo aprecie no significa que usted me tenga que apreciar a mí, de eso estoy claro, pero no puedo ser tan hábil para algunas cosas y para otras no, yo recojo mi aprecio, mi buena vibra y hasta mi saludo y me retiro.

Así mismo, y por favor no me digan que “no seas así, Jesús perdono y hasta ceno con judas”. Si eso es verdad, digo lo dicen las escrituras y entonces yo me aprovecho de su cristianismo, adapto a su favor y también digo: “Jesús perdonó a la prostituta, le prometió al ladrón que estaría con él en el reino de los cielos, pero que pasó con judas? Anja. Exactamente, se contestaron solos. Y otra cosa, tampoco yo soy Jesús.

Entiendo que para vivir bien hay que estar rodeado de gente bien. Yo, en lo personal, no puedo vivir cuidándome de que decir, de que hacer o cómo comportarme cuando estoy con mi gente. Si tengo que hacer eso, pues esas personas no son mi gente. Y yo no comparto con nadie que no sea mío.
Yo lo escribo, yo lo hago, yo lo aplico, y ustedes que me están leyendo observe a su alrededor. Yo sé que van a encontrar seudoamistades como las que describí arriba, les voy a dar un consejo que NO me pidieron: aléjese, sí, aléjese como yo. Me lo va a agradecer. Usted verá cómo todo en su vida fluirá con más paz y más armonía. Deje de estar donde no lo quieren, deje de invitar a gente que no lo quiere, deje de regarla sus conocimientos y energía a quien no lo quiere.

¿Pero como yo sé que alguien no me quiere?

Fíjese cómo lo trata, chequee cómo lo minimiza, escuche lo que esa gente habla de usted cuando usted no está y lo más importante mire que nunca lo felicita cuando usted tiene alguna felicidad.
Mariposa 1 de la acuarela
Llego abril. Y con él, el segundo trimestre del año. Abril es un mes hermoso, es pura primavera. Si de casualidad los objetivos de principio de año no se han conseguido, vamos con este periodo. Excelente tiempo para empezar la rutina de ejercicio y buen comer. Conocer nuevos lugares, comprar algo nuevo. Mover su target hacia otro horizonte.

Como quiero compartir mis pensamientos, a ustedes que me leen, déjenme recordarles que ; hacer ejercicio y ponerte como prioridad no solo este mes, todos los días, meses, años. Es el primer actor de amor propio que representa la importancia de la disciplina, ser constante. Inicia hoy, antes o después del trabajo, y si no estás trabajando, pues levántate a quererte.

No hay excusas. Si eres mujer,hombre no importa porque dar el paso a la dedicación y cumplir las metas personales cura el alma, porque cada día es un nuevo comienzo y que manera de empezar a amarse cuidando nuestro cuerpo, cerebro, salud y autoestima.

El alejamiento de las plataformas digitales y el entretenimiento que provoca el deslizamiento hacia abajo, la observación de nuevas noticias, la lectura de rumores y todas las noticias de este país y otros, es únicamente eso, distracciones que siempre estarán ahí, actualizando novedades. Recuerda que hay una vida real donde existes tú fuera de todo lo virtual.

Aprovechemos lo que queda de este 2024 con lo más importante que cada uno tenemos: nosotros mismos.😜 Eso incluye nuestras prioridades como la familia, el trabajo, los amigos. Todos los que nos hagan bien.

La premisa que me evoca cada día es "No te puedes olvidar de ti", y es importante tener en cuenta que cada acción que emprendemos es prosperidad. Trabajar, compartir, tener una rutina, se hace menos difícil cuando recuerdas que quien importa eres tú, estás trabajando para lo tuyo, estás ejercitándote para ti, haces cambios porque tú los necesitas.

Tú familia, tus amigos siempre estarán contigo y eso son los únicos que importan.

Las otras cosas pasan a ser secundarias, dejamos de preocuparnos por las opiniones de aquellos que se encuentran fuera de nuestra burbuja.

Ya que estás leyendo este "diario blog", necesito que recuerdes que todos tenemos circunstancias, problemas y faltas también.

Pero si estás sano por dentro, sabrás cómo poder enfrentarte a todo lo que tienes y hasta lo que venga. Una persona segura, disciplinada y con ganas de vivir, demuestra que nada puede derrumbarla, porque el propósito que tiene cada día de ser feliz es más grande que todo lo que no se puede controlar.

Aprenderemos a recibir todo lo bueno con agradecimiento y lo malo como aprendizajes, pero también simplemente dejándolo atrás.
Dignificando el equilibro del corazón.
Todos saben lo meticulosa que soy con el cuidado de mi cuerpo y mi profesión.

Así como me ocupo de hacer cursos, talleres, habilitaciones, conferencias, máster, investigaciones en torno a mi afición y profesión que es la anestesia, así mismo cuido mi cuerpo: ejercicios, masajes, terapia, yoga, cremas hidratantes y uno que otros truquitos que utilizo como bótox y mis cremas 😉. (Claro que sí, yo estoy envejeciendo con presupuesto.) (A otros que envejezcan con dignidad.)

Volvamos al punto. Escribí estas líneas para recordarle que no solo es importante el trabajo, la familia, el cuerpo físico, no. Hay algo sumamente importante, y como no lo vemos, no reconocemos el valor que tiene cuidar el alma.

Así como usted lo lee, debemos cuidar el alma, y les diré cómo verla para que sepan cómo deben trabajar.

Le explicaré lo que es el alma a continuación: El alma se considera la parte inmaterial, espiritual o esencial de un ser humano que representa su identidad más profunda, su conciencia, emociones y sentido de individualidad.

Cuando usted se mira en el espejo y no para arreglarse, si no para verse, acérquese y cheque sus ojos, mire su color de ojo y mire el reflejo que hay en su iris. Si lo que ves te hace sentir bien y no llega ningún pensamiento negativo sobre tu propia persona, entonces cuidas tu alma.

No estoy hablando de conciencia, pues todos hemos hecho cosas que no es lo correcto, pero nos da cargo de consciencia ejemplo: decir que NO a un favor que sabemos que nos traerá problemas, imponer nuestro punto de vista a pesar de que no estén de acuerdo con nosotros, o alejarse de personas que queremos, pero que nos dañan.

Cuando usted se mira su alma y no le gusta lo que ve, entonces sí tiene que empezar a trabajar en ella. No es que tenemos que ser Santa Teresa de Calcuta, pero si ese sonido que tiene dentro de sus ojos no les da paz, revísese, vamos a hacer una higiene del alma.

Acércate al espejo y mira dentro de ti. Recuerda que no te importe si le caes bien a los demás, si te encuentras correcto o no, si te ven bello o feo, si no te aceptan como eres, lo importante es que el reflejo de ese espejo 🪞 te dé paz y que tú mismo digas: quiero contar y tener a mi lado a una persona como yo.
Si no es así, vamos a dieta.
El-arte-de-amarse-a-uno-mismo-1-Margarita-Alvarado.jpg

El dragon y sus príncipes

dragon_PNG84519 (1).png

Existen muchas historias no solo en la imaginación, sino también en la vida real en las que un heroico caballero salva a la damisela en peligro. 

Este relato no es uno de ellos. 

Saben que este blog es sobre una profesional de la salud, específicamente una Dra. en anestesiología, que escribe aquí sobre sus vivencias personales y cómo se enfrenta a la vida y sus emociones. No solo es una profesional, sino un ser humano. 

Tanto el que me conoce en persona como a través de mis publicaciones me ven como un ser fuerte, imponente, decidida y capaz de sobrevivir a todo. Y si es así. Yo lo único que tengo de princesa de cuentos de hadas es el dragón que vive en mí.

Para nadie es un secreto que llevó dos divorcios,  y esa mala costumbre que tiene la gente de decirme: “ay mana, tienes que elegir mejor, no entiendo por qué fracasan tus relaciones”Eres una mujer perfecta para cualquiera, pero siempre a buscas el mismo patrón. ” “Es que eres muy fuerte mujer, tienes que bajarle, a los hombres no le gustan las mujeres que se imponen tanto”.

Antes me molesta ese tipo de comentarios. 
Me defendía diciendo: como yo voy a elegir una persona con tal cualidad, a mí simplemente se me engañó, se me disfrazó de una cosa y al pasar el tiempo salió quién realmente era. Como que no sea imponente, pues si no me impongo, me pisan.   Como que elijo él mismo patrón, si yo detesto el engaño. Como que no me duran las relaciones, si a mis dos matrimonios le he dedicado 10 años a cada uno. (Si me casé a los 19 y luego me volví a casar a los 33). 

Al pasar el tiempo he dejado de defenderme sobre ese tema y solo asiento con la cabeza y contesto: “siiii, tienes razón, la verdad es que tengo que ponerle un inversor de 14 baterías a mis relaciones pasadas para que nunca se le vaya la luz. 🕯️” 
Hace poco estuve con mis besties que me adoran. Les digo que me adoran, pues, me lo demuestran y me incluyen en sus cosas. Incluso le gusta mi manera de ver la vida.
No sé cómo llegó el tema y me dijeron: “morena, ya está bueno, necesita tener alguien con quien salir del sexo opuesto”, a lo que contesté: No me jod€£¥ con eso. Que no estoy en gente. Para resumir, me mandaron a terapia porque estoy muy negativa 🤣🤣. 

Hago terapia y estoy muy contenta con mi terapeuta, incluso ustedes que me leen cuando me escriben esos mensajitos privados me ayudan bastante.
Me encantan y sé que muchos de ustedes piensan como yo, pero como yo no tengo miedo, #nialmalamen yo lo hago público, mis pensamientos. 
Solo quiero que sepan que si soy un Dragón y que si tengo mi propia torre y mi propio tesoro, que no necesito ningún caballero andante de brillante armadura que me rescate o en mi caso que me domine.

Yo nunca voy a elegir una persona que me lastime, simplemente y a pesar de mis garras y mis dientes tan afilados, he confiado en personas que solo querían saber lo que se sentía al montar un dragón y disfrutar de su protección y fuego.

No soy víctima de nadie, solo de mi propia esencia, pues aunque surco los cielos con mis alas enormes y brillantes escamas. Aunque soy capaz de quemar todo a mi paso, aunque puedo vivir más de mil años en soledad, he querido ver en otro mi esencia. He visto lealtad donde solo hay deshonestidad, he confundido juramento donde solo ha existido obra teatral. He dejado de volar para caminar y verme a la par de un mortal. 

Yo sé que usted, igual que yo, nunca va a elegir a una persona que lo lastimé. Cuidado, cuando opinemos, y  señalar que  “eliges el mismo patrón”.  Se debe aceptar que muchas personas están enmascaradas de príncipes o princesas y realmente son carroñas. 

Un recordatorio: Las personas que no se valoran a sí mismo, carecen de la capacidad de valorar su alrededor, por eso hay que tener presente que el derecho de sentirse respetado es tuyo y tienes que trabajar mentalmente porque nadie te robe tu capacidad de sentir lo que vales y digno de lo que mereces.  Cuando olvidas aquello que mereces te vuelves invisible. Por eso me mantendré en mi constante presencia en mis cielos, y a medida que transcurren días, me encuentro aún más luminosa, irradiando luz, claridad y destellos.

dg1l3sv-2fac3764-fe29-456d-af0b-2f7489aed345.png

Tras las máscaras: la dualidad de la identidad
 

34bb0e07d1bc5f41c6cc0e6c3d21fa5c (1).png

Desde siempre hemos sido sorprendidos por el accionar de personas que no podemos entender, incluso decimos: “pero qué le pasó, él/ ella no es así.”

Y resulta que sí, que sí es así. Lo que ha pasado es que ocultó su verdadero “YO” detrás de una máscara que muchas veces está hecha de amabilidad, empatía, carisma, humildad y barro. 

La mayoría de las personas ocultan su personalidad por varias razones. Ejemplo: miedo al rechazo, para encajar en determinados grupos o simplemente por autocensura.

A veces, y me refiero en el caso de que personas se muestren frente al mundo como heterosexual sabiendo ellos mismos que sus preferencias son muy ajenas a estas o simplemente no sienten interés sexual y eligen proyectar una imagen de Don Juan/a, pues creen según su crianza y religión que así se librarán del ojo de juez del público.

Todos usamos máscaras lo más común es tener una para nuestra personalidad pública, la interior que guardamos para nosotros y la verdadera que incluso la ocultamos tanto hasta de nosotros mismos. 


Esta complejidad de nuestro propio ser puede llevarnos a un conflicto interno que, al sentirnos inconformes o “dañados” vamos por el mundo haciéndole mal a los demás. 

Cuidado con las máscaras, en esta sociedad es obligatoria usarla. El problema está cuando no sabes en qué momento de tu vida no es necesaria y no distingues cuando ser tú o dejar de actuar.

Vivir enmascarado es una elección que yo no pienso decirles si está bien o mal, cada quien en su carnaval. 

Lo que sí les digo es que sean responsables de sus resultados, no le pongan la responsabilidad a los demás de su propio ser, es bueno quitarse la máscara y decirse a uno mismo me pase. No vaya por la vida creyéndose su propia película, recuerde que es eso, una película y que solo estás actuando. 

Aceptarse a sí mismo y manejar la dualidad entre mi ser y mi proyección ante el mundo.
No utilice a las personas para su propio bienestar y luego para desecharlas no les hagan sentir que quien tiene el problema es el otro. 


Acéptese y enfóquese en mejorar, y si no puede, pues no involucre a los demás en su circo. 
Tengo una frase muy arraigada que hace tiempo interiorizo cada vez que he actuado en obras de teatro sin saber. 
“La gente dañada, daña personas”
Y una nueva que agarré de la forma más estúpida que ni yo me lo creo, pero sí, aun siendo tal perspicaz al momento de entrar a circos forasteros es esta:
“La puñalada no es la que duele, es voltear la cara y ver los ojos de quien te la clava”.

 

En conclusión: es verdad que tenemos que vivir disfrazados para poder encajar en este mundo de personas cuasiperfectos e intolerantes a la realidad, pero tener cuidado a quien engañamos, es importantísimo. 

 

Usted no sabe el estado de la psiquis de su víctima, la mayoría se deprime, pero algunos se vengan y la venganza del pendejo es catastrófica y más si le piden al Karma que los ayude. 


Piénselo, busqué la razón por la que no duerme y, aunque no soy muy creyente, hay un versículo de la biblia que me encanta y para despedirme se lo escribí aquí abajo. 

“No hay paz para los malos, dice Jehová”.
Isaías 48:22

Estoy en una etapa de mi vida en que le doy más gracias a Dios, por lo que no se me da, que por lo que sí.

12-121715_vector-transparent-happiness-emoticon-transprent-png-carita-feliz.png

23-02-2024

Navegando las aguas de la crítica.

La crítica siempre ha sido parte inherente del ser humano. Hacemos juicio de todo a diario. Incluso a quien más criticamos es a nosotros mismos. Casi siempre, al mirarnos al espejo en la mañana, nuestra primera reacción es ordenarnos el cabello, seguido de mirarnos la cara y luego el cuerpo, y pensamos: “qué gordo estoy, qué feo está mi cabello, esta arruga es nueva”.
 
Y así como somos con nosotros, somos con los demás. Ser víctima de crítica para algunas personas como yo es beneficiosa, pues dependiendo de quién la realice, la tomo en consideración.

Si la crítica es objetiva, me detengo a evaluar mis tareas y acciones. Si la crítica es subjetiva, pues esta no le prestó mucha atención, dado que quien hace este tipo de crítica está dando su opinión personal y la vida me ha enseñado en estos 45 años que lo que abunda en el corazón es lo que sale por la boca.


Ejemplo: no existe una persona a la que le encante más hablar de que el otro es ladrón que un timador. Otro ejemplo: Todo aquel que tiene una conducta moral dudosa es a quien más le gusta tildar al otro de inmoral.

Muchas veces, en la crítica subjetiva se esconde el verdadero ser de la persona. “Lo que te molesta de mí, tiene que ver contigo”. La crítica también afecta dependiendo de la persona que te la haga. Si es tu pareja, amigos, familiares, tiene una connotación destructiva en tu autoestima.

Si tu autoestima es fuerte y sana lo más probable es que no le haces caso a la crítica, si está mal intencionada o tomas medidas de corrección si realmente viene con amor y palabras dulces; puesto que cuando un familiar o pareja siente amor por nosotros sus palabras nunca serán duras aunque estén subidas de tono.

Si la crítica viene sin amor, sin empatía y sin base, pues, amigos, pásensela por la nariz y tiren el pañuelo.

Mis estrategias para afrontar la crítica destructiva:
1. Reconocer que la crítica no siempre refleja la realidad objetiva.
2. ⁠la percepción de cada persona está influenciada por su experiencia personal, miedos y traumas.
3. ⁠Trató de comprender las perspectivas del crítico e identificó cualquier verdad útil.
4. ⁠Apartó la crítica valiosa de los comentarios malintencionados.
5. ⁠ Y por último, lo más importante siempre, pero siempre analizo de dónde viene la crítica.

Responder con amabilidad es uno de mis mayores logros personales frente a las críticas. Y puedo escribir que de verdad lo he logrado.

Como todos saben, mi profesión me ha llevado a varios escenarios científicos, a presentar mis investigaciones y experiencias. Ustedes no se imaginan el terror que causa hablar en frente de personalidades científicas de respeto y que varios de esos señores se levanten a cuestionar de manera objetiva tus argumentos.

En esos escenarios me ha ayudado mucho mantener la calma y ofrecer respuestas reflexivas. Siempre me hace salir airosa de esa situación.

A nivel científico lo he logrado, entonces a nivel personal no es verdad que es más difícil.

Tome la crítica de dónde viene. Si es alguien que usted ama, piense en ella. Si descubre que es mal intencionada, pues aléjese de esa persona y no se estrese que el amor a distancia existe. Siga amándolo, pero de lejos no importa quién sea.

Si es hecha por personas ajenas a sus sentimientos, pues cheque que clase de crítica es. (Objetiva, subjetiva o malintencionada). Y con lo que ya leyó arriba sabe que hacer. “Recuerde, si el que lo critica no es ejemplo, pues no cuenta. “

Me despido escribiéndole esto para usted y para mí, ya que somos tan raudos y veloces para criticar a los demás: un primer paso para deshabituarse de estas viejas costumbres falsas de criticar es prestar atención solo a los aspectos positivos de los demás. En lugar de ver los defectos de las personas que nos rodean, podemos resaltar aquello que sí hace bien. Así se rompe el ciclo y hacemos la diferencia.

19-02-2024
La mejor venganza:

Para entrar en contexto paso a desarrollar la semántica de esta palabra:

“Venganza”.
Sustantivo femenino. “Castigo o daño que se aplica a una persona (o varias) en respuesta a una ofensa previa que esta hizo.”

Bien ya, gracias a Wikipedia por el aclaramiento.

Continúo… Lo más normal y común es querer vengarse de alguien que entiendes que te hizo daño. Tener ese sentimiento es lo más común del mundo, al igual que sentir hambre. ¿Por qué? Pues resulta que cuando nos sentimos traicionados, burlados, engañados o, como yo digo, decepcionados, se activan unas regiones específicas de nuestro cerebro (la corteza insular, el putamen, la circunvolución frontal superior y la corteza frontal media).

Esta es la razón por la que nos sentimos tan abrumados frente a un agravio que entendemos que no merecemos.

Yo, al igual que todos, he sido afectada por esa sensación tan fuerte y desesperante como el deseo de venganza.

Gracias al código penal de nuestro país, en el artículo 296 me ha hecho entrar en calma, pues resulta que, según nuestra ley, no importa el daño que alguien te cause. Si lo exterminas con premeditación y alevosía, serás juzgado y condenado a cárcel. Y de verdad no poder usar stilettos y no poder ir a la playa por vengarme me hace entrar en calma.

¿Ahora una pregunta: siempre que te quieres vengar de alguien, lo consideras tu rival? Cuando yo me hago esa interrogante, entonces pienso, caramba, para ser mi rival tiene que estar en mi misma categoría.

Eso lo aprendí con mi papá. Mi Papi Cayacoa disfruta mucho del boxeo (deporte atroz para mí) y por ser su favorita (tranquilos, mis 5 hermanos lo saben), pues lo he acompañado en varias ocasiones a ver ese tipo de evento. Una vez le pregunté que por qué las mujeres no peleaban contra hombres en ese deporte y me dijo que no, pues los contrincantes tienen que estar en igual condición (peso, tamaño, condición física).

Reflexiono sobre esas observaciones de mi progenitor y las aplico a mi estado de emoción cuando me llega el sentimiento de venganza.

Vengarme de alguien que yo entiendo me hizo mal a propósito, lo pone a en mi categoría y de verdad que yo no soy capaz de levantarme en la mañana pensando en cómo dañar al otro. Yo no invento cuentos para difamar a alguien por el simple hecho de que me cae mal.

No utilizo las personas para mi beneficio personal, no me creo la película de que soy más inteligente que los demás. No me burlo de los sentimientos de los demás y mucho menos abuso del privilegio de que alguien me quiera.

No le vendo sueños a nadie, tampoco les hago creer que son importantes para mí cuando no es así. Me voy más lejos, yo no soy capaz ni de enseñar un mensaje para mofarme de los sentimientos o interés que tenga cualquier persona por mí.

Esa soy yo, y como yo soy así, cuando el otro no actúa como yo, entonces vienen a mí esos sentimientos desagradables, los cuales he aprendido a gestionar, ya que vuelvo y repito: no todos estamos en la misma categoría.

Listo. Señores, aunque ustedes no lo crean. Todo cae en su lugar y no importa que el otro aparentemente no pague el mal que les ocasionó.

Existen algo mayor que las apariencias y es la consciencia. Hay mucha gente que no duerme por el ruido que le hace su conducta.

Existen mucho trastorno del sueño por el hecho de ser un hijo de P£€£. La mejor venganza es dejar a los otros con su consciencia y que usted siga para lante' que son más los buenos que los malos.
14-02-24
Ser amigos:

Desde pequeños crecimos con amigos o lo que uno pensaba que era ser amigos.Esto consistía en: estar en el mismo curso de la escuela, hacer tareas juntos, ir a los cumpleaños, sentarnos uno al lado del otro, tapar travesuras y uno que otro día cargar con la culpa de alguna tontería que hizo nuestro amigo.

Resuelta que crecí y gracias a la tecnología todavía conservo la amistad de casi todos mis amigos de siempre, digo casi todos, pues siendo adolescente sufrí la pérdida física de uno de mis mejores amigos (Nao). Partió de esta tierra con tan solo 13 años en un accidente tan simple pero mortal.

A partir de sentir ese vacío por la pérdida de mi amigo, a una edad que todavía no sabía gestionar mis emociones ni comprenderlas, empecé a ser un poco más reservadas con mis sentimientos y a protegerlos, el que me conoce sabe que no doy abrazos, no soy cariñosa, puedo durar varios días sin dar señales de vida, pero también saben que soy leal, que me tomo sus problemas para mí y que me hago enemiga de sus enemigos, aunque ellos vuelvan a confiar en la persona que los daño, yo no.

Aunque es cierto que soy media rara con mis sentimientos, al mismo tiempo soy muy abierta a cultivar amistades, lo que se dice por ahí, hago amigos muy fácilmente. Pero cuando me doy cuenta de que lo que doy no me es recíproco, recojo mi risa, mi tiempo y mis palabras y listo.

Pero estas letras no son para hablar de mí. Si no, para que si algunos de ustedes tienen dudas de que es un amigo, yo explicarles en mis palabras y en mis creencias qué significa ese título.

El amor de un amigo leal en este tiempo es un tesoro. Lo notamos en sus palabras sinceras, en el apoyo incondicional y la disposición para estar presente en las situaciones de la vida. En un buen amigo, se encuentra un refugio y también una conexión que perdura a través del tiempo.

Es importante sentir esa confianza y comprensión. Cuando se le hace saber a un amigo que es valorado, la amistad toma más fuerza.

En este mundo donde todo va tan rápido, donde nuestro trabajo lo hacemos más importante que nuestras amistades, el amor hacia los amigos nos permite aprender de diferentes personas y diferentes situaciones.

Existen amigos que van más allá y sí, muchas veces pasa que uno se puede enamorar de un amigo, pero saber diferenciar entre el enamoramiento y la admiración es importante para no dañar la amistad.

Siempre he sabido que es mejor mil veces un amigo de verdad que un amor de momento.

Saber que cuentas con alguien que tienes toda la confianza de llamar a la hora que sea y que te conteste: “ Que pasa vieja? “ “Donde estás, voy a buscarte?” “Voy saliendo. ¿Qué llevo? ¿Alcohol o una pala?” Para mí es invaluable.

Conserven sus amigos, los leales, los de verdad. No los que te cuentan que estaban hablando de ti. No, esos no. Conserven esos que delante de ellos nadie se atreve a mencionar tu nombre en mal, pues saben que lo tendrán de frente inmediatamente.

Digo recuerden que es mi pensar. Delante de mí no permito que nadie hable de la gente que quiero. Yo siempre tengo tiempo para escuchar las cosas de mis amigos y aunque me moleste con ellos siempre o por alguna razón mayor tenga que cortar su amistad, nunca utilizaré nada de sus asuntos personales para denigrarlos.

Lo único que no hago con mis amigos es prestarle dinero, eso no. Primero no soy prestamista, segundo soy Dominicana; aún no leo el manual de cómo cobrar sin quedar como el malo.

Amigos, ustedes saben que los quiero.

Por cierto, señores, pasar tiempo con los amigos produce una mayor actividad en los circuitos del cerebro, tambien ayudan a prevenir alteraciones psiquiátricas recuerden esto: Las amistades, son para la salud, más necesarias de lo que se cree. ¡Saca el alcohol, llama a tus besties! !Feliz día del amor y la amistad para todos y todas!!!
5-02-2024
Carnival-Mask-PNG-Image.png
Mis 45 carnavales
En el rincón del tiempo, llega un día especial, 45 vueltas al sol, un aniversario sin igual.
Ríos de experiencias, montañas de vivir, celebro conmigo, ¡Felicidades por mí existir!

Las velas destellan, como estrellas de mi andar, caminos recorridos, para nunca olvidar. Cosecho momentos, risas y lecciones, mi vida es un poema, lleno de emociones.

El reloj marca el paso, pero no la esencia, 45 años de risas, amor y paciencia. En cada arruga, en cada cabello gris, se teje la historia, de quien soy aquí.

Hoy brindamos por mí, con copas al viento. Por los sueños cumplidos y los que están en el intento.

Que la vida me regale más días de alegría, feliz cumpleaños, en esta eterna melodía.
En el libro de mi existencia, un capítulo se revela, 45 años de historias, de un viaje que destella.

Caminos recorridos con pasión y coraje, Hoy, en mi cumpleaños, celebro mi viaje.
Las velas bailan al compás de los años,
testigos de momentos, de risas y desengaños.

En este día especial, en mi honor se encienden, anhelos y sueños, que en mi corazón se prenden.

Soy la autora de mi propia narrativa, con cada página escrita, la vida se vuelve creativa. Que este nuevo año me traiga dicha y luz, Feliz cumpleaños, soy la heroína de mi cruz.
Carnival-Mask-PNG.png
Máscara-de-Carnaval-PNG-09.png
Carnival-Mask-Transparent.png

Leyenda urbana

La creación de historias en torno a personas temidas a menudo se debe a la combinación de miedo, especulación y a la naturaleza humana de querer entender lo desconocido.

 

El miedo puede llevar a la imaginación exagerada y a la elaboración de relatos para intentar explicar o racionalizar lo que genera esa sensación de temor. Además, la falta de información precisa puede dar lugar a la proliferación de mitos y leyendas en torno a individuos temidos.

Una vez le pregunté a mi gran maestro, el Dr. Lambertus, el porqué no aclaraba esas especulaciones que hacían en su contra y muy sabiamente me respondió: “Dra., cuando las personas no la pueden atacar a nivel profesional, intelectual o moral, siempre inventarán historias para hacerla en su mente más humana, pues la gente común no tolera lo extraordinario”

 

Desde ese momento admiré más a mi maestro y aprendí cada día más y más no solo de anestesia, sino también de cómo lidiar con la vida. Si al igual que yo, eres tú una leyenda, no te molestes en aclarar dudas, comentarios, mucho menos escuchar sobre ellos. Tú sigue esforzándote por alcanzar tus objetivos.

 

Ser exclusivo, disciplinado y seguro trae muchos insectos que se sienten atraídos por tu luz. Sigue brillando que, aunque no lo creas, son más los que te admiran que los que te temen.

12-1-2024
6:13AM

Las personas de las que siempre nos rodeamos nos afectan más de lo que podemos pensar. A veces no nos damos cuenta, pero las actitudes, la forma en la que nos hablan, su perspectiva del mundo, de la vida e incluso su estado de ánimo nos influyen.

Pero... para rodearme de las personas adecuadas, debo saber identificar a las equivocadas, aprender a filtrar las amistades vacías, sacarlas y mantenerlas fuera de mi vida.

 

Puedo decir que es como tener un closet lleno de zapatos que no me sirvan porque me quedan mal, me aprietan e incluso me hacen daño… ¿De qué sirve tener tantos zapatos si no me quedan bien y tampoco me hacen feliz? No puedo tener un closet lleno de ropa que no me permita incorporar la que realmente me hace sentir bien.

 

¿A qué gente mantengo a mi lado?

A los que respetan mis límites y no trasgreden mi dignidad. A los que me valoran y me defienden.

Los que se molestan conmigo de frente y me lo hacen saber inmediatamente, no son capaces de hablar de mí a mis espaldas, más bien me protegen, pero siempre me siembran a mi realidad con firmeza y amor.

Los que no se van de mi lado cuando caigo más bien me ayudan a levantar o, en el mejor de los casos, se acuestan conmigo en el suelo a reírse de mi caída y hacerme ver que no fue tan duro.

 

Aquellos que muchas veces no me entienden, pero intentar hacerlo porque me quieren, a pesar de mí, no me juzgan, no me dicen que exagero, no minimizan mis sentimientos y principalmente me hacen ver la verdad de una forma firme. A esos mantengo en mi vida, pues como yo les digo, esas son mi gente.

 

Los quiero amigos y gracias por existir y acompañarme en este camino.


MIS NO.
 

3-1-2024

Empezó el año. Que bueno, todos los comienzos son buenos, dicen por ahí. Comúnmente la gente hace afirmaciones para el nuevo año y se traza metas.

 

Yo no me trazo metas para iniciar el año, yo siempre he tenido mi meta clara, que he encontrado distracciones en el camino, es cierto, y sí, soy humana, aunque no lo crean 🤣. Y como todo humano no caigo en tentaciones, yo paro y dejo que me alcancen las tentaciones.

 

Pero listo, volvamos al camino para conseguir mi meta. así como les escribo, yo este nuevo año no hice afirmaciones, más bien planteé mis negaciones. ¿Cuáles son? pues estas.

NO azúcar, y nadie me venga que entonces tengo que dejar los espumantes, estoy hablando de azúcares añadidas o endulzantes, no del ciclo de Krebs.


NO  gastar en cosas innecesarias, tampoco me digan ¿No vas a viajar más? ¿No vas a ir a conciertos? ¿No vas a comprar más zapatos? Cuando me refiero a cosas innecesarias, es como la semántica de la palabra; Mis viajes, mis conciertos y mis zapatos son extremadamente necesarios en mi vida para respirar. Más bien me refiero a comprar cosas solo para tenerlas ahí “Por si acaso".

NO perder la fe, tampoco es que me metí a religiosa. Lo que pasa que hay momentos en la vida que caramba uno se desespera y dice: ¿Por qué no recibo lo que doy? Es simple y cierto, muchas veces esperamos que las cosas sean recíprocas y no suelen ser así, pero que eso no te quite la fe, pues recuerda que uno solo puede dar lo que uno es o tiene y, por lo tanto, no puedo esperar lo que el otro NO tiene. Sin embargo, espero recibir, aunque sea, un poquito de lo que doy.

NO, no darle mi energía a lo que no vale la pena; con esto me refiero a que este año no estaré en lugares que no soy bienvenida, no me preocuparé por gente que no se preocupa por mí, no le daré cabida a la opinión de gente que no me quiere y principalmente me retiré de todo el que no me aprecia o no me valora como la gran mujer que soy.

NO quiero ningún tipo de relación amorosa. Así mismo como lo leen, no ando buscando pareja, no me presenten a nadie, no me gusta nadie, no me interesa nadie; No quiero decir con esto que me cerré al amor romántico, pero por ahora esa parte mía está en modo avión, así que evite ser bloqueado, tengo esa opción en mi vida y no dudo en usarla 📵🚷🚫.

Cuando llegue un buen prospecto, todos lo sabrán, pues de seguro escribiré sobre eso. Pero mientras tanto no.

Espero poder llevar a cabo mis NO y que ustedes, al igual que yo, no permitan que nadie que no esté a su nivel físico, psíquico y económico entre en su vida a distraerlos de sus enfoques. Bienvenido 2024 aquí vamos con todo y bien enfocada.

 

20-12-23

Se acaba el año: Y aquí vamos, aquí seguimos, vamos con pocas expectativas, pero con muchas ganas de que el 2024 es ya un buen año, ¿pero no ha llegado?

En razón de tiempo están correcto, en esperanza ya estoy en él.

El 2023 fue un año de limpieza, purificación, secretos descubiertos, verdades mentirosas, pero sobre todo me di cuenta de que soy muy valiosa y brillante.

Sé que ustedes que me leen al igual que yo tienen una inmensa luz dentro. Así que este 2024 no dejen que se acerquen a ustedes a robar su luz.

Yo en lo particular no lo permitiré, recuerden que las traiciones vienen de los amigos, quien te engaña es porque confiaste, cuando sientas que las cosas no cuadran, no cuadran.

No den beneficio de la duda, hacerlo es jugar a la ruleta rusa. El instinto no se equivoca, somos nosotros que lo ignoramos y entonces chocamos con la verdad.

Hay situaciones al igual que personas que pasan por nuestra vida para reafirmar nuestro valor. No permitan ser utilizados por vampiros emocionales, económicos y/o ilusionistas.

Cuiden su energía(me refiero a energía, a su esencia) no acepten nada menos de lo que merecen. 
Aléjense de personas dañadas. Está demostrado por la ciencia que una fruta podrida si la dejan cerca de las buenas termina dañándolas a todas.

Así que las personas dañadas le hacen daños a personas sanas. Es cierto, nadie es perfecto, pero reconocer tus imperfecciones y asegurarlas que no van a causarle mal al prójimo es de sabios.

Muchos dañados van por el mundo vengándose y robando la luz del otro. No dejen, corran por su salud mental. Recuerden que somos las 4 personas que nos rodean. No importa que los critiquen, este 2024 hagan que sea el año mejor invertido.

Yo me arreglo para mí, me maquillo para mí, me perfumo para mí. Disfruto lo que veo en el espejo y me digo guaooooo qué suerte tengo de tenerme.

No acepto a ninguna persona que no esté a mi nivel emocional, físico y productivo y no me importa que el que no me conoce diga que tengo ego. Jajajajaja. Si cuando se trata de mí, solo veo lo capaz y disciplinada que soy y eso que soy Miope.

Así pues, este 2024 es el año donde terminaremos de construir nuestros sueños.
Feliz año nuevo a todos.
14-12-23

Hotel soledad

El precio que se paga en este hotel por permanecer en él muchos pueden considerarlo alto, yo lo considero sano, aunque entiendo que como es un hotel debería tener un tiempo determinado en su estancia. 


La preferencia por este lugar, en mi caso y lo digo,  se está haciendo adictivo. Permanecer en silencio con mis pensamientos, saber que soy absolutamente responsable de cómo me siento.
Estar en este hotel me ha generado muy buenas ideas y uno que otro día he sentido melancolía.


Lo mejor que he encontrado en este lugar es que no necesito espejos, no necesito validación, no necesito peinarme, tampoco maquillar mis palabras ni mis acciones, no tengo que cuidarlas, solo soy yo conmigo misma.


Leí que un filoso alemán expresaba que un hombre puede ser él mismo, mientras esté solo; si no ama la soledad, no amará la libertad; porque solo cuando se está solo se es realmente libre.

 

Es cierto.  Todo se trata de perspectivas, si entiendo que la soledad es un producto de incapacidades personales (como normalmente se nos ha enseñado a creer) me sentiré culpable de estar sola y acompañada de emociones negativas como lo podrían ser la tristeza, la frustración, el enojo. PERO, si soy capaz de generar un sentido de soledad muy positivo, impacto mis emociones y entiendo que no hay mejor compañía que uno mismo. Hago el cambio.

He podido reforzar la confianza en mí, me olvido del miedo de las creencias  falsas.
Mis emociones positivas de autonomía, autoeficacia, y satisfacción al sentirme capaz y cómoda de estar sola, me hacen ver como día a día  disfruto mi proceso, mi camino y tengo un equilibrio en el que me siento bien estando rodeada o no de gente. Entiendo que para los gustos, los colores, sé que algunos prefieren el hotel compañía, pero en verdad este lugar es tan selectivo, fino, limpio, delicado y fascinante. 


No digo que me quede a vivir aquí para siempre, pero sí estaré por largo tiempo. Y como siempre lo he mencionado, soy dueña de mi vida, si algo no me gusta, soy totalmente capaz de cambiarlo. 

Recuerda que el problema no es la soledad, sino como te relacionas con ella. Disfruta de estar contigo misma, disfruta estar sola y vivir para ti.

7-12-2023

Nunca busques el por qué???
Yo y lo digo públicamente, era muy dada a buscar el por qué de las cosas y las acciones de los demás hacia mí. 
Digo a hacia mí porque eso entendía. Luego vi que no, pues las personas solo dan y hacen lo que son, no tiene nada que ver conmigo o con mi ser.

No es necesario buscar el por qué puesto que no te llevara a ninguna parte, solo te llenaras de angustia y más incertidumbre. 

Cuando una persona decide alejarse de ti, despedirte de un trabajo, retirar su amistad, ser desleal, traicionarte o simplemente ignorarte, no busques razones solo acepta la realidad del momento, lo que es y punto. Si es mucha carga para ti a nivel emocional pues busca ayuda profesional. No vayas detrás de la persona que te está causando el caos emocional en tu vida. 

¿Ejemplo: 
Si un animal venenoso te muerde que harías? ¡Correrías detrás del animal para preguntarle por qué te mordió o vas volando al primer centro médico a pedir ayuda para contrarrestar el veneno? 

Es tu decisión!!! Perder el tiempo y que el veneno haga más daño hasta el punto de matarte o ponerte el antídoto y vivir.
Tengo como reflexión que aunque los demás actúen de manera que no esperamos hacia nosotros está en mí darle la magnitud que merece.

Recuerda que las personas dan lo que son y la decepción llega por las expectativas que ponemos en ello. 
Despertar de la ilusión y ver que las personas solo son eso, personas, que lo extraordinario y maravilloso se lo ponemos nosotros, nos sirve como antídoto en contra del veneno que pueden llegar a inocular las falsas expectativas que tenemos del otro.
Yo en lo personal no corro más detrás del que me daña. 
No necesito que me siga envenenando. Busco mi antídoto rápidamente y me compro margaritas y una botella de champagne 🥂 y celebro la realidad.

5-12-2023

Mi lado oscuro


No voy a olvidar ni arrepentirme de todas las veces que me he equivocado, las piedras que he tropezado me han servido para endurecer mis pies y construir una muralla de protección emocional, donde para pasar a través de ella se necesita un código de seguridad: “lealtad” Soy muy de olvidar los malos ratos, pero lo que no olvido es quien me llevo a ese mal momento y quién estuvo ahí para decirme que todo volverá a estar bien.

No soy un ser celestial, más bien me considero un ente menos luminoso. No quiero ser perfecta, pues mis equivocaciones me han hecho superior. Es imposible saber de perfección cuando tienes más sombras que luces, aunque no existe manera de tener una sombra si no es con luz. Eso me hizo sentirme bien conmigo misma, pues, al aclarar mi mente y ver que estoy viviendo una experiencia terrenal y que hago lo mejor con lo que soy, me libero de depresión, ansiedad (pasado y futuro) Me abrazo y acepto mi yo interior.

Sé que incluso el sol tiene sombras.

27-11-2023

Estar en modo avión:


Siempre pienso en poner los sentimientos en "modo avión" pero no es posible, ya que son una parte natural de la experiencia humana. Peroooo, puedo intentar tomarme un tiempo para reflexionar y encontrar mil maneras de manejar lo que siento de manera positiva.

La expresión "vivir en modo avión" se utiliza para describir un estado en el que alguien se desconecta emocional o mentalmente de su entorno. Me refiero a situaciones en las que una persona está distante, evitamos las interacciones sociales o simplemente nos aislamos de todos sin dar muchas explicaciones, nos perdemos.

De igual forma con esto podría sugerir una necesidad de introspección o un deseo de desconectarse temporalmente de ciertos aspectos de la vida.
Es normal necesitar períodos de desconexión ocasionalmente para cuidar la salud. También es importante encontrar un equilibrio y asegurarse de abordar lo que sentimos y las acciones que nos llevaron a sentir eso, sin dañarnos o desgastarnos mentalmente por la situación.

La desconexión temporal me brinda la oportunidad de reflexionar y recargar mis energías, pero más que nada es importante siempre recordar qué no puedo convertirme en una persona con una evasión permanente de mis emociones o responsabilidades conmigo misma, me permito sentir, entender y sanar.



O pongo en práctica mi retiro de meditación; me bebo un café y me voy de viaje.
16-11-2023
Bolsillos rotos

Estos bolsillos no son de los pantalones, o carteras, son los que nunca se llenan. ''Las cosas'' que le pones siempre se pierden, y hasta tratar de coserlos es perder el tiempo… No sirven.

Ni lo harán, porque no existe sastre que arregle algo que está roto dentro de un alma. Como un sastre no puede, un doctor tampoco arregla emociones, ni sentimientos en una cirugía, entonces. Me pregunto ¿por qué hacerlo tú? 

Porque aferrarte a mantener llenos unos bolsillos con tus acciones, emociones y sentimientos si al final del día se quedan vacíos porque están rotos por dentro. 

Paso 1:
Botar el pantalon con los bolsillos estropeados.

Las expectativas que son poco realistas sobre lo que debería proporcionar la  felicidad de algunas personas hacen que se sientan insatisfechos y su alrededor también paga las consecuencias. Entonces me pregunto otra vez, ¿por qué lidiar con eso?

Esto pasa por la falta de conexión consigo mismo, los valores que te representan, y te enfocas en lo que falta en lugar de apreciar lo que tienes y proponerte a cumplir las metas trazadas.  

La insatisfacción y estar desconectada por dentro te va a causar estrés y agotamiento.
Al final, esto trae una fuerte competencia interna para superar la falta de gratitud y entender la incapacidad de algunas personas para valorar. 

La importancia de mi salud mental hace que me aleje de estas personas que van por la vida con un hoyo en los bolsillos.  


Ámate.

Si sientes que tienes un vacío emocional, un bolsillo roto o problemas de confianza; sé persistente, cuida de ti, aprende a estar solo y pon en práctica la gratitud.
5-11-2023

¿Mujer perfecta y sola?

Qué mala costumbre tenemos al momento de emitir un juicio y darlo por sentado.

Los sesgos cognitivos pueden influir en la forma en que procesamos la información y pueden llevarnos a sacar conclusiones apresuradas basadas en prejuicios o estereotipos. Lo que puede llevar a la formación de conclusiones prematuras.

Es importante reconocer que la tendencia a juzgar sobre la vida personal de otros, ya sea sobre su estado civil o cualquier otro aspecto de su vida, es insano. Hay que tener en cuenta que la vida de cada persona es multifacética y que los factores que influyen en sus decisiones son variados.

Incluso las mismas mujeres nos encanta sacar conclusiones sobre porque otra mujer no tiene pareja. Y Recordemos que la compañía negativa puede generar estrés, conflicto y descontento, lo que puede afectar significativamente la calidad de vida.

O en otros casos y muy alegremente comentan “esa debe de tener uno escondido que la está patrocinando”. Entiendo que la idea de que la felicidad está inherentemente ligada a estar en una relación romántica o acompañada es porque se promueve de manera cultural, existe una presión social significativa para conformarse con las normas tradicionales de la vida en pareja, lo nos lleva a la creencia de que estar soltero no está bien. Pero en contraste, estar sola puede ser preferible si la alternativa implica estar en una relación que no es saludable.

Al dedicar tiempo a conocer mis fortalezas, debilidades, intereses y metas. Me hizo desarrollar un sentido de autoestima y confianza en mí misma, independientemente de mi estado de relación.

Me tomo unos minutos cada día para reflexionar sobre las cosas por las que estoy agradecida. Practicar la gratitud me ayuda a mantener una perspectiva positiva y a valorar más los momentos de tranquilidad.

Hace un tiempo establecí límites claros para proteger mi tiempo y energía.

No somos capaces de entender que existimos seres que, si nos gusta la soledad. Aprender a disfrutar de tu propia compañía puede traer consigo una sensación de paz y libertad. Estamos en huelga afectiva, no necesitamos estar emparejados para ser felices.

Lo que más me dicen:

Bonita, realizada, liceysta, y sin nadie, esa está loca. Y si estoy loca y quiero vivir mi locura libremente, prefiero estar loca que dañada, me gusta estar loca que angustiada, me gusta cantar, me gusta bailar, me gusta viajar, me gusta hacer amigos, me gusta escribir, me gusta vivir. Invertir mi tiempo en aprender algo nuevo. Puede ser un idioma, una cultura, cualquier otra habilidad que le ponga interese.

Sigo cultivando amistades y conexiones significativas que me hacen sentir apreciada y comprendida. Me enfoco en lo positivo, no tengo nada en contra de las personas que han pasado por mi vida a nivel sentimental, en su momento y cómo dice la canción fuimos tal para cual, no puedo decir quién fue mejor, pues, cómo siempre he sido feliz, realmente no sé distinguir entre ellos, he sido su dueña en su momento.

Solo quiero que sepan con estas letras que hay personas que no necesitamos estar en pareja, nadie necesita a nadie para estar completa.

Si sientes que la dificultad para estar solo está afectando significativamente tu bienestar emocional o tu calidad de vida, te recomiendo que consideres buscar la ayuda de un terapeuta o consejero cualificado.

 

Aprender a estar sola no significa renunciar a las relaciones. Más bien, se trata de cultivar una relación saludable contigo misma, lo que puede en última instancia fortalecer las futuras relaciones con los demás.

24-10-23
Matas o te matan
Estoy comprometida en ser constante en todo, para MÍ. El desarrollo personal es una forma de idealizar metas, pero según yo, hay veces que todo se reduce a la validación, ya sea propia o de los demás.

Es que si me siento bien dentro de mi racionalidad y soy consciente que mi felicidad es parte fundamental de mi bienestar, no puedo ser prisionera de situaciones que no tienen mi control.
No necesito querer demostrar nada. Es responsabilidad de cada individuo lo que piense de mí.

Tome control de mis acciones y Lo que tuve que aprender a fuerza, pero cambio mi vida:
  • Nadie hace nada por mí: nadie viene a salvarme, me acostumbré a rescatarme a mí misma.
     
  •  El camino más fácil no es el de mejores resultados.
  • Debo construir mi propio imperio o tendré que trabajar para construir el de alguien más.
  •  Solo respeto a quien se lo gana: no regalo mis energías.
  • Como me trato me tratan: si los demás ven que me trato como 💩 sentirán el mismo derecho para tratarme como una 💩.
 
  Y por último y hablando metafóricamente en la vida real
  •  Matas o te matan. Yo escogí.
13-10-2023
El autosabotaje es cuando una persona sabotea o boicotea sus propios objetivos, metas o bienestar, a menudo de manera inconsciente. Puede manifestarse a través de comportamientos autodestructivos, procrastinación, dudas de uno mismo o evitación de situaciones que podrían llevar al éxito. Es importante reconocer y abordar el autosabotaje para lograr un crecimiento personal y profesional.

El auto sabotaje es un desafío común, pero se puede abordar de varias maneras. Aquí hay algunos consejos para manejarlo:

1. Reconoce el auto sabotaje: Lo primero es ser consciente de que estás saboteándote a ti mismo. Identifica los patrones de pensamiento negativos y las acciones que te impiden avanzar.

2. Comprende las causas: Intenta entender por qué te saboteas a ti mismo. Puede ser miedo al fracaso, baja autoestima o perfeccionismo. Conocer las raíces te ayudará a abordar el problema.

3. Establece metas realistas: Define metas alcanzables y desafiantes, pero que no sean abrumadoras. El éxito gradual puede aumentar tu confianza y reducir el auto sabotaje.

4. Practica la autocompasión: En lugar de ser duro contigo mismo, sé amable. Acepta que todos cometen errores y que el fracaso es parte del proceso de aprendizaje.

5. Cambia tu diálogo interno: Reemplaza pensamientos negativos por afirmaciones positivas. Practica el pensamiento positivo y elogia tus logros, por pequeños que sean.

6. Busca apoyo: Habla con amigos, familiares o un profesional de la salud mental. Compartir tus preocupaciones y recibir apoyo puede ser de gran ayuda.

7. Establece un plan: Crea un plan de acción con pasos concretos para lograr tus metas. Esto te dará una dirección clara y te ayudará a mantenerte enfocado.

8. Evita la procrastinación: Rompe las tareas en partes más pequeñas y comienza con pasos simples. La acción puede vencer la procrastinación.

9. Mantén un registro: Lleva un registro de tus éxitos y desafíos. Esto te permitirá ver tu progreso y aprender de tus experiencias.

Recuerda que superar el auto sabotaje lleva tiempo y esfuerzo. Sé paciente contigo mismo y sigue trabajando en tu crecimiento personal.
12-10-2023

Escuchar sin juzgar es para inteligentes.

Puedo decir que es un desafío. Se acostumbra a que si escuchamos u observamos se debe emitir una opinión, tenemos que decir si está bien o si nos parece mal lo que se nos dice.

Yo pienso que casi siempre se juzga en lugar de escuchar. 

Si alguien pide mi opinión, tengo que saber que el consejo que le doy no es para obligarlo a seguirlo, es para que lo tome en cuenta. Que esa información que le di le sirva para lo que quiera usarla. 

No tenemos derecho de exigir ni de esperar nada del otro, los pensamientos que tenemos deben hablar de nosotros. Elegir unos pensamientos que hablen de mí, no del otro. 

Se cree que estamos hablamos de la otra persona dando una opinión, pero la verdad es que hablamos de nosotros mismos, de lo que tenemos en nuestra consciencia. 

Lo escribí antes… En “reflejos” lo que tenemos por dentro es lo que se deja ver, lo que he decidido pensar y sentir. 

Lo que veo del otro es su etiqueta, la interpretación que le pongo, lo que significa para mí. Cuando juzgo estoy hablando de lo que pienso, de lo que siento; las acciones o palabras del otro es lo que me hacen decirlo en voz alta. 

Cuidar al otro no significa que
tiene que ser como queremos, cuidando se debe permitir vivir. 

Aceptar las diferencias; Reconocer que todos tenemos diferentes perspectivas, sentimientos y pensamientos. Darte cuenta de tus prejuicios personales y trabajar en no dejar que influyan en tu capacidad de escuchar de manera imparcial. 

Controlar los prejuicios es un proceso que requiere autoevaluación constante y un esfuerzo consciente. 

Validar las emociones de los demás y evitar la crítica automática nos ayuda en el crecimiento de nuestro desarrollo personal. La salud emocional es importante.

“Aprende a vivir sin miedo, vergüenza ni culpa” Dr. Bucay
3-10-2023
 
Leyendo mi camino lleno de emociones, aprendizajes, y mucho trabajo, me di cuenta de que es lo que quiero que me represente.

Todos hemos tenido una faceta en la que no somos la persona más sana ni la ideal. Es imposible ser el bueno de todas las historias. No nacemos con una armadura que nos protege de todo, la autoeducación y el tiempo nos enseña a gestionar las emociones desde una introspección que nos ayuda a filtrar para reaccionar sin dañar.

Mi profesión como doctora me ha dejado vivir y ver lo maravilloso que es el ser humano, lo increíble que es la mente y lo resiliente que somos ante procesos y situaciones dolorosas.

Mi mejor decisión ha sido enamorarme de mí, entiendo mis reacciones, no busco validación porque no la necesito, al sentir alguna emoción negativa busco respuesta en mí. Sé interpretar el exterior. Lo que vivo y lo que siento es válido. Viéndolo todo así, me permito transmitir mis vibras, tengo algo dentro de mí en lo que confío plenamente y no me quedo a esperar que decidan por mi vida.

Me validó y me quiero lo suficiente para cuidarme, protegerme y sentirme plena con mi familia, mi trabajo y mi día a día. Las cosas importantes para mí; las tengo en orden. Amo mi compañía y desde pequeña sé que solo me tengo a mí misma. Este estado de consciencia es lo que permite que te liberes, no sentir miedo al abandono y saber que todos estamos procesando nuestra historia. Yo decido quién forma parte de los capítulos de mi vida y qué rol toma en mi película.

Si permites que tus traumas lideren tu consciencia, lo siento, te espera un largo camino de aprendizaje y sufrimientos innecesarios. Cuando protagonizas tu vida y tomas control de lo que te afecta, te conviertes en una persona sana.
Mis relaciones amorosas van a ser sanas porque no busco en otro lo que tengo dentro de mí, no me aferro, disfruto y comparto. Sé lo que quiero y necesito. Mi salud emocional la he logrado a base de trabajar mi autoestima, no necesito que vengan hacerme feliz, yo ya soy feliz.

Todo en proporción

Esta frase sugiere que es importante mantener un equilibrio adecuado en diferentes aspectos de la vida o situaciones.
Significa que no debes exagerar ni centrarte demasiado en una sola cosa, sino encontrar un punto medio que sea apropiado y saludable.

En resumen, hace referencia a la importancia de la moderación y el equilibrio en diversas áreas de la vida. Actuar de manera equivalente a como has sido tratado es de inteligencia emocional ya cosechada.

“Estás exagerando” no sé a ustedes, pero esta frase me molesta mucho. ¿Por qué me molesta? Esta reacción suele surgir porque sientes que tu experiencia o sentimientos no están siendo validados o comprendidos adecuadamente por la persona que te lo dice. Puede hacerte sentir minimizado o ignorado. Es importante recordar que las personas experimentan y perciben las cosas de manera diferente, y lo que puede parecer una exageración para una persona puede ser una experiencia genuina y significativa para otra.

¿Ahora, cómo aplico
“Todo en proporción”?

Yo lo hago con la siguiente fórmula: Importancia que me das 🟰 importancia que te doy.

Así, simple, igual a la mg/kg. Tenemos que aprender a reaccionar en proporción a lo que realmente somos en el otro. Si el trato del otro hacía a mí es mínimo, pues, mis reacciones a sus acciones conmigo serán muy mínimas o ninguna.
Aprender a priorizar: No todo merece la misma cantidad de atención y energía. Identifica lo que realmente es importante en tu vida y enfócate en eso. Cuando aprendes a dar importancia a los demás en la misma proporción que te la dan a ti........ Listo, ya entendiste todo.

Reflejos 

Todo lo que observo del exterior tiene que ver conmigo.

Esta herramienta se refiere a eventos puntuales que me muestran “algo” que puedo trabajar en mí. Constantemente queremos cambiar las personas. Ese es el primer error.
Yo soy responsable de mis emociones, tomar el control de mi vida sin estar echando culpas.

A quien le duele y sufre es el ego, no el alma. Iniciando el camino de aceptación pasito a pasito me dio a entender que yo soy la generadora de mis compromisos, fuerza y voluntad. Yo cambio internamente y transformo mi exterior. 

Esta técnica me permite evaluar y aceptar la realidad de los demás sin que me afecte. Cada uno está en el lugar que le corresponde de acuerdo al nivel de consciencia que ha trabajado y es… ¡Perfecto! Nada ni nadie es mejor o superior, solo somos diferentes. 

Cada quien da lo que tiene en su mente y en su corazón “lo que piensas de mí, no dice nada de mí… grita todo de ti”. Todo lo que me molesta, irrita, enoja o quiera cambiar del otro, está dentro de mí

Entendiendo lo anterior hay que aceptar con amor o liberar lo que creemos que nos afecta emocionalmente, no se le puede pedir agua a una piedra.

Esta tremenda herramienta forma relaciones sanas, cuando admiramos alguien y vemos sus cualidades y luces, es porque también son parte de nosotros. Estas cosas ya viven en mí. 

Lo que el espejo refleja es nuestra propia luz y propia sombra.
Las emociones negativas que las personas despiertan en mí, es algo mío; que no estoy viendo, solo son reflejos a lo que yo debo sanar, permitir liberar. 

El autoconocimiento nos libera.
Trabajar en aquello que debemos trascender.
¿Cómo trabajar en ello? 
-Tomar consciencia 
-Transfórmalo 

Lo que nos molesta del otro es porque lo tenemos idealizado, la necesidad de controlar y cambiar a los demás nos encierra. No hay que aceptar a las personas, libéralas. Deja de luchar para que las personas cambien.
Lo único que se tiene poder de cambiar es a uno mismo. 

Soltar las preocupaciones inútiles y vivir desde la aceptación, armonía, generosidad.
Hay que atreverse a mirar con ojos honestos y apertura dentro de nosotros, si tenemos el corazón lleno de gratitud nos seguirán pasando cosas por las cuales agradecer. 
Dar las gracias todos los días por todo lo bueno que hay en nuestras vidas, se multiplican las oportunidades de estar agradecida. 
Nosotros vemos aquello que nos interesa, vemos lo que llevamos dentro.
Miedo a la Vulnerabilidad

Algunas personas tenemos  miedo de abrirnos  emocionalmente en una relación por temor a resultar heridas. Este miedo puede llevar a mantener la distancia emocional o a sabotear la relación antes de que se profundice.

El miedo a ser vulnerable es un sentimiento común que puede afectar a muchos  en diversas áreas de sus vidas, Incluyendo las relaciones personales.

La vulnerabilidad implica exponer nuestras emociones, pensamientos y sentimientos auténticos, lo cual puede ser aterrador para algunos. 
A quienes nos toca resguardar nuestros sueños, emociones y anhelos por motivos externos, se nos dificulta aceptar que estamos siendo vulnerables. 

Reaccionamos muchas veces de manera exagerada, a una simpleza como que alguien te quiera cuidar y proteger. Sentir que esa otra persona puede hacerte ver cómo realmente eres y que tus murallas caen causa terror y ahí viene el miedo y las experiencias no tan agradables que has experimentado en tu vida y sasssss,

“vamos a sabotear esta m*%#" 
Pues sabes cómo va a terminar.

Bueno. Qué les escribo???
Si soy el mejor ejemplo de correr cuando me siento vulnerable.
Y como dice alguien muy importante en mi vida: ¿por qué te resistes a estar bien?
Por miedo.
Solo espero más adelante poderles escribir como lo logre!!!

Sentiré miedo??? Unju ya lo tengo.
Ahora me digo: 
¿Cómo sabes dosificar los medicamentos y decidir  cuál opioide o cuál inductor anestésico le conviene más a un paciente?
Me contesto: pues depende mucho del estado físico, mental y tipo de procedimiento a realizar.
Y con esta respuesta empiezo a partir de hoy a mejorar mis pensamientos y a aceptar que sentirse bien con alguien no significa que soy pende*+, 
No más autosabotaje, pues para eso está el mundo y sus miserias.
4-9-2023

25-08-23
6:43 Am

Feliz no, pero en paz SI.

Después de alejarme de lo que entendía que era lo que quería en la vida, me sentí rara.

Sí, rara, era una sensación nunca experimentada, pues mi vida siempre está llena de adrenalina, por mi trabajo, mis metas, mis innegociables. 

Comenzó a pasar el tiempo y eso que se sentía raro empecé a darle sentido, eso era Paz.

Nada que tener, nada que disimular. 
Solo soy yo. Si yo, grosera cuando estoy feliz y relajada. Libre y expresiva, sin miedo a ser juzgada.

Mis silencios eternos no los cambio por ¨te quieros¨ vacíos o sexo sin propósito.
Paz, paz, paz. Me encanta y que bien se siente. 

Solo quiero decirle a todo del que me alejé, no lo siento, debí hacerlo antes.

Esa sensación de conocerte nuevamente y darte cuenta de una versión de ti misma que nunca habías experimentado.

Constantes cambios hacen que la vida te deje con ganas de más;  
•ganas de seguir reencontrándome en mis sombras con luces más potentes.
•ganas de soltar aquellas cosas que nos grita de mil maneras que no caben en nuestra vida. 

Dejar ir es ganar.
El universo siempre nos redirecciona a mejores lugares.

Miedo a sentir

¿Qué cosas te preocupan o te asustan? 

Hay que identificar bien el objeto o situación que produce nuestro miedo, el pensamiento a que está asociado esta emoción. ¿Qué pensamos que nos pasará si nos chocamos de frente con ese miedo? 

Muchas de las preocupaciones y miedos se enlazan y se asocian a las pérdidas. 
A los que nos parece que va a pasar si perdemos. 

Por ejemplo: 
el temor a perder mi trabajo es un factor fundamental para generar una ansiedad y un miedo. 

El temor a tener sentimientos y no ser correspondido nos hace crear una armadura para no tener que lidiar con esas amenazas que nos crean nuestra propia mente. 

En primer lugar, hay que comprender el temor a los sentimientos; mejorar la conciencia sobre lo que significa tener miedo

1-¿Puedo reducir la posibilidad de que ocurra algo malo? 

2-¿Qué acciones puedo tener en cuenta para dominar la situación? 

Nuestra mente está diseñada para estar pensando recurrentemente, no podemos parar, la idea de que podemos callar nuestra mente no es real. 

Lo que sí es real es que no podemos dejar que los malos pensamientos puedan afectar la forma en la que estamos viviendo.  

¿Luchas o huyes? 

Tenemos que mejorar nuestra conciencia sobre lo que es tener miedo, no hay nadie en el mundo que no presente la sensación de miedo. A pesar de que adquieras mucho conociendo, nunca dejamos de enfrentar el miedo, no importa cuantas veces nos hemos visto en esa situación, el miedo siempre estará ahí, ese nivel de estrés o de amenaza es que debe impulsarnos a seguir. 

Los miedos son situaciones aprendidas porque dejamos que los pensamientos automáticos empiecen a dominar la forma en la que reaccionamos, cuando tenemos conciencia de los pensamientos podemos controlarlos y modificarlos. 

Nuestros pensamientos suelen ser bastantes extremos con situaciones que pueden ser percibidas o muy positivas o muy negativas, 

Eso no nos permite tener un pensamiento con más sabiduría, las cosas no son solo blancas o negras, hay que saber que existen muchos matices. 

Disciplinar la mente es construirnos desde adentro.
9-8-23
Dopamina

Nuestro motor a la motivación.

Los buenos niveles de dopamina y de motivación son claves para determinar qué nos puede hacer caer en una adicción.

 

Las sustancias que aumentan la dopamina no siempre son drogas;

-Las redes sociales

-Alcohol

-Azúcares

-Grasas

-Amor

-Sexo

 

hacer algo que nos gusta muestra en nuestro cerebro la mayor liberación de dopamina.

Un logro ficticio hace que la realidad nos parezca menos estimulante y descuidarnos de otras hormonas que controlan la conducta, por eso nos sentimos cansados, con ganas de renunciar al trabajo, descuidar nuestro cuerpo y simplemente acostumbrar a tener una sensación momentánea con una recompensa fácil como lo es ver una serie, usar Instagram todo el día. Al final quieres más, más y no estás satisfecho.

 

Un ejemplo de cuando hacemos ejercicio se nos da una recompensa mayor a nuestro cerebro porque nos esforzamos tanto física como mentalmente para concluir una rutina.

Tampoco es que debemos sufrir solo haciendo cosas difíciles, hay que reemplazar las motivaciones externas con las internas. El rendimiento y la productiva depende de nuestros niveles de serotonina o bajos niveles de dopamina, tener bajos valores de acetilcolina va a costar enfocarte en tareas y distraerte constantemente Aumentar los neurotransmisores con una abstinencia a la dopamina artificial. Reducir el tiempo que gastamos en actividades o comportamientos adictivos, nos encontraremos con tiempo extra para realizar cosas más importantes.

 

Los hábitos que tenemos nos acerca o nos aleja al estilo de vida que queremos vivir.

Yo solo uso dos tipos de dopamina: La endógena y la exógena.

Y puedo confesar que; (S M) la segunda es mejor haciendo efecto.

Champagne con margaritas
4.8.23


La vida realmente es más simple de lo que pensamos o más bien de lo que creemos. 
Así como las margaritas:
La margarita es una flor clásica y resistente de origen europeo. Esta flor crece de manera silvestre en nuestros campos y también es habitual cultivarla en macetas y jardines. Las margaritas son perfectas para demostrar amistad, cariño y alegría. No necesitan cuidados especiales, ni climas templados. No le importa si existen las rosas u otra flor exótica. Solo crece y se muestra tal cual es. 
Las personas nacemos como
Las margaritas, pero al ir pasando el tiempo empezamos a encontrar una cierta adicción a las complicaciones del vivir.
Empezamos a querer que nuestra vida sea como la champagne.

*Proceso para la elaboración de  la champagne: *
Las levaduras fermentan este jugo dando origen a un vino seco, sin paso por madera. A este vino base se le agrega levaduras y azúcar para en seguida ser embotellado y almacenado horizontalmente en una bodega fría.

Posteriormente, se da inicio a la segunda fermentación en botella que tendrá como uno de sus productos el CO2. Luego de un tiempo, las botellas se inclinan boca abajo durante un período para que los sedimentos de las levaduras muertas se acumulen en el cuello. El proceso de extracción de este tapón es llamado “Degüelle”.
Finalmente, se le pone el corcho de presión y el alambre o bozal.
Siiii.
Así se hace esta bebida que es muy exquisita para muchos y no tanto para otros. 
Y así creamos de nuestra vida simple una champañera. 
Debemos buscar un equilibrio.
Vivir de manera simple como
Las margaritas y reservadas y bien logrados como la
Champagne. 
No mucha simpleza pero tampoco mucha elaboración.

champán
Lunes. 31 de julio. 2023
Atentamente: S M

Anteriormente, cuando veía estas siglas, siempre pensé que se trataba de sus manos. 

Pues hace poco descubrí que estaba equivocada, significa Sin Miedo

Si así mismo es, cada vez que a usted le llegue alguna oportunidad que entiende que será de provecho para usted tanto física como psicológica, acepte el reto. Si no le hace daño a nadie. Dele sin miedo. 

¿Qué es lo peor que puede pasar?
Exacto que no funcione como usted esperaba.
¿Qué hacemos cuando las cosas no salen como queremos?
Seguimos, el tiempo no para, sigue el calor, siguen los compromisos de trabajo, sigue la vida.
Tenemos una manía de querer controlar lo que sigue mañana, cosa mala esa, pero creo que llega con la edad; pues los niños no piensan en que será mañana, solo disfrutan el ahora. 
Con esto no quiero decir que seamos como los niños ajenos al peligro y a los riesgos, pero sí con la esperanza que ellos tienen en todo. A menudo piensan que hoy es el mejor día de todos los días.
Vamos a arriesgar ese poco de ilusión que nos queda, vamos sin miedo a disfrutar del ahora. 
¿Mañana? No importa mañana, como vaya viniendo, vamos viendo.
Nuestro tiempo es ahora.
3d1446d0-7aa2-44e6-8ea1-a1c4aba74562.jpg

¨Mesa para una¨

 

Antes esa pregunta me daba vergüenza o miedo, pues como yo siendo yo voy a llegar a un lugar y pedir una mesa para mí sola, o al cine, o hasta entrando a un sitio de diversión, solo yo o simplemente sentarme absolutamente sola en la barra de un bar a disfrutar de la música y de un buen trago. Reconocer mi soledad fue el primer paso, luego darme cuenta de qué solo yo me tengo a mí misma porque la verdad que aceptarse asimismo tener una cita con uno mismo, comer lo que uno quiere sin depender de la opinión de alguien más es el primer paso a ser feliz.

Celebrarme a mí misma, comprarme una ropa de satín para dormir y colocarme mi perfume favorito, solo para olerme yo. De verdad que es una sensación tan gratificante.

Darme cuenta de que soy la mujer más completa y exótica del mundo, sin compañía, sin pareja, ni casi algo o casi nada, sin la incertidumbre de que si estoy bien o mal en mis decisiones. Solo yo y punto. No esperar ningún mensaje en mi celular, no tener que cuidarme de cómo hablo o me visto para tener aprobación de alguien más es para mí la mejor decisión que he tomado. Estar sola y sentirme completamente acompañada por mí, es el acto de amor propio mejor pagado. ¿Por qué digo pagado? Pues decidir con la razón por encima de mi corazón y de lo que la sociedad entiende que es correcto para mí tiene un precio y si lo pago con todo el gusto del mundo..

Esta paz y mi organización de vida, que nada depende del otro. Sin miedo a que mañana amanezca con la incertidumbre de que una decisión ajena me perturbe.

Pago el precio no importa.

Mis queridas amigas:

Antes de entrar en contexto tengo que decirles que mis amigas se clasifican en 3 categorías.

Las que toman cervezas, las que toman cócteles y las que beben champán(el café no lo menciono, pues obvio, que todas toman café) Increíblemente las he analizado a todas y están en estas tres categorías.

Bien aquí vamos. En estos momentos y hace varios días estoy viviendo la felicidad que me proporcionan mis amigas a través de sus vidas.

¿Como así? Si. así mismo, recuerden que cuando usted es un verdadero amigo, los logros y los problemas de sus amigos, usted lo sufre o los disfruta como propios. Digo, ese es mi concepto que tengo de amistad. (Lealtad, sinceridad y apoyo, así sea la estupidez más grande que vayan a cometer) siempre doy mi punto de vista respetando el de ellas, pero a veces soy intransigente y ya ellas me conocen.

 

Estoy muy feliz por la nueva madre y esposa, si por ti mi bella, verte con tu bebé tan deseado y tu esposo me ha ocasionado una felicidad inmensa, verte llorar porque te estás mudando a una casa enorme y hermosa y dejas tú dpto. de soltera, pero sientes miedo de lo feliz que eres me dio una satisfacción inmensa. Mereces eso y dos bebés más. Ese carácter fuerte e indomable se ve perfecto con tu sonrisa cuando miras la hermosura de niño que tienes y cuando le sirves la comida a mi beau-frère.

 

La cosa no queda ahí. Pues resulta que mi querida y adorada Bestie anda una nave nueva de paquete, que compro con su trabajo, después de unos meses terrible de pérdidas irremplazables, noches sin dormir, trabajo agotador, en estos momentos te veo tan contenta con tu sonrisa Colgate, que combina superbién con las luces de tu nueva adquisición. Cuando nos montamos por primera vez las dos y al mismo tiempo tomamos ese suspiro y nos inundó el olor a nuevo, comenzamos a reír y presionar todos los botones. Jajaja. Qué sensación más agradable verte conseguir lo que te mereces, hermana, vendrán tiempos mejores.

 

Y la noticia que llego a mis oídos de la boca de mi propia amiga en esta semana sigue rebosando mi corazón de felicidad. Mi querida Cuate, aunque no hablamos todos los días y nos vemos anual, cada vez que nos juntamos es como que el tiempo de distancia nunca ha pasado, eres una mujer inteligente, determinada y con una fuerza de hacer las cosas bien hecha que es digna de admiración. Verte suspirar y reírte hablando por tu teléfono, me prendió una antena.

¿Digo yo “oh y está? ¿Qué le picó? ¿Con quién está hablando? Y no cerraste bien el teléfono cuando me dijiste, siiii estoy conociendo a alguien. No sabes la felicidad que me causo escuchar esas palabras, después de que ya han pasado 3 años que escapaste de esa película de terror que viviste y que nunca pensé que volverías a ilusionarte, en serio mi Cuate, no te reprimas, vive, disfruta, ama al final es lo que te llevarás. Y así como solo tú viviste ese capítulo infernal de tu vida, ahora te toca este dulce cuento de hadas. Tu felicidad es mi felicidad y verte escoger la ropa que te vas a poner para ir a cenar con tu maravilloso galán me hace ver que después de la tormenta sale el sol.

Las quiero. 

Autocuidado:

Esto no se trata solo de hacer dieta, ejercicio, cuidado de la piel, el cabello y uñas.

No. Va más allá. Es cuidarte de a quien ofreces tu amistad, tus secretos, tus miedos y tus sentimientos.
De pequeños nuestros padres nos enseñan el autocuidado personal, pero al ir creciendo la vida nos enseña el autocuidado mental. Por más que no quieras aprender, a fuerza te enseña. Y mientras más te resistes, más te enseña, hasta que llega un momento en que “listo”, aprendes por obligación o sufres por necio.

Autocuidarse es no aceptar que nadie menosprecie tus capacidades, que te traten sin ningún cuidado, que no midan sus palabras y acciones hacia ti. No podemos controlar como el otro te quiera tratar, pero sí tenemos todo el derecho de no aceptar un trato que nos minimice. A veces confundimos amar a una persona con permitirle que nos maltrate.

Según la biblia: Corintios 13:4-8 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, más se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

Pero le falto decir que el amor por nosotros mismo. Cuídate. No aceptes nada que no te hace feliz. Al final solo nosotros mismo podemos cuidarnos. Cuida tu corazón, tu brillo, tus alas y tus garras. Solo acepta lo que sabes que mereces y entonces sí. Ya sabes autocuidarte.



Acumulamos la experiencia, juventud y el arte de dominar nuestra esencia.
Una mujer que pisa fuerte, transmite seguridad en sí misma y logra una estabilidad. Un equilibrio personal que hechiza.

Hay momentos complicados, podemos ser rechazadas, vivir traiciones y desengaños, al cumplir 40 nos forjamos para recibir heridas por las flechas más inesperadas, por eso desarrollamos un séptimo sentido de reconciliarnos con la vida.

Dar el paso más grande en el amor que es amarse a sí misma, ahorrarse la miseria de la indecisión, beber más agua y ejercitarse, son las claves para los 40 y los años siguientes.
Ah, y perdonar; no cargar con peso innecesario. Tener esa paz se verá reflejado en tu ser, dejando lo malo donde pertenece: el pasado.

Me encanta poner mi capacidad de asombro en práctica, pues siempre hay cosas nuevas por conocer. Este camino es interesante. Y la alta capacidad de recuperación es mejor, pues nada es el fin del mundo. Se pasan suficientes bajas para saber que el tiempo lo cura todo.
Lo mejor de tener 40 es ser una mujer fabulosa. Con nuevos retos, cambios inesperados y adaptaciones que a veces nos cuestan aceptar ya sea física o emocionales, afrontar la realidad y las circunstancias con técnicas aprendidas y un plan b. Igual qué en todas las edades cuidemos nuestro cuerpo y mente.

La magia de ser mujer después de la cuarta década.

“Hay algo liberador en cumplir los 40, que me permitió comportarme como la mujer que siempre quise ser”. Gabrielle Union.

Poder femenino

Las mujeres no tenemos límites para ser capaces de lograr nuestras metas.

Saber liderar y descubrir que nuestra evolución al pasar los años se va construyendo en recuperar el poder femenino en la sociedad. 

La mujer empoderada se siente cómoda siendo quien es.
Hacer el trabajo de conocernos, de aceptar y de amarnos no perdiendo el tiempo en demostrar nuestro valor, saber que somos valiosa solo por quienes somos. 

Una mujer líder no va esperar que los demás adivinen lo que se siente ni que la salven de sus propias emociones. 

Sentir el gusto de tomar la responsabilidad de mis sentimientos y la vez saber que soy digna de recibir apoyo y compartir el placer de amar con alguien que también vea mi luz.


Las mujeres determinadas y que creen en si mismas tienen poder.

No tener miedo de intimidar con actitudes y conocimientos, que se aleje lo que no esté en tu misma sintonía o nivel.

Somos el círculo completo podemos crear, nutrir y transformar.

Dar para recibir.

 

Muchos confundimos esta frase con que si doy, se me devolverá lo material que di.

Yo tengo otro punto de vista. Doy para recibir. Pero no me refiero a lo material. Doy amor, sinceridad, verdad, compromiso y lealtad. Lo hago no esperando que me sea devuelto más bien lo hago y recibo la paz que me causa el saber que estoy tratando a los demás como quiero ser tratada; que algunas personas no sepan reconocer esas virtudes, bueno, que les escribo.

 

No me quita el sueño, no les niego que como humana me siento mal cuando veo que soy tan real y que el otro simplemente son un disfraz, pero luego pienso y me reconforto diciéndome a mi misma: la gente da lo que es y al final recibe lo que se merece. 

Siempre daré lo que soy para recibir esa satisfacción de sentir el abrazo de un hermano, el mensaje de un amigo real, el aprecio y respeto de mis cercanos. 

Me hace feliz ser leal a la gente que amo, me gusta sentir esa sensación de plenitud cuando no tengo que oculta lo que soy para los míos.

Los míos cuales son? Los reales, los leales, los sinceros.

Perdida

La madre es nuestro centro de apoyo, es equilibrio, guía, nuestra fuerza. En ella encontramos soluciones, respuestas. 
 
La figura ideal de una madre sana es aquella que nos protege. Perder la madre hace un desbalance emocional donde el duelo dura más porque la queremos inmortal, por el vínculo que tenemos con ella más que con nuestros padres. Son las que nunca nos abandonan.  
 
Ninguna madre es perfecta, tienen defectos y virtudes por más hijos que tengan, hay que recordar que al igual que todos; nuestras madres también están viviendo por primera vez. 
 
Depende de la relación con la que uno creció y convivio con su madre para sanar su muerte. Después de la perdida....... hay vació. 

 
Un antes y un después en nuestra vida cuando muere mamá, se acaba una de las relaciones más significativas de nuestra vida.  
La pérdida de una madre se convierte en crecimiento fundamental.  

No le pagues su muerte con tu infelicidad.  
El duelo es como ir en subida, no podemos correr. Nadie puede reemplazar a mamá  y el vínculo con ella duele y se siente en la piel. uno se siente frágil. y tiene que conocer un mundo nuevo en el que no está ella. 
 
Nunca se podrá sustituir a mamá  se aprenderá a vivir con su ausencia. Recordar todo lo que hacía por ti para que lo empieces hacer para ti. 
 
Si ella te enseño como cuidarte tuviste una gran maestra. 
 
Lo que mamá hacía para ti como:  
Motivarte 
Escucharte 
Apoyarte 
Frenarte 
Conocerte 
 
Las cosas no serán igual nunca, pueden ser transformadas. se pueden reajustar los roles, la familia tiene momento de prueba donde o se unen o se alejan. Tiene que ser el comienzo de una vida nueva para ti, escoge los mejores materiales para sobrevivir sin ella. Elige los recuerdos, el tiempo compartido y ganas de ser feliz para honrar su memoria. 
 
La muerte de una madre siempre la veremos como una injusticia, pero morirse no es castigo, por eso mueren buenos y malos. no tenemos la muerte que nos corresponde si no.. la que nos tocó.   

La Paz 

La Paz no es gratis La Paz se paga.

Te dire el precio: es el dolor emocional que a veces nos causa soltar cosas, situaciones y personas que nos impiden estar en paz.  Muchas veces no tener paz nos impide ser lo que realmente somos.

Muchas veces confundimos
La Paz con comodidad o costumbre. 
No estar a gusto en una situación y continuar en ella solo por no querer enfrentar el siguiente paso nos lleva a no tener paz ni armonía.

Para algunos prefieren la comodidad de una vida miserable pero sin variación o sorpresas.
Siempre saber que pasarás en tu vida.
Y otros la vida nos obliga a estar listo para el siguiente rounds. 
No juzgo a nadie que prefiere estar en su zona de confort y no tener paz. 
Pues estoy clara que no todo mundo está dispuesto a pagar ese precio.

Las cosas como son. 

  

Entender esta frase lleva a la paz.  

Y si, las cosas como son.

Por más que queramos cambiarlas o no ver, así son, y lo mejor es aceptarlas. 

Si como son las cosas no te agrada ni te hace feliz y depende de ti cambiarlas, pues transfórmalas. Si no dependen de ti e igual te hacen infeliz, aléjate.  

No basta con querer, desear, soñar lo que quieres, tienes que luchar y si no se puede pues simplemente ver de lejos y desear lo mejor. 

Esto aplica para todo en la vida. 

Trabajos, amigos, relaciones. 

No estás atado a las cosas, ni a las personas y menos a las situaciones. 

Cuando tú ambiente no va acorde a tu mente o dicho en otras palabras, no tienes paz con las cosas a tu alrededor, simplemente suéltalas. 

Nada es eterno, ni nosotros.

 

Saber que estamos de paso no ayuda bastante a aceptar las cosas como son. 

Si son buenas para ti que bueno, si no, que ruede. 

Ser médico 

Yo soy médico, soy popular donde quiera que llego, pero cuando no tengo uniforme soy un humano como cualquier otro.

Nadie sabe lo que llevo dentro, todo siempre es una consulta o un diagnóstico y peor aún, que pienso “sobre tal decisión” de otro médico.

A veces solo quiero que me vean como soy y me pregunten ¿cómo estás?, no que me pidan una interpretación o que tratamiento es mejor. Muchas veces no salgo a reuniones pues estoy segura que solo hablarán de medicina y pedirán mi opinión.


 Cuando salgo a comer o la playa solo quiero eso. Comer; que me pregunten que tal mi pescado y si está muy fuerte mi trago, o si existe alguien en mi vida que me ilusione, que me compra café y me escribe mensajes bonitos por Whatsap.

Estoy escribiendo lo que la mayoría de médicos queremos decir y no se atreven. A parte de médicos especialistas, Som
os personas que nos enamoramos, tenemos preocupación y ocupación que no tiene nada que ver con la bendita medicina.

En mi caso puedo vivir de mi profesión, pero no soy solo médico.

Signos y síntomas.

Signos y síntomas del enamoramiento.

  

Aunque ustedes no lo crean el amor o mejor dicho el enamoramiento es una enfermedad. Siii una enfermedad y tiene nombre.

Se llama Limerencia. 

La limerencia puede llegar a afectar la calidad de vida de las personas. La enfermedad del amor existe y consiste en intensos sentimientos de admiración y necesidad de ser correspondido por esa otra persona. 

Todo bien hasta aquí, todos nos enamoramos y vemos cosas donde no hay. El problema viene cuando vemos signos y síntomas de un amor con tendencia a degenerar en Cáncer. Unjú, así es. Este amor tiene unos signos y síntomas muy desvirtuados a lo que se supone que es estar enamorado a aguantar situaciones que dejamos pasar por la necesidad de sentirse amado por la otra persona.  

Empezamos con pequeñas cosas, ejemplo: toman decisiones que te incumben directamente y sin pedir tu opinión, se toman atribuciones sobre tu persona y tú simplemente para llevar la fiesta en paz asientas con la cabeza fingiendo estar de acuerdo. Cambias tus hábitos hasta alimenticios por complacer a la otra persona simplemente porque el otro no come o no le gusta lo que a ti sí. Cambias amistades, horarios, forma de vestir, adaptas y adoptas a los amigos del otro. Siempre tratas de complacer al otro, aunque esté nunca esté dispuesto a complacerte a ti.  

Vemos señales de que las cosas no van bien, pero continuamos creyendo que es una etapa, y como enfermedad si la dejamos avanzar sin tratamiento adecuado efectivamente se volverá un problema crónico que tiene dos caminos. O te dejas envolver completamente y te despersonalizas o terminas dándole un tratamiento quirúrgico como a todo tumor maligno y cortas hasta la parte sana.  

Tenemos que ver los signos y los síntomas cuando queremos empezar un proyecto de vida que incluya a otra persona en el ámbito sentimental. No somos perfectos, pero darle la importancia adecuada a la forma de tratarte el otro puede ayudarnos a que la limerencia evoluciones a un amor sano de respeto y espacio. Donde seas feliz y pleno, no por el otro si no con el otro.  

Toda enfermedad con tiempo tiene remedio. Tenemos que ser consciente de que el amor no todo lo puede y mucho menos todo lo soporta. 

Errores

1 + 1  = 3

Concepto que todos entendemos pero que solo vemos en el otro.

A diario cometemos un sin numero de errores menores que muchas veces confundimos con rutina, por ejemplo dormir de mas o permacen mas tiempo en la cama teniendo cosas pendientes que hacer, no desayunar y salir corriendo a trabajar, prestarle atención a situaciones que simplemente no depende de nosotros, tratar de ganar mas dinero comprometiendo nuestro tiempo o algo tan simple pero que si no hacemos tiene consecuencias devastadoras a largo plazo y es el no uso de filtro solar (tremendo error).

Cometer errores es normal y natural, lo malo es no aprender de ellos, puesto que si lo ocultamos y simplemente seguimos para delante sin ton ni son, entonces la vida volverá a ponernos en la misma situación pero esta vez con resultados aun peores que la anterior.

Ocultar, no afrontar o simplemente culpar a otros de nuestros errores es la mayor equivocación que podemos hacer a nuestra vida. El hecho de que te hagas responsables de tus errores, no te invalidará como persona, al contrario, emocionalmente aprenderás, madurarás y frente a los demás seras una persona confiable y con conceptos. 

Para muchos admitir un error es como gritarle a todos que soy un idiota, pero no, las personas con buen juicio y valores te verán como un humano digno de otra oportunidad, no como un ruin que solo espera encontrar a quien adjudicarle su falta para él salir airoso frente a la situación que creó. Recuerda que tenemos algo dentro de nuestro cerebro que se llama conciencia y no es la conciencia que los médicos entendemos como saber quien soy o que edad tengo, si no saber que hice algo equivocado y que otra persona esta pagando por eso.

Admitir mi error me engrandece y al mismo tiempo me enseña como no volver a hacerlo.

Errar es de humanos, pero adjudicárselo a otros es de rufianes.

CAM

En anestesia la CAM es la concentración alveolar mínima. 
Esto quiere decir: a presión atmosférica, que suprime la respuesta motora en el 50% de los individuos. O sea, los inmoviliza utilizando gases anestésicos.



Pero en la vida la CAM: es la concentración de amor por mi misma.
Es la capacidad que tengo de poner límites a lo que no me hace feliz y viceversa.  Si soy consciente de que lo que estoy recibiendo me hace mejor persona lo subo al 95 %. ¿Oh y por qué no al 100%? pues yo soy de las que piensa que todo en exceso hace daño. 
Mi CAM siempre estará moderada por la acción de mi entorno y así la modulo.
Hacer o no hacer implica empatía por ti y los demás.
No podemos ir por la vida colocándole concentraciones elevadas de energías a situaciones que realmente merecen solo ignorar y continuar.

Solo uno mismo sabe que tolera o no, no importa lo que los demás piensen. La CAM es individual y el amor que usted sienta por si mismo no tiene que estar en la concentración del amor que yo siento por mi. 
Me amo yo primero y luego amo a los demás a pesar de ellos.

WhatsApp Image 2023-03-26 at 3.40.44 PM.jpeg

Manejo del dolor

Dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante.


Tipos de dolor


Se clasifican en agudo y crónico y que a su vez se subdividen. 
Si escribo sobre los tipos de dolor de verdad que seria un capítulo de 200 paginas, pero esto es un diario.

Los anestesiólogos somos los especialistas que más sabemos combinar medicamentos para tratar el dolor.

Lo podemos tratar desde la neurona dorsal hasta el área local. Perooooo 
Existe un dolor que no sabemos tratar y ustedes dirán, como así Dra.?
Y sí, el dolor del alma.

Que es el dolor del alma?

De acuerdo con el portal Cuerpo & Mente, los dolores del alma son aquellos que se producen cuando determinado sujeto se aferra a las experiencias, las ve como un todo y se encierra en su propio universo.

Los dolores del alma surgen porque nos aferramos a los momentos como un todo, ya sean agradables o desagradables. Lo placentero no queremos que se vaya y, extrañamente, lo doloroso lo alimentamos porque encontramos ciertos beneficios ocultos que están allí.


Nos volvemos adictos a ese sentimiento y muchos la canalizan para crecer como personas y salir mejor de esa etapa, pero otros se vuelven adictos a esa sensación que como cualquier droga termina consumiendo todo.

Todavía no he encontrado medicamentos o dispositivos que puedan ayudar a manejar ese tipo de dolor, pero si sabemos gestionarlo, nuestro cuerpo activará las endorfinas y saldremos mejores de esa situación.
No hay tiempo determinado de cuánto dura el dolor del alma, pero sí sabemos que lo aumenta.
Si permaneces mucho tiempo en tus pensamientos destructivos, si te concentras solo en lo malo que viviste en lo que te ocasionó el dolor, si no eres agradecido  con la enseñanza de ese dolor, entonces se hará crónico y visceral.

No voy a escribir sobre amor propio y bla bla, cuando el alma duele, duele y mucho pero lo bueno de ese dolor es que si sabes automedicarlo con amigos, trabajo, playa, música, familia, cada día será menos y un día te darás cuenta que han pasado semanas sin sentirlo y zassss curaste. 
Los pensamientos autodestructivos, la tristeza, la ansiedad, no ayudan pero tenemos que dejar que hagan su trabajo. Increíblemente esos sentimientos que vemos tan negativos son el gatillo que dispara a nuestra naturaleza para sobrevivir a ese dolor. Déjalos que entren y salgan libremente a tu mente. 


Recuerda un día no dolerá más sin embargo nos quedaremos con la experiencia y eso si es valioso.

Caja de herramientas:
 

Son contenedores de almacenamiento diseñadas para almacenar, organizar y proteger herramientas ⚒️.

Al igual que esa que conócemo de material plástico o aluminio, nuestro cerebro es una caja de herramientas emocionales, que esta hecha de una red neuronal capaz de organizar, distribuir y utilizar en el momento preciso.
Cómo organizo mi caja de herramientas emocionales ?


Primero priorizar que emoción domina mi ánimo más frecuentemente  para autoregularlo y así no sea lo primero que salga de mi caja frente a determinada situación o desafío. 


Pero ANTES ¿ qué es una emoción ?


Un estado complejo del organismo caracterizado por una excitación o perturbación que predispone a una respuesta organizada. ( Bisquerra 2001).


Mi caja de herramientas de trabajo tiene: dispositivos para manejar vía aérea, sedantes, ansiolíticos, inductores de anestesia, revertidores, coadyuvantes, broncodilatadores, siii, todo eso que usamos los anestesiólogos.

Pero mi caja de herramientas EMOCIONAL???


Siempre trato de tener auto conciencia para ver si me falta empatía, habilidad social, asertividad 
Calma, en honor a la verdad la calma la tengo que reponer a diario pues con el tipo de mundo que tenemos últimamente no se puede olvidar rellenarla ya que la consumimos todos los días. Tengo música en esta caja pues me sirve mucho para manejar casi todas las demás emociones.
Así como los revertidores en anestesia, la música para mi es mi revertidor a la calma, compasión y empatía para con los demás en mi día a día .

WhatsApp Image 2023-03-14 at 10.36.49 AM (1).jpeg
Espectacular puesta de sol
7:02 a. m., 13/3/2023 
WhatsApp Image 2023-03-14 at 9.22.30 AM.jpeg





Cuando hablamos de desconexión pensamos de una que se trata de parar.
Y  sí de eso se trata. No tiene nada de malo parar, parar por unas horas, por unos días o por unas semanas, tú decides que necesitas.

Es cierto que no todo se puede dejar para luego, pero si tú cuerpo y tu mente necesitan que pare, hazlo. Escapa por un rato, fuera de la costumbre, del corre corre, de los compromisos.
Del ruido, ese ruido mental que no te deja decidir claramente cómo continuar.
Igual pasa con la máquina de anestesia, cada cierto tiempo según el fabricante debemos parar de trabajar con ellas y someterla a mantenimiento; Este servicio de mantenimiento, es lo que permitirá que la máquina siga funcionando de acuerdo a nuestras necesidades para que pacientes y usuarios estén seguros. 
Igual pasa con nosotros. Es un hecho que el uso hace que las cosas terminen por desgastarse en mayor o menor medida, y con el tiempo, para que una máquina sea segura, se le debe brindar mantenimiento: reemplazando piezas, haciendo limpieza, etcétera. Igual con nuestro cuerpo y cerebro.
Desconectarse para revisar que se debe mejorar y volver a funcionar de manera óptima.

Descansar para revisarnos a nosotros mismo es una excelente forma de seguir trabajando.
Desconectar

Calculando dosis.

5 de marzo
8:10 pm

Calculando dosis! 

Una de las cosas que siempre debo hacer acuradamente como anestesióloga, es calcular las dosis de cualquier medicamento a suministrar! 


Siempre o casi siempre lo hago con la fórmula mg/kg. 
No me falla!!! 

He tenido en ocasiones que ajustar la dosis al peso ideal y no al real, por motivos que se individualizaron previamente en el pacientes, según sea su aplicación. 

En mi vida personal aplicó una fórmula que ha sido infalibles para mí y que aquí te comparto: 

lealtad + integridad = Personas en mi entorno

Y puedo sonreír y vivir feliz, sin esconderme:

¿porque? Porque los ramos secos van cortados!

Fórmula infalible y que casi siempre me muestra cuando alguien deberá gentilmente abandonar mi entorno y esto aplica a cualquier espacio en mi vida. 

Es cierto que no puedo controlar quienes se acercan, pero si aplicar esta fórmula me permite individuar quienes sobreviven a LA DOSIS 

Aplicar esta fórmula me permite todo esto, pues no puedo esconderme de mi, de lo que soy, no hay que dejar de ser y dejar de hacer lo que nos gusta en manera espontánea por miedo a envidias, traiciones, mentiras….! Soy feliz porque el que me rodea tiene su propio mérito. Allí no hay peso, solo libertad!!!  Por eso si verás a alguien caminar junto a mí será porque goza de lealtad e integridad.

WhatsApp Image 2023-03-05 at 7.50.37 PM.jpeg

Aplica LA DOSIS correcta y comienza a rodearte de las personas correctas!

No hay que dejar de mostrar lo que somos por temor a lo que no podemos controlar en mi caso: Aplicó mi súper fórmula.

Ser libre, sentirte en paz, permitir que el amor fluya en tu vida, ser real y transparente tiene mucho que ver de quienes te rodeas!!!

Recuerda: lealtad + integridad =
Personas en mi entorno

Despertar a la realidad:

Volver a la realidad después de un tiempo de estar anestesiado de manera mental. 
Vivir en una burbuja donde tienes todo el control de tu mundo es lo más placentero que experimenta el cerebro humano.
Saber que vas a comer, a que fiesta iras, quien te espera en casa, a qué hora desayunarás son de las simplezas de la vida que causan un tipo de sedación que te mantienen a salvo y creído de que eso será para siempre.
Se parece mucho al sueño que produce el Propofol( inductor anestésico que aparte de dormirte también produce sueños placenteros). Pero la vida es un electrocardiograma, si te mantienes en línea recta al poco tiempo te declararán muerto.

Si muerto.

Pues cuando vives estático sin subidas ni bajadas entonces tú cerebro muere, muere de aburrimiento, se queda sin creatividad. Te vuelves un zombie que solo come, defeca y duerme, sabiendo que mañana será lo mismo de hoy.
Casi siempre despertar a la realidad lleva consigo un sacudión que te hace salir de la sedación a la cual estabas tan acostumbrado, verte despierto frente a tu verdad muchas veces es doloroso pero siempre, siempre es mejor vivir en la realidad ( la verdad) que bajo sedación ( lo que creías que era la verdad).
Nuestro cerebro le encanta esa sensación de bienestar que le causa la supuesta seguridad de una vida en línea recta, algo que es ficticio y casi incompatible con la  evolución normal.
Despertar a la realidad es lo mejor que le puede pasar al ser humano, mantenerse bajo sedación subreal solo te convertirá en un adicto de la fantasía.
 Despertar a la realidad siempre será la mejor opción aunque nuestro cerebro no quiera. 
No importa que cuando despiertes caigas de golpe, vamos como el electrocardiograma mientras tengas subidas, bajadas y el sonido intermitente significa que estás vivo.
25-2-23
6:17 AM
Ansiedad: temor a lo que viene.
Es totalmente normal tener esa sensación de miedo a lo que viene, ¿que pasará?, ¿me será beneficioso?  ¿saldré bien de esto?
Son preguntas que me hacen diario mis pacientes.
 
WhatsApp Image 2023-02-25 at 6.22.50 AM.jpeg
Los humanos tendemos mucho a vivir en el pasado y pasar demasiado tiempo ahí, y cuando salimos del pasado entonces entramos de bruces en el futuro sin apenas detenernos a respirar en el ahora, si ahora, el presente: donde realmente estamos. Y le digo a usted y a mi me a costado mucho hacerme presente y consciente del ahora , que es la única forma de no estar deprimido o ansioso. Vivir ahora; Esto lo que está pasando.
Cuando nos armamos de valor la vida y el presente se encargan de medicarnos con sensaciones que sirven como ansiolíticos, relajantes y algo sumamente bueno para continuar, también nos produce una amnesia anterógrada selectiva;
Bueno mis colegas me dirán:
¿Brígida estás hablando del Midazolam?
y yo diré “pero no del derivado de las benzodiacepinas si no del creado por nuestra alma, ese que va a durarnos para siempre y nos llevará selectivamente, solo un ratito corto al futuro, donde veremos con mucha aceptación el pasado y nos creará una dependencia total en vivir el ahora.
Vivir ahora el presente y conscientes.”
20 de febrero
8:30PM

Anestesia emocional

Decidir desconectarse, no sentir para no sufrir, aislarse o quedar anestesiado. 

Ser incapaz de expresar emociones, porque si la puedes sentir pero decides ocultar o ignorar tus pensamientos con el mecanismo de defensa de “anestesiar” los sentimientos.

Las emociones tienen una función importante; nos salvan y nos curan. 

Con esta modernización donde nos prohibe sentir, y/o expresar nuestras emociones porque nos catalogan de débiles. Pero no es cierto. para poder mejorar y crecer en base a nuestros sentimientos debemos NO darle anestesia, si no más bien; vivirlos, sentirlos y permitir que nos transformen hacia una mejor versión que nos reencuentre y nos recuerde que no somos perfectos y que no hay nada más humano que los sentimientos. 
Yo como especialista en el area de anestesia analgesia y sedación a lo único que por auto convencimiento nunca medicare son las emociones.

Hay que permitirse sentir aunque esos sentimientos sean negativos. Todo tiene un propósito. No podemos tenerle miedo a nuestras emociones o fingir ser apáticos o tener desapego cuando la realidad es otra. 

Hay que aprender a gestionar nuestros pensamientos para que podemos enfrentar situaciones que nos involucran emocionalmente y permanecer lúcidos. 

WhatsApp Image 2023-02-20 at 9.00.55 PM.jpeg
8debfce5-3a6b-4dc0-8c85-37b284722dea_edited.jpg
16 de febrero 2023
8:40 pm

¿Entusiasmo?

“¿Se nace con entusiasmo o es algo que elegimos?” Daniel Goleman

 

Cada día es una pregunta presente en mi mente. Con los afanes del diario vivir como levantarnos temprano, salir a trabajar dejando atrás tus niños, tú hogar, y tú almohada. Despertarte y saber en tu corazón que tienes que dar lo mejor de ti aún que no quieres dejar la cama. Existe una fuerza invisible que está tanto en nuestro pecho como en nuestro cerebro que hace que nos levantemos a dar lo mejor que tenemos aunque tal vez no estamos bien o no podamos potenciar nuestra energía esto nos hará pensar que si, eso es el entusiasmo para mi. No importa lo que haya pasado, si dormiste tarde o temprano, si descansaste o no. Aunque no estes animad@ esa fuerza te hace saltar de la cama y enfrentarte al nuevo día con tu mejor cara y sonrisa. Al pasar las horas en el día he involucrarte en la cotidianidad y ver los resultados de tu trabajo al momento de regresar a casa y te dices a ti mismo “uffffffff, lo logré”. El agradecimiento debe ser parte de ti cada día. El entusiasmo siempre está en nosotros solo hay que motivarlo a salir.

TIPS

-Alimenta el deseo de hacer cosas.

 

-CREE EN TI, eres el mejor haciendo lo qué haces.

 

-Lo más importante 

¡DEBES PAGAR TÚ TARJETA DE CRÉDITO!

My Diary Blog

BIENVENIDOS A MI DIARY BLOG
2023-02-13_edited.jpg
Te doy la más cálida bienvenida. Estas leyéndome en Anestesia en tacones es un proyecto personal que no solo se escribirá sobre medicina, también mis hobbies; como la moda, viajes, el café y la pasión por ser mujer, médico y madre en tacones. Aquí se aclaran dudas, se escribirán consejos, compartiremos experiencias del día a día como dominicana profesional. Este espacio es para nosotros, este proyecto se irá fortaleciendo a medida que se vaya completando con los diferentes contenidos. 

- [ ] Soy de las que piensa que cada proyecto necesita esfuerzo y compromiso con esta iniciativa de un blog diario que no solo es escribir. Es un diario donde pondré mis experiencia con la esperanza de que pueda motivar, ayudar y sentirse identificad@s con cada persona que pueda leerme siempre que lo necesite o tenga tiempo libre. Es un placer para mi y estoy agradecida de que nos podemos sentir más cerca y compartir puntos de vista con diferentes mensajitos y recomendaciones, esperando una reacción a mis reflexiones y a través de mis palabras buscaré poder aportarte una emoción positiva. Te invito a anestesia en tacones.

By Brigida Gomez.

bottom of page